Más allá del fervor religioso que Rosario supone para la feligresía católica del país en Semana Santa, a partir de la convocatoria del cura Ignacio Peries en su parroquia del barrio Rucci, las calles marcaron también que en la ciudad hubo otra agenda muy lejana al recogimiento pascual, y más propia de los hábitos nocturnos de un fin de semana largo. Lo confirma el incremento de vehículos secuestrados por las grúas municipales en unos 400 operativos que los inspectores desplegaron entre la noche del miércoles y ayer. De los 68 vehículos interceptados en los controles de tránsito, 47 se debieron a conductores alcoholizados, según informó la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana municipal.