OPINIóN › SIETE DIAS EN LA CIUDAD
Hoy se sabrán los nombres de los candidatos a concejales en Rosario. Más allá de unas pocas excepciones, no hay aspirantes de peso y las intensas negociaciones en los partidos de dieron en base a que "el puesto estaba para cualquiera". Si en esta elección las fuerzas de la oposición no tienen cifradas expectativas de cara al 2011 en la ciudad, los comicios de julio y setiembre quedarán agotados en sí mismos.
› Por Leo Ricciardino
Hasta esta medianoche hay tiempo para entregar las listas de candidatos a concejales en el Tribunal Electoral de la provincia, que también debe oficializar candidaturas de aspirantes a presidentes de comuna y unos pocos intendentes de localidades pequeñas en Santa Fe. Si bien los "cierres" de listas son siempre febriles, en esta ocasión y para el caso de Rosario las dudas que subsisten, los sube y baja, están más marcados que en otras oportunidades en virtud de que los candidatos indiscutidos no son más de tres o cuatro. El resto están todos casi en las mismas condiciones y por eso la pregunta que no se escucha pero que se formula cada uno de los aspirantes es "¿por qué no yo?". Y la verdad es que analizando el contexto, los asiste la razón.
El problema es, precisamente, el contexto borroneado, desdibujado de la política en su conjunto. Todos los valores reivindicados estos días en la figura del difunto ex presidente Raúl Alfonsín, son los que no están presentes. Más claro, la política está ausente con aviso. Por eso fue sorprendente ver cómo quienes desprecian la política y prefieren ser agricultores por más que se dediquen a la actividad pública en altos cargos desde hace 20 años, hayan pasado por la capilla ardiente del Congreso para despedir los restos de quien en vida representó todo lo opuesto.
Es tal la militancia de la antipolítica que muchos dirigentes del campo que desprecian a los dirigentes políticos y al sistema de partidos en general; se aprestan a ser candidatos en Santa Fe y casi todos los territorios importantes de la Argentina. ¿Qué dice la gente, el vecino, cuando quiere representar que en su barrio hay una obra que se hizo o que no se hizo por motivos dudosos?. Dice, casi invariablemente, "acá está mezclada la política". Y no le hace falta agregar nada más: La política es lo sucio, la rosca, lo que arrebata los sueños de la gente. Sin embargo, todos los adalides de la antipolítica -chacareros, empresarios, etc.- quieren entrar. Son muy pocos los que quieren salir.
En Rosario, más que nada por la impronta fuertemente urbana, las distintas fuerzas aún no se han tentado de buscar candidatos con aires de campo. La mayor parte de los aspirantes son hombres y mujeres, jóvenes y mayores, que participan de la política desde hace muchos años. Pero también se advierte un fenómeno que tiene que ver con el grado de obturación que ejercen los dirigentes en cada uno de los partidos: Las estructuras partidarias -en su mayoría demodé y agotadas- siguen sin permitir el flujo de jóvenes dirigentes que puedan ir dando cuenta de una renovación necesaria. Por el contrario, antiguos dirigentes que hace años no ganan una contienda electoral siguen encaramados en sus aspiraciones. Esto hace que los diques se desborden y que cada uno intente suerte bajo un signo partidario pero más o menos por su cuenta, salvo excepciones.
El ejemplo más claro de este mecanismo tan cerrado como anacrónico es el propio Partido Justicialista de Rosario, que no pudo construir un candidato de peso a nivel local en los últimos 15 años. Un ejemplo concreto: Si Agustín Rossi no hubiese sido convocado a una lista de diputados que pocos querían encabezar porque enfrente estaba Hermes Binner en 2005, y no hubiera llenado ese cargo llegando a la jefatura del bloque nacional por propias condiciones; hoy el propio Rossi no tendría un lugar expectante dentro del peronismo rosarino. Tuvo que hacer, como muchos, un camino por afuera. Esperar una promoción de cuadros dentro de una fuerza política es hoy una larga y sinuosa utopía que casi nadie está dispuesto a esperar.
Por el contrario, si uno debe señalar un partido político exitoso en Rosario en los últimos años está claro que esa fuerza es el socialismo. ¿Qué es lo que hizo internamente el socialismo en los últimos 20 años? No parar de promocionar cuadros de su propia estructura. Eso hizo y le fue como le fue.
Por eso, si ninguna de las fuerzas políticas de la oposición en Rosario vislumbra estas elecciones como una pelea con posibilidades para el 2011 en la ciudad; las primarias municipales del 5 de julio y las generales del 6 de setiembre, serán sólo una noticia más en los diarios.
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