Jueves, 29 de mayo de 2014 | Hoy
PSICOLOGíA › SALE NUEVA DIXIT, LETRAS PSICOANáLISIS Y ARTE
Por Federico Vida (*)
Hace un tiempo, y con la prisa de la ocurrencia, apareció la Revista (dixit) letras psicoanálisis, arte por la ciudad de Rosario. Llevaba en su tapa el rostro de una mujer y en sus interiores felinos, ovejas, pianos, letras y psicoanálisis (toda una "animalia freudiana" diría Nicolás Rosa).
Hoy, con bastante tiempo de espera, y cuando ya no la esperaban, (dixit) se anticipa a su segunda entrega en estas letras que Manuel Ramírez gentilmente me invita a trazar. Y como todo lo que se anticipa, se anticipa a una promesa, pues es una promesa lo que la anticipación demanda: promesa de nada por nada.
Nada dixit entonces! Y en ese vacío cada autor responderá por su nombre en el nombre del Otro: tendremos a Agustín Mac Donald en Anton Webern, recorriendo El camino de la nueva música, a Wanda Donato en Lacan, descompletando El Seminario, a Fernando Mullor en Carlos Monsiváis, leyendo Los Rituales del caos, a Humberto Lobosco en la Poesía, yo mismo en Roland Barthes y escuchando El susurro del lenguaje, y a Juan Ritvo con adelantos de un libro por venir.
La revista también cuenta con un Comité de Referato en el cual aparecen nuevos nombres como los de los psicoanalistas Jorge Gómez, de Rosario, y Atilio Montanari, quien llegó a nuestra ciudad desde Brasil en busca de psicoanálisis, justo en el ominoso momento en el cual algunos intentan responder a los requerimientos de un organismo de acreditación externa a la Universidad colectivizando el significante: menos deseo y más salud? (dixit) responde con el deseo puesto en la crítica.
Pero no se asusten, que no hay una política de la causa en (dixit), pues no hay causa suficiente de ser. Sí en cambio hay causas insuficientes, nos recuerda Ritvo: restos diurnos, parciales, caducos, de los que se hace la Revista.
Y si de restos y de arte se trata, debo anticipar que en este segundo número contaremos con Diego Cáceres, artista de Buenos Aires, residente en Barcelona, quien desde allí nos envía su expresionismo bruto. Un arte que interrumpe el desechamiento del objeto, sin caer en la idealización de lo inútil, tan propia del arte postmoderno que disuelve el lazo entre la obra y la vida. El expresionismo bruto, en cambio, hace un homenaje a la caducidad. Homenaje que no idealiza el objeto, lo sublima, cambia la meta, reanuda a la obra con la vida, y ahí, por añadidura aparece entredicha la política. De eso se trata, de alfareros del vacío y tejedoras de naderías. Por fin!
*Psicoanalista. Director de la Revista (dixit) letras psicoanálisis, arte.
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