PSICOLOGíA › EDIT BEATRIZ TENDLARZ, DIRECTORA DEL APERIóDICO PSICOANALíTICO
La publicación, que tiene una década de vida, constituye un lugar de intercambio entre psicoanalistas de todo el mundo.
› Por José Manuel Ramírez*
La licenciada Edit Beatriz Tendlarz, psicoanalista miembro de la EOL y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), es también directora del Aperiódico Psicoanalítico, que se presentó el 4 de mayo en la Facultad de Psicología. Esta publicación, en sus últimos números, abordó la candente problemática del autismo.
--Recientemente se presentó en Rosario en la Facultad de Psicología el Aperiódico Psicoanalítico, que Usted dirige. ¿Cuál es su evaluación?
--La verdad es que he quedado encantada con la invitación que me hizo Marcela Errecondo, ya que hemos tenido oportunidad de que el Aperiódico Psicoanalítico pudiera ser presentado en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, por la importancia de la institución a nivel nacional y regional, pero también por la calidez y el entusiasmo de los alumnos y colegas. Me resulta interesante contarles en principio que esta publicación tiene ya una década de vida. En estos diez años, si algo caracterizó a esta publicación fue la variedad de temas que hemos tratado junto con psicoanalistas de diferentes partes del globo. Nos ocupamos de trabajar cuestiones que giran alrededor de una forma de lazo que opera en esta nueva época, donde el aislamiento se impone como estilo de vida. Si los tiempos en los que nace el psicoanálisis son llamados por JacquesAlain Miller "una época disciplinaria, en la que el padre, con su reino simbólico, producía una suerte de ordenamiento con relación al goce, hoy, a partir de la declinación de este significante primordial surge un nuevo reinado: el reinado del goce".
El Aperiódico ofrece la posibilidad que psicoanalistas de las diferentes orientaciones puedan acceder a él, como así también aquellas personas que sufren y que pueden encontrar en el psicoanálisis de la orientación lacaniana un lugar donde desplegar su subjetividad.
-¿Cómo responde el psicoanálisis lacaniano ante los nuevos desafíos que presenta la clínica en la actualidad?
--Los debates actuales en el ámbito de las políticas de salud mental giran en torno a la importancia que tienen hoy los avances tecnológicos. Los psicoanalistas deberíamos estar al tanto y formar parte. Hoy por hoy, el Otro pasa por ejemplo por la pantalla de la televisión y por Internet. Lo que existe es lo que se ve allí. Por eso queda en nosotros actualizarnos. Como sabemos, la formación analítica es una experiencia que no acaba nunca en la medida que sólo se sostiene de un deseo decidido. Los psicoanalistas de la orientación lacaniana sostenemos, siguiendo a Jacques Lacan, que el porvenir del psicoanálisis dependerá de estar a la altura de la subjetividad de la época.
-Los tres últimos números de su Aperiódico estuvieron dedicados exclusivamente al tema del autismo. ¿Por qué dedicó tanta atención a este tema?
--Hoy, la clínica del autismo sostenida desde el psicoanálisis nos muestra que, para muchos niños, el destino puede romper con ciertos estigmas que favorecen la creencia de la cronificación deficitaria. Para estas teorías que sostienen la tesis del déficit en el autismo, será la comprensión de ese déficit y el tratamiento personalizado que permitirá ir construyendo un corpus de técnicas que logren sostener al niño en su educación y adquisición de conductas. Es realmente notable la divergencia que podemos ubicar entre el modo de operar en las terapias cognitivoconductuales y en el psicoanálisis dado que la clínica psicoanalítica nos interroga constantemente en nuestro quéhacer sostenido por el deseo del analista. Desde el psicoanálisis lacaniano proponemos que los analistas podamos acompañar a los niños autistas en un trabajo de invención. Invención que sólo se podrá realizar a partir de pequeños trozos, de piezas sueltas que se podrían ir hilvanando desde la subjetividad de cada uno. Se trata de un acercamiento al sujeto autista en la construcción de una nueva vía, lo cual difiere sustancialmente de las técnicas de aprendizaje. Como dice Jacques Lacan, el niño autista está en el lenguaje, en el agua del lenguaje. Si bien es cierto que algunos niños se las podrán arreglar con retazos de delirios, otros lo harán de manera diferente, en la medida que el analista pueda rescatar aquello tan singular de cada uno y acompañarlo en el devenir del tratamiento. El esfuerzo del psicoanálisis es demostrar que no hay etiquetas posibles en tanto cada sujeto es un inclasificable, es decir que no encaja en ningún protocolo.
--¿Qué lugar ocupan los padres en el tratamiento con niños autistas?
--Los padres que optan por analistas que abren las puertas a la singularidad de los seres hablantes van a contramano de lo que ciertos sectores de nuestra sociedad proponen. En los tratamientos, a los padres se les abre un espacio para que puedan hablar de lo que entienden en relación al padecimiento que sufren sus hijos. Los analistas seguimos apostando a actualizarnos en la clínica, oponiendo a las cifras y evaluaciones la respuesta psicoanalítica, es decir, abriendo el juego a la subjetividad de cada quién, no sólo del niño en cuestión sino de sus padres.
*Psicoanalista. Coordinador de la página de Psicología de Rosario/12.
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