SOCIEDAD › EL FISCAL DE VICTORIA EDUARDO GUAITA SE UFANó DE NO APLICAR LA LEY
María Florencia Crovetto y Laura Sena murieron por un choque en el puente Rosario-Victoria, en junio de 2012. El conductor del otro auto sobrepasó, en una curva, a un camión mosquito. El funcionario adelantó que no lo procesará.
› Por Sonia Tessa
María Florencia Crovetto tenía 30 años. Regresaba a Paraná el 10 de junio de 2012 junto a su esposo Santiago y Clara, de 16 meses, la hija de la pareja. En el auto iba también Laura Sena, de 45, tía de Florencia. Era domingo, a las 17, una tarde espléndida de sol. Venían de un cumpleaños infantil y volvían con tiempo, por la conexión vial Rosario-Victoria, en su carril, a velocidad permitida, con todo en regla. En el kilómetro 16 los chocó de frente Francisco Alvarez, que viajaba en sentido contrario y decidió --pese a la línea amarilla en la curva y lo angosto de la ruta-- hacer una maniobra prohibida de sobrepaso a un camión mosquito. María Florencia murió en el acto. Laura agonizó durante 100 días, en terapia intensiva, y también falleció. Santiago estuvo cinco horas atrapado en el auto, hasta que los bomberos lograron sacarlo. Después debió afrontar una rehabilitación de meses. Clara se quedó sin mamá. El accidente se investiga en la justicia entrerriana, bajo la carátula de homicidio culposo y lesiones culposas múltiples en concurso ideal. Los familiares de las víctimas sintieron horror el viernes pasado, cuando el fiscal a cargo de la investigación, Eduardo Horacio Guaita, les dijo que "no es política" de la justicia provincial sancionar infracciones de tránsito. "¿Quién no ha pasado alguna vez una doble línea amarilla?", llegó a preguntarles el representante del Ministerio Público Fiscal.
El acusado no estuvo detenido ni siquiera un día, y recién el viernes se presentó --por segunda vez-- en el juzgado, a 14 meses de la tragedia. Tiene un antecedente por hurto en Misiones, pero jamás fue buscado en La Matanza, donde vive. De hecho, en esta causa ofreció cumplir la pena con una probation más bien cómoda: pintar la iglesia a la que concurre habitualmente. Y tanto el fiscal como el juez José Alejandro Calleja estaban dispuestos a concederle el beneficio. Los peritajes son contundentes sobre la responsabilidad de Alvarez en la colisión.
"Recién el viernes, en esa reunión, entendí cabalmente lo que pasa ante la injusticia. Es inevitable sentir que vuelven a matarlas", afirma Mariana Sena, hermana de Laura y tía de María Florencia, las dos muertas en el accidente. Laura vivía con su mamá de 80 años, que está casi ciega y ahora, desconsolada. La mujer corría 10 kilómetros por día y por eso sobrevivió más de tres meses con gravísimas lesiones. María Florencia era psicomotricista, trabajaba en un cotolengo de Paraná, enseñaba a comer a los internos. Durante un mes, sus "chicos" --como ella les decía-- la esperaron arriba de la combi con la ilusión de verla llegar como siempre. La murga del lugar está dedicada a ella. A Mariana se le llenan los ojos de lágrimas al recordar a sus familiares, y subraya: "Mi familia necesita que la justicia sea reparadora para poder dar vuelta la página y seguir con nuestra vida".
Para Mariana, la actitud del fiscal es inexplicable. "Acá hay una irresponsabilidad. Cuando una persona está al volante, se tiene que figurar que si toma una mala decisión puede dañarse, dañar a los suyos o a terceras personas", describe su perplejidad al escuchar al fiscal, el viernes, cuando les dijo en la cara que no pensaba cumplir con su deber: acusar desde el Estado a quienes infrigen las normas. "Eramos seis personas esperando una respuesta que no se nos dio absolutamente", dijo la familiar de las víctimas, y subrayó: "No queremos la cabeza de Alvarez, no nos sirve. Pero si uno va ante la justicia es porque está buscando que el Estado garantice el cumplimiento de la ley. La justicia tiene que reponer esto, porque no puede quedar impune".
Mariana apunta que la conexión vial es "de extremo riesgo, son 50 kilómetros sin banquina, con alto tránsito y muchos vehículos con carga pesada". Por eso, se enoja también porque "Puentes del Litoral no tiene nada que decir de esto". Mientras tanto, Alvarez recuperó su auto y puede conducir vehículos, porque ni siquiera le retiraron el carné de conducir. "Es una concurrencia de cosas mal hechas, y nadie hace nada", expresa Mariana con impotencia.
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