CORREO
La situación del Pami Rosario viene deteriorándose de manera progresiva. Hemos intentado, desde nuestra banca, realizar todas las gestiones posibles ante las autoridades nacionales: pedidos de informes, declaraciones, en síntesis, todo lo que nos corresponde hacer para lograr un cambio en la manera de gestionar los recursos de los jubilados y atender una obligación que no sólo es de administración, sino de políticas adecuadas, racionales y efectivas destinadas a una población con un alto grado de vulnerabilidad.
Nuestros jubilados no tienen remedios en forma rápida, no pueden acceder a respuestas médicas en tiempos razonables, las consultas se dilatan, los turnos cada vez se otorgan con tiempos que no son los lógicos para prestaciones médicoasistenciales, hay dificultades con el servicio de ambulancias, los empleados administrativos de la Delegación admiten que no pueden atender a la cantidad de afiliados que demandan ser escuchados y, como si fuera poco, en las últimas semanas se ha venido avisando que no habrá provisión de pañales descartables por dificultades administrativas entre la administración nacional del PAMI y los proveedores.
¡¿Cuánto más deben esperar nuestros jubilados para que alguien no sólo les diga que se van a ocupar, sino que efectivamente se ocupen?!
Seguimos poniendo todo nuestro esfuerzo para que las autoridades del PAMI tomen conciencia de que hay un problema severo y que los problemas hay que asumirlos y resolverlos.
Los afiliados de PAMI no pueden peregrinar demandando lo que legítimamente les corresponden. Debe ser un servicio rápido, que no les cueste realizar y que resuelva las necesidades que son propias de un grupo etáreo particular. No hay que complicarles las vida, debemos ofrecer respuestas que solucionen sus problemas específicos relacionados con la salud, pero también que les acerquen un mensaje claro reconociéndolos como ciudadanos con todos sus derechos.
Lejos estamos de contar con una cajita de cristal que permitiera observar, de manera transparente, el accionar de la Obra Social PAMI, tal como pretendían algunas intervenciones anteriores. Lo cierto es que no hay avance en esta gestión que permita pensar que los cambios se dieron y que se eliminaron los problemas profundos existentes en la administración y la gestión. A esto le sumamos la restricción de servicios e incapacidad para satisfacer los reclamos de los afiliados. Asumamos que las dificultades son profundas y de distinta índole.
Susana García
Diputada de la Nación
Bloque ARI
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