Jue 07.06.2007
rosario

PSICOLOGíA

Apuntes sobre una clase titulada "La pregunta por la esquizofrenia"

En el marco del seminario anual "Paranoia y Estructura", que dará este sábado, el autor de esta nota aborda las manías y la melancolía, que tienen "una afinidad íntima y secreta".

› Por Marcelo Rapoport *

"En algunas depresiones cíclicas, en las modificaciones paranoicas leves y en la esquizofrenia, hemos conseguido resultados indudables mediante el análisis. Abraham es el que más ha avanzado por este camino con su explicación de las melancolías. Los psiquiatras no podrán resistirse por mucho tiempo a la fuerza probatoria de sus propias observaciones clínicas. En la psiquiatría alemana tiene efecto actualmente una especie de penetración pacífica de los punto de vista analíticos". En este fragmento de la autobiografía del 1924, Freud sintetiza lo que constituyó el despliegue de nuestro trayecto, en el cual expusimos algunas consideraciones sobre el estatuto de la relación entre la semiología psiquiátrica de la psicosis maníaco﷓depresiva y la clínica psicoanalítica. Estatuto en el que afirmamos la ruptura y nos interrogamos por el contacto.

¿Es posible afirmar, junto con Lacan, que lo más seguro que tiene la clínica psicoanalítica se lo debe a la clínica psiquiátrica? Una de las cuestiones que pusimos sobre el tapete es la función del diagnóstico de estructura en la dirección de la cura, y otra fue el valor del signo que la clínica psiquiátrica desglosa y pone de manifiesto. Cuestión ésta que trabajamos en relación a lo que plantea Lacan en Radiofonía. "No venga a imaginarse por lo que he dicho del significante que el signo no es asunto mío. Pues como psicoanalista es el signo el que me advierte".

En lo que respecta a la concepción de la manía y la melancolía comentamos la concepción de un médico inglés del siglo XVII, Willis, quien en 1672, señaló por primera vez en el discurso médico entre ambas afecciones en las que indica "una afinidad íntima y secreta" que se constituye por una relación de oposición contraria.

En las postrimerías del siglo XVIII y el siglo XIX se opera la disyunción entre cuerpo y alma que constituyó el fundamento ontológico del discurso médico﷓teológico, que dará lugar a la reorganización de estas afecciones que a partir de ahora se encontrarán determinadas por la observación y la clasificación nosográfica que es solidaria de la conversión del loco en alienado mental recluido y segregado en el asilo, con lo cual pasa a ser asunto de la psiquiatría.

Proceso que a su vez se encuentra articulado al desarrollo de las concepciones del lenguaje se lleva a cabo en el campo de la lingüística a partir de la fonología; estableciéndose así un consenso por el cual el signo garantizará la correspondencia entre el pensamiento y la cosa pensada.

En lo referente al signo, hicimos especial hincapié en la "fuga de las ideas" en la manía y en el "autorreproche" en el acceso melancólico. Así también pusimos en relieve la función del signo en psiquiatría, en el cual, entre otras cuestiones, señalamos que conforman un cuadro nosográfico en el cual nada falta, salvo, claro está, la función enigmática de la mirada del observador y la subjetividad del llamado enfermo que deviene en la universalización de un "cuadro normativizado por la falla".

Al efectuar esta puntuación señalamos que, quizás, el interés que ésta pueda tener, radica en el hecho de que las reflexiones de Freud, de Lacan, de K. Abraham, de Melanie Klein, no en serie sino en disyunción a una historia y que la vía tal vez más fecunda no podría ser aquella que opone la manía y la melancolía como contrarias; y que por otra parte, nos permitirá abrir la cuestión de la estructura, con lo cual el psicoanálisis se sitúa como punto de llegada, tal como lo vislumbró Freud, de la clínica psiquiátrica.

En lo que concierne a la manía y la melancolía, tanto Freud como Lacan no apuntaron necesariamente a la entidad nosográfica sino más bien a la determinación estructural que señala que aquello que la psiquiatría logró aislar como signo o bien como envoltura formal del síntoma fracasó en la determinación del lugar del sujeto y del objeto con el que se dialectiza o se cristaliza ya sea el supuesto triunfo loco del maníaco con el dolor de existir con el que el melancólico sucumbe, perdiéndose él mismo para no perder lo que nunca hubo ni tuvo.

* Psicoanalista. Dictante junto a Cristina de Biasi y de Silvia Szuman del Seminario Anual 2007 "Paranoia y Estructura".

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