OPINIóN › PANORAMA POLITICO
› Por Pablo Feldman
La derrota electoral del 2 de setiembre dejó al desnudo la crisis del Partido Justicialista que los sucesivos triunfos electorales disimularon durante los últimos años. Podría decirse que la clausura del partido coincide con la aparición en la escena política del ex-piloto de formula uno Carlos Reutemann. La presencia del Lole suplió a las estructuras partidarias, y la movilización que caracterizaba al PJ fue reemplazada por una figura mediática de alto impacto. A lo largo de tres lustros, en la presidencia del partido, Reutemann se ocupó de colocar a alguien que no sólo no lo molestara sino que si fuera necesario hiciera el "trabajo sucio". Como el sello PJ ganaba las elecciones, nadie alzaba la voz, más aún; algunos dirigentes en privado descalificaban al "corredor" por su ignorancia en algunos temas que ellos dominaban, o por su personalidad taciturna y timorata. Pero esos mismos dirigentes a la hora del armado de listas -a criterio personal de Reutemann- llegaban a compararlo con Francois Miterrand y se deshacían en elogios cuando hablaban de su jefe.
Ahora Reutemann no está. O para decirlo mejor: No estuvo. Y no estuvo porque no quiso. Y no quiso porque temía perder.
Jorge Obeid, en cambio, estuvo pero sin la posibilidad de ser candidato. Jugó políticamente a mano de Rafael Bielsa y perdió.
No habían pasado 24 horas desde el triunfo del socialismo cuando aparecieron las primeras actitudes carronieras de algunos dirigentes cuyo destino político no parece venturoso, sobre todo si como asoma ha pasado el cuarto de hora del piloto.
La "loledependencia" aparece como la única explicación para que los que hacen cola para "pegarle" a Obeid no le hagan ni el más mínimo reproche a Reutemann, que desertó de la candidatura a Gobernador y no precisamente por un fin mayor -sólo sus voceros creen que podría haber sido el vice Cristina-.
Salvo para este grupo ya descrito, el Lole está retirado o a punto de retirarse. No participó de la reunión la semana pasada en la Casa Rosada en la que el Presidente Kirchner habló de Santa Fe con Obeid, Rafael Bielsa, Agustín Rossi y Omar Perotti. Y no sólo no estuvo el Lole sino que ninguno de los cuatro mosqueteros forma parte de su grupo. Si hubiera estado Ricardo Spinozzi -que ganó la senaduría de General López- la cosa hubiera sido diferente. Pero nadie del reutemismo fue convocado a la Rosada. Lógicamente los que fueron no van a hablar mal de Reutemann -al menos no en público- pero el dato es significativo. Obeid y Bielsa representando al presente que se va y Rossi/Perrotti al presente que viene. Desde el reutemismo, o lo que queda de él, además de hacer "tiro al turco" se alimenta la versión de una cumbre Binner/Reutemann, de la que el Gobernador electo no tiene noticias. Se hace con el argumento -real- de que el PJ controlará el Senado provincial, pero eso no equivale automáticamente a decir que Reutemann tiene la llave de la Cámara Alta. Lo que se va a hacer seguramente es abrir instancias de diálogo en el plano institucional, es decir con los senadores que tienen mandato por cuatro años.
Pero como dijo el candidato del FPV en la noche del Hotel Riviera la derrota no es huérfana, pero al parecer el ADN hecho por el reutemismo no responde al patrón Bielsa, sino a Obeid.
Pero en la escudería no es el único lugar donde la derrota no puede ser asimilada. En el grupo que trabaja con el Gobernador hubo algunos intentos de desmarque del fracaso, como el empleado encargado de la información pública que pretende hacerle creer al mundo algo así como que los Rolling Stones son lo que son porque el sonidista es un fenómeno. Creer que Bielsa no será Gobernador porque no fue buena la campaña es subestimar como mínimo a la mitad de los santafesinos.
Pero al parecer eso es lo que comentan en rueda de amigos, buscando explicaciones que los eximan de la responsabilidad que les cupo como integrantes de un partido que está congelado. Basta repasar la nómina de los que han sido estos años las autoridades y constatar que sus niveles de obsecuencia hacia Reutemann son inversamente proporcionales a la aceptación que alcanzan frente a la opinión pública.
No hay un atisbo de autocrítica, sin ir mas lejos, un legislador provincial reelecto le "carga la romana" a Maria Eugenia por la paliza de Rosario, como si fuera la responsable de la catástrofe electoral.
El pase de facturas que se le hace a Obeid es por haber derogado la promiscua Ley de Lemas, que no fue otra cosa que cumplir con una promesa electoral que dicho sea de paso hicieron todos los candidatos.
La hipótesis es de imposible verificación, pero por los resultados del 2 de setiembre el PJ perdía también con la LdL, para este cronista por un margen superior aún si se hubiese incumplido la promesa de derogarla.
Pero como se dijo más arriba se trata de un enigma indescifrable. En cuanto a qué pasaba si el candidato era Reutemann. Eso ya lo contestó él mismo que prefirió quedarse en su banca de Senador Nacional. Ni la tentación de ser el único hombre que hubiera gobernado la provincia llegó a modificar su decisión. Tal vez haya visto algo, como cuando no quiso ser Presidente de la República. "Solo una vez golpean a tu puerta" dijo el primer día de enero de 1999 en su casa de Guadalupe a Rosario/12 cuando era "el" candidato a Presidente. Tenía razón, y hasta tal vez haya hecho bien en dejarla pasar.
De ahora en más, el PJ tiene un desafío desconocido; construir no ya desde el poder sino desde el llano. Probablemente se produzca el tan mentado "recambio generacional", y con él no sólo las capas etáreas sino los niveles de pensamiento y organización. Parece más que un propósito una necesidad dejar de pensar en "que dirá el Lole". Sobre todo aquellos que militaban en política mientras Reutemann corría los Grandes Premios.
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