CORREO
La muerte de Néstor, el chico de 17 años que estaba alojado en el IRAR, ¿no merece un debate serio y profundo en el marco municipal y provincial?. Como fundador y actual Presidente de la Fundación Esperanza de Vida, estoy trabajando con las problemáticas sociales hace 22 años y veo cada vez más como avanzamos en sentido contrario.
La falta de sentido común de parte de toda la dirigencia política en este tema es angustiante, no ven nada de lo que ocurre alrededor, en las calles de nuestra ciudad, o no entienden como encarar una problemática compleja que requiere de un abordaje amplio y coherente.
¿Creemos que por encerrar a estos chicos en lugares paupérrimos, sin ningún tipo de coherencia en los aspectos humanos, vamos a resolver el problema de las drogas y la delincuencia?
¿Creemos que poniendo celadores y guardias que no están capacitados adecuadamente, ayudaremos a resolver los graves conflictos existenciales de estos chicos?
Que son estos niños, animales que van al matadero...?
Acaso basta con darles de comer y una cama para que duerman..?
Acaso basta con las visitas de los familiares, esas redes ya quebradas, en una sociedad desvastada por las desigualdades sociales..?
No estamos mirando de frente, señores, miramos de costado, dan respuestas fáciles, rápidas, sin ingenio y con una muy mala interpretación de la problemática.
Se olvidan de lo más importante, formar a las personas adecuadas para asistir a esta población diseminada en hogares transitorios, cárceles, hogares sustitutos, sin ningún efecto terapéutico.
Es lamentable.
Hacia dónde nos dirigimos como sociedad...?
Qué significa la muerte de Néstor, quien ya estaba fuera del sistema que nos quieren hacer creer que funciona.
Pues Néstor representa a muchos chicos de la calle, sin educación, descuidados, ultrajados.
Les informo, señores gobernantes que con muy poco, en esta problemática, se puede hacer mucho, se los dice alguien que esta involucrado hace mas de dos décadas en este campo.
Solamente falta sentido común, capacidad de resolución, conciencia humana. Paredes y rejas no contienen, señores, lo que contiene es la solidaridad, la formación adecuada de los recursos humanos que van a estar al lado de estos chicos.
Creer que uno puede cambiar la situación, no solamente marginando y encerrando.
Es gravísimo no ver lo que está al alcance de nuestros ojos a diario y tener que soportar estructuras obsoletas que no sirven para nada.
Osvaldo S. Marrochi
Presidente Fundación Esperanza de Vida
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