En los últimos meses los estudiantes chilenos han protagonizado el reclamo por una Educación Pública, que al día de hoy exige una reforma constitucional como búsqueda de una trasformación estructural a la crisis; dicho reclamo ha ido encontrando mayores asideros en el conjunto de la sociedad, en los países aledaños, en Latinoamérica. La Secretaría de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario recuerda en este contexto la frase de José Martí: "De la independencia de los individuos, depende la grandeza de los pueblos".

"Las movilizaciones que se vienen realizando en Chile dan cuenta de la necesidad de plantear para el conjunto social el libre acceso al sistema público educativo que incluya calidad y gratuidad. Los estudiantes chilenos mantienen masivas protestas públicas y ocupaciones de colegios y universidades estatales desde hace casi tres meses, como medida para exigir que se garanticen estas demandas", dice el texto elaborado desde la Secretaría.

"En la actualidad la educación chilena se sostiene fundamentalmente en base al autofinanciamiento de los propios estudiantes y sus familias, generándoles un endeudamiento de 20 años promedio y reforzando el fin de lucro de lo que es un derecho universal", continúa.

Los estudiantes chilenos consideran que el gobierno de su país ha ignorado los ejes fundamentales de este conflicto: un rol del Estado como garante del derecho a la educación y con un fuerte compromiso con sus instituciones; democratización de los establecimientos educacionales; el fin efectivo al lucro en toda la educación; y el término del endeudamiento familiar.

Esta situación del sistema educativo acarrea las reformas aplicadas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973﷓1990), las cuales consolidan modelo educacional mercantil y elitista; lo cual prefigura a los sectores con capacidad de compra, regido por los mecanismos del mercado.

La propuesta del gobierno no es más que continuidad del modelo ya existente que, aún más ideologizada, profundiza un sistema que favorece la exclusión y segregación social acentuando la ausencia de un proyecto de desarrollo nacional. Para enfrentar este problema, los universitarios reclaman un Estado verdaderamente comprometido con la educación como derecho social y como estrategia para el desarrollo del país.

La lucha encabezada por los estudiantes develó los intereses de un Estado que le da la espalda a las necesidades del pueblo. Con el país en efervescencia y con un gobierno que sondea el 52 por ciento de desaprobación social, la semana pasada la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) convocó a un paro general por 48 horas, el cual contó con el apoyo de más de medio millón de personas: mineros, ecologistas, pueblos originarios, secundarios, organizaciones sociales, docentes (universitarios, primarios, maternales), familiares, sindicatos.

Según el balance oficial entregado por el Gobierno, el paro de dos días convocado por la Central culminó en la madrugada del viernes pasado con un adolescente muerto, Manuel Gutiérrez Reinoso, de 16 años, 153 carabineros y 53 civiles lesionados y 1.394 detenidos.

La Secretaría de Asuntos Estudiantiles comparte la resistencia por parte del pueblo chileno contra el neoliberalismo en la Educación, apostamos a movimientos emancipatorios como el que está ocurriendo en el país trasandino para que se garanticen los derechos universales ante un Estado que en el juego de la libre demanda los comercializa a costa de la vida y libertad de las personas.

Por lo mismo, esta Secretaría rememora al compañero docente Carlos Fuentealba, la reciente represión a los docentes en Santa cruz y a los estudiantes judicializados de la UNR. "Nos hermanamos con su lucha, sabiendo que el derecho a la Educación Libre, Gratuita y de Calidad sólo puede ser garantizado por el propio pueblo", afirmaron desde la Secretaría.