"Un 11 de octubre, hace exactamente 30 años la patota al mando del oficial Rebechi irrumpió en mi hogar, por supuesto todos de civil y con ostentosas armas. Nos secuestraron a mi esposo y un amigo por ser portadores de ideas. En ese entonces tenía 20 años, militaba en la querida Fede. Hoy, con 50 años de edad, no quiero que nos desaparezcan nuevamente, quiero apostar a la vida. El compañero Julio López tuvo el valor de revivir cada momento pasado, para que los terroristas de La Plata sean juzgados no sólo a cadena perpetua sino que se reconozca el hecho como genocidio, palabra que evidentemente les duele a los fascistas. Que el miedo no nos paralice, por la aparición con vida de Julio, basta de amenazas, adelante con los juicios, todas las manos juntas para impedir que vuelvan, todos a la marcha de hoy".

(Graciela Roselló, ex detenida-desaparecida en la GIR de Santa Fe, actual secretaria de Prensa de la Asociación Bancaria de Rosario).