Rebeca fue un regalo de cumpleaños cuando la Motocross roja no pudo más de tantas caídas y veredas del barrio. Además, la bicicleta nueva tenía cambios, que ya no andan pero en ese momento eran un golazo. Con el paso de los años cuesta volver a subirse y dejarse llevar por el ritmo de los pedales, aunque todavía se puede recuperar el hábito o acaso quién no recuerda su primera bici? Sin dudas, ese afecto por las dos ruedas es compartido por más de uno y por ello cientos de personas recorren a diario la ciudad para ir a trabajar, a estudiar o para disfrutar de un paseo.

El uso de este medio de transporte tiene muchos beneficios para la salud, el medioambiente y el descongestionamiento urbano, pero también es divertido y ayuda a disminuir la ansiedad, el estrés y la depresión. En base a esto se realizan diversas iniciativas recreativas y turísticas, una de ellas es la de Masa Crítica Rosario. "Si no estaríamos juntos, cada uno andaría por acá mismo en su bicicleta". La ronda se formó, como cada mes, al final de Bulevar Oroño y se mezcló con los otros grupos que eligieron pasar la tarde cerca del río, ya sea corriendo, tomando mates con amigos o disfrutando del paisaje bajo el sol. Las bicis de diferentes colores y modelos fueron quedando en el pasto, mientras se ponían de acuerdo sobre el itinerario: "Nunca hacemos el mismo recorrido, lo vamos decidiendo en el camino", relató uno los ciclistas.

La propuesta es puro movimiento. Un grupo de ciclistas que recorren las calles sin un rumbo determinado: sólo hay punto de partida y de llegada. En la ciudad este espacio surgió hace casi cuatro años pero se replica en otras partes del país como Mendoza, Pinamar, Buenos Aires, Mar del Plata y Córdoba. Se define como "una coincidencia no organizada, un paseo mensual para celebrar el ciclismo y para afirmar los derechos del ciclista en las calles". La idea es pedalear juntos, sin apuros ni competencias, como se planteó en 1992 cuando se realizó la primera Masa Crítica en San Francisco, Estados Unidos.

Otro espacio que promueve este medio de transporte es Rosario en Bici, que pertenece a la organización Soluciones Tecnológicas Sustentables (STS) Rosario. "Hace varios años que lo venimos trabajando, pero hace seis meses que tenemos un nombre del proyecto", contó Gabriel Milanese. El objetivo es posicionar a la bicicleta como alternativa y solución a los problemas de movilidad, para lo cual ofrecen un variada gama de información sobre cómo integrar este medio a la vida cotidiana, cuáles son las normas vigentes y qué lugares están habilitados para estacionar (en su página web www.rosarioenbici.com se puede acceder a un plano ciclista), entre otros datos de utilidad.

Principalmente, sostienen que la bicicleta es un elemento de cambio social porque es más accesible y por lo tanto más democrática. En ese sentido, Milanese señaló que "en una sociedad donde todos aspiran a tener su auto, se generan estructuras y ejidos urbanos más expansivos y grandes, y siempre se va expulsando a los que menos tienen; entonces, aumentan los tiempos de viaje, los automóviles congestionan las calles, el que va en transporte público llega más tarde". Lo cierto es que en distancias cortas es igual ir en auto que en bicicleta, pero todavía hay resistencia. "Hay mitos como 'me tengo que vestir de cierta manera', 'no tengo dónde dejarla', 'me van a pasar por encima los autos'. Hay cosas que son verdad pero también hay mucho de comodidad, de quedarme con lo que sé y no explorar algo nuevo", apuntó.

En esa línea, afirmó que si se genera la infraestructura, la gente se va a volcar aún más a la bicicleta y tomó como ejemplo la ciclovía de Pellegrini, que pasó de 94 a 210 bicicletas por hora según datos del Ente de la Movilidad de Rosario (ENR). "Está demostrado que un lugar donde hay menos tráfico y contaminación se revaloriza. Además, es insostenible pretender moverse todos en auto, hay que hacer esfuerzos para el bien del conjunto", remarcó, y agregó que "se ve un cambio, donde existen negocios que si no tenés una linga te prestan una o te dan un descuento, que son también maneras de fomentar a la gente".

La apuesta sobre ruedas implica otra forma de vincularse con la ciudad y con los demás, así como está conectada al disfrute y a los pequeños placeres de trasladarse. Milanese resaltó como ventaja la autonomía de movilidad: "Te otorga la libertad de saber que cuando querés irte de un lugar, te vas, te subís a la bicicleta y ya estás en camino hacia donde sea que quieras ir", subrayó.

-¿Te parece que cambia la percepción del tiempo?

-Sentís que sos más dueño de tu tiempo, que lo controlás de una manera diferente, que no estás siempre apurado. Es como que te baja esa ansiedad que tenés, porque a la velocidad a la que uno se desplaza es más cercana a cómo estamos programados los seres humanos a vivir. Es toda una terapia.

Para aquellos que quieran amigarse con los pedales, sólo hace falta sacar esa vieja bici del garaje, de la casa de la abuela o de algún rincón olvidado. Volver a la calle es sólo cuestión de tiempo. Iván y Mariana tienen un proyecto que "más que laboral, es un hobby", según admitieron en un intercambio de preguntas y mates amargos. Life Bycicle empezó hace unos ocho meses, por curiosidad y el gusto de armar y desarmar cosas.

Por "prueba y error", Iván aprendió este oficio desde chico. "Siempre quise una bicicleta de salto, de BMX, cuando al fin me la comprando se me vivía rompiendo. Entonces, la vivía arreglando y me gustaba hacerlo, engrasarme las manos, ensuciarme, hacerlo yo", relató. Hoy su propuesta es armar una bicicleta personalizada, "que identifique al cliente, que tenga esos detalles que son tuyos y de nadie más". Es así que en el proceso adquiere las piezas en distintos lugares y diseña una estética particular; para rematar, les pone un nombre porque "todas tienen ese algo especial".