Jueves, 23 de agosto de 2007 | Hoy
PSICOLOGíA › PALABRAS DE DESPEDIDA PARA SILVIA BLEICHMAR
Por Bettina Calvi *
El 16 de agosto murió la doctora Silvia Bleichmar. Silvia realizó estudios de sociología y psicología en la Universidad de Buenos Aires y obtuvo el Doctorado en Psicoanálisis en la Universidad de París VII, bajo la dirección de Jean Laplanche. Dirigió para UNICEF el Programa de asistencia psicológica a los niños y niñas afectados por el terremoto de México en 1985, y luego, en 1994, el de las víctimas del atentado a la AMIA. Fue docente universitaria de postgrado tanto en el país como en el exterior. En 2002 escribió "Dolor País", sumando la escritura del ensayo sobre los efectos de los procesos traumáticos sociales, a sus textos específicos sobre el funcionamiento psíquico. A partir de 2004 fue asesora del Ministerio de Educación de la Nación.
Sus libros, en los cuales realizó una revisión de los paradigmas existentes alrededor de la constitución del psiquismo infantil y de su funcionamiento, traducidos al portugués y al francés, constituyen material de estudio en numerosas Universidades e instituciones de enseñanza.
Despedir a Silvia es una tarea ingrata, ya que es despedir a alguien con quién la comunidad psicoanalítica argentina, todos nosotros, mantenemos una deuda. Como alguna vez dijera su amigo Juan Carlos Volnovich, "ella sola hizo por el psicoanálisis argentino mucho más de lo que hicieron las instituciones que se dedicaron a administrar el legado freudiano. Con su obra ella consiguió devolverle al psicoanálisis el prestigio que supo tener en sus épocas de gloria y supo, también, como otorgarle un alto grado de credibilidad a un discurso que parecía perimido. Con su obra ella enalteció al psicoanálisis y, con la consecuencia con que sostuvo sus principios. Sencillamente no se cansó de mostrarnos como se debe vivir la vida a fin de que todo, incluso el sufrimiento, tenga sentido".
Recuperar la identidad subjetiva en base a la propia historia fue el legado que Silvia como representante de la generación del '70. En sus años de exiliada en México, promovió con su trabajo la recuperación subjetiva de muchos pacientes devastados por la muerte, las pérdidas y el exilio.
Después de haber intervenido intensamente en situaciones límites, como el terremoto de México, la bomba de Amia y las secuelas de padecimientos como el producido por el incendio de Cromañón, se ocupaba últimamente de la vida cotidiana, en esta época donde la misma vida cotidiana parece volverse una situación límite, ya que equivale a intervenir sobre una subjetividad en riesgo. A pesar de esos riesgos Silvia apostaba a la esperanza, a la recuperación de una subjetividad donde el respeto al semejante fuera el paradigma, impregnada de ese espíritu escribió "No me hubiera gustado morir en los 90".
Tuve el honor y el placer de que Silvia fuera mi directora de tesis, ella con tremenda rigurosidad pero con una generosidad propia de su ética subjetiva y profesional, me enseñó a pensar desde el psicoanálisis, los padecimientos subjetivos en la vida cotidiana, así como los efectos subjetivos de las situaciones extremas, situaciones que producen efectos devastadores sobre el psiquismo.
Por todo lo dicho entonces, esto no es una despedida ya que la obra de Silvia Bleichmar seguirá allí para invitar a todo aquel, que aceptando poner en cuestión las certezas, acepte reunir pensamiento crítico, esperanza y responsabilidad.
* Doctora en Psicología
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