PSICOLOGíA
Se trata de que cada sujeto pueda hacer compatible ese goce mortífero con la vida. Este desafío convoca al analista y es una de los puntos que se debatirán este sábado en EOL Rosario.
› Por María del Carmen Arias *
La noción de toxicomanía ha sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo que hacen que nos detengamos a reflexionar. En la actualidad la droga se redefine como producto de la ciencia, como en el caso del sidelnafil popularmente conocido como Viagra que acaba de cumplir diez años demostrando que su consumo va en aumento entre los jóvenes. Se trata de un consumo "frívolo o recreativo", tal como lo define la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, que se da para mejorar la potencia en los casos en que ya se ha consumido droga y alcohol o en caso de que el gran cansancio los aplaste.
Observamos cómo el carácter policial original que se suponía en relación a la droga se transforma muchas veces en orientación médica. El progreso de la medicina ordena nuevas prácticas que por un lado proponen un uso adecuado y regulado pero que por otro lado imponen una ética que va cada vez más en dirección al goce o satisfacción. Los tratamientos de sustitución de una droga por otra así lo demuestran, como en el caso de la prescripción de metadona, derivada del opio, para reemplazar a la heroína.
El lema del discurso capitalista podría resumirse en un: ¡consumidores a gozar! Existe un pretendido hedonismo, como fenómeno de la época, que se pretende alcanzar con el consumo, pero siempre hay un mas allá.
Ya en 1920, Sigmund Freud lo formula en una de sus obras: Más allá del principio del placer, cuando se refiere a la presencia de la pulsión de muerte. Estamos en un momento en que tanto las adicciones como el consumo desenfrenado de los objetos que ofrece y multiplica la tecnología surgen como intento de suplir un defecto de satisfacción que sin embargo es de estructura. Es evidente la presencia de un estilo adictivo generalizado.
Este año se dio a conocer la sorpresiva muerte del actor Heath Ledger de 28 años, uno de los protagonistas del film Secreto en la montaña, quien mostraba una carrera exitosa y en ascenso. Fue hallado muerto en su departamento de Nueva York y según los forenses falleció por intoxicación aguda a causa del efecto combinado de oxycodona, hidrocodona, diazepam, temazepam, alprazolam y doxylamina, es decir una combinación de antidepresivos, analgésicos, ansiolíticos y calmantes.
El servicio médico forense concluyó que la causa de la muerte fue accidental, resultante del uso de medicamentos prescriptos.
Ya en 1946 Jacques Lacan en uno de sus escritos: Acerca de la causalidad psíquica, se refiere a la intoxicación orgánica como un intento ilusorio de resolución ante la discordancia primordial entre el yo y el ser. Además advierte que este intento exige "el insondable consentimiento de la libertad", términos con que alude a que la decisión de la intoxicación solo puede comprenderse en relación con el significante y con el orden de la determinación, sin minimizar el desconocimiento que implica esta resolución.
La cuestión es que la intoxicación es una respuesta no sintomática que intenta anular una posición subjetiva con su padecimiento, que se caracteriza por un no querer saber nada, que se guía por un hacer, y que muestra un claro divorcio con el inconciente. El dictamen de la medicina es solidario con esta posición al declarar el caso como muerte accidental bajo prescripción medica.
Desde el psicoanálisis afirmamos que no se trata de tomar una posición conservadora, de queja frente a las consecuencias del progreso de la ciencia y de la técnica; tampoco de embanderarnos con la política de lo nuevo que por durar tan poco resulta efímero. No obstante tenemos el compromiso de proponer una respuesta frente a la adicción generalizada de la época ya que toda adicción es nada menos que el horizonte autista y mortífero del goce.
El encuentro con un analista es una posibilidad para que el sujeto sea alojado, escuchado, para que su modo de gozar se transforme en algo singular, en su síntoma particular, dejando de lado los ideales que le propone el mercado. Se trata en todo caso de que cada sujeto pueda hacer compatible ese goce mortífero con la vida. Este desafío convoca al analista y su quehacer tanto en el consultorio como en las instituciones trabajando junto a otros que también se ocupan de brindar tratamientos a partir de una practica entre varios.
La investigación es otro de los desafíos que sirven de orientación en el camino de mantener la actualidad del psicoanálisis junto a las diversas ofertas que hay en el mercado. El TyA (toxicomanía y alcoholismo) de Rosario es un espacio de estudio e investigación que inscribe su trabajo en la red internacional del Campo Freudiano. Como es habitual, este año realiza su X Jornada en relación al tema: "Respuestas a la adicción generalizada: psicoanálisis e instituciones". En esta ocasión tendremos la oportunidad de intercambiar y debatir a partir de la presentación de trabajos clínicos, políticos y epistémicos por parte de analistas locales e invitados de Buenos Aires y Córdoba dando testimonio de nuestro trabajo en red. Esta será una oportunidad para poner a prueba algunas de las respuestas que el psicoanálisis y las instituciones pueden dar al estilo adictivo imperante.
* Psicoanalista. Miembro EOL y AMP. Responsable de Jornadas TyA Rosario. Invitados Darío Galante (BA) y Adriana Katsuda (CBA). Informes en Jujuy 1610, 4402674. www.eolrosario.org.ar
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