Carlos Reutemann cometió el primer error grosero de esta campaña. El rol de "víctima" para un candidato no es aconsejable, y menos si esa pretensión trata de saciarse a partir de un declaración tan desdichada como la que hizo el aspirante presidencial en torno a "la maquinaria hitleriana" del partido socialista. Tan brutal fue la diatriba del ex-piloto que ni sus más conspicuos colaboradores intentaron "salvarlo" y dejaron que pasados unos días fuera el propio candidato quien intentara una explicación -no una disculpa- cuando en el programa de cable que conducen dos de los más importantes columnistas del diario Clarín atinó a decir "a veces se sale la cadena" después de haber leído una impresionante piesa literaria de la editorialista del vespertino El Litoral de Santa Fe. Seguramente sus adláteres le habrán dicho que no es de "ganador" eso de andar pidiendo disculpas, y que rinde más ponerse en la piel del agredido, como intentó hacerlo cuando remarcó que Dante Caputo le querría pegar. Los dichos del ex-canciller no se limitaban a escribir sus "ganas de romperle la cara" lo calificó de "ignorante e irresponsable" algo que Reutemann no atinó refutar.

Demás está decir que cualquier referencia en torno Hitler es tan desproporcionada que no merece más explicaciones. Lo que no se debe disimular es el nivel de intolerancia o desconocimiento que supone echar mano a esta "herramienta". En cualquier caso no hay que dejarlo pasar. ¿Qué fue lo que empujó a Reutemann a decir semejante barbaridad? Si hay algo que se le reconoce al Senador es su parquedad y recato a la hora de opinar o abrir juicio. Sus admiradores lo califican de "tiempista" cuando prefiere callar, y si bien podría merecer algún otro calificativo, queda claro que es muy difícil que Reutemann se "vaya de boca". Más aún, no hubo nada nuevo en lo que dice que le dijeron en los últimos días, y sostiene que lo vienen "desgarrando" desde hace años.

La única novedad -si puede dársele ese rango- la aporta la aparición en el centro de la escena de Hermes Binner, con quien Reutemann hasta hace un par de meses mantenía un relacion bastante cordial. Sin ir más lejos basta recordar los días más calientes del conflicto agropecuario firmando documentos conjuntos en contra de las políticas del gobierno nacional. Después de eso, fue que Binner confirmó que Reutemann ya no era kirchnerista como lo había sido el lustro anterior, en el que ya había dejado de ser menemista como lo fue en los '90. Pero no fue eso -que alcanza a casi toda la dirigencia del PJ- sino la referencia al crimen de Pocho Lepratti -durante la represión policial de diciembre de 2001 en el gobierno de Reutemann-. Eso marcó un punto de "no retorno" dijo el Senador y desde entonces nada volvió a ser como antes. Y la pregunta que se impone es ¿cómo era antes? O acaso las diferencias entre ambos se limitan a los episodios referidos, lo cual no es poco, pero tampoco todo. El otro punto que irrita al Lole es el de la privatización del Banco Provincial de Santa Fe. Cualqiera que haya vivido en la provincia en aquellos años sabe que Reutemann quería privatizar todo. El Banco, Aguas, la EPE, y lo que tuviera a su alcance. En lo referente al agente financiero hay que repasar los diarios de sesiones, los periódicos de la época y ver -entre otras cosas- los movimientos de Juan Carlos Mercier que no es precisamente un "líbero" sino el principal operador del reutemsimo en la Legislatura o en el poder Ejecutivo, según fuera diputado o ministro, o como ahora senador. Suena ridículo que el reutemismo intente despegarse de la venta del banco y Daniel Germano encabece la lista de diputados nacionales. Germano antes de ser Ministro de Educación de Reutemann fue Ministro de Hacienda de Víctor Reviglio, él puede aportar importante información acerca de la privatización del Banco Provincial. La materialización de la venta durante el gobierno de Jorge Obeid, es nada más que un detalle temporal, porque ademas Obeid era ﷓como lo es hoy﷓ el principal "socio político" del ex﷓corredor. El "jaque perpetuo" de los legisladores ultrareutemistas durante las dos gestiones de Obeid es un dato objetivo que el ex-mandatario no reconocerá públicamente pero que todo el peronismo tiene presente.

"Que Binner se dedique a gobernar", dijo Reutemann poco antes de perder los estribos. Y a partir de esa lacónica frase, otros espadachines del peronismo salieron a la cancha como era de esperar. Alguno de ellos, a coro con algunos voceros se ocuparon de pedir que "se debatan propuestas" o se "discutan ideas", lo cual no está mal pero parece más conveniente para una elección de Centro de Estudiantes donde los alumnos muchas veces no conocen a sus candidatos, que a una disputa como la que se dará el 28 de junio, que dirimirá bastante más que los nombres de los legisladores que representaran a Santa Fe.

Más allá del protagonismo que intentará cobrar Rubén Giustiniani, la disputa está planteada entre Binner y Reutemann. Aún cuando el Gobernador no será candidato a nada, tiene muy claro que la segunda mitad de su mandato será diferente según gane o pierda los comicios, éstos de junio y también los de agosto. Es por eso que pone el cuerpo y ocupa un lugar que no tenía acostumbrado ni él ni la opinión pública. Esto desde ya que le conviene Giustiniani, y es por eso que el Senador que busca su reelección -cosa que no parece complicada en absoluto- sonríe desde los afiches y se amolda a la disputa entre los "peso pesado".

A diferencia de lo que sucede en otras provincias, los santafesinos tienen la fortuna de poder elegir cómodamente entre proyectos ya probados, conductas conocidas y trayectorias verificables. No es necesario un debate -aunque mal no vendría- ni repasar las plataformas ni esperar los spots publicitarios. Más aún, ni Reutemann debería "calentarse" cuando le dicen que "no puede entrar a un bar o caminar por Santa Fe" si está convencido de que puede hacerlo, o Binner dedicarle tiempo y energía a demostrar que su gobierno no está en "cesación de pagos" si es que tiene la situación económica controlada.

Porque más allá de las encuestas, la percepción de los medios, la ponderación de los factores de poder, los hechos son determinantes. Hasta la fisonomía es diferente entre la que sale en tele y lo que se ve por la calle. No es solamente una cuestión de imagen, y mucho menos de construcciones mediáticas. En estos tiempos en los que facebook parece ser determinante para la vida de los candidatos, un repaso por la historia, una miradita por las trayectorias no estaría de más. Si todo fuera "maquinaria" y "relaciones públicas" -sostenidas por el dinero- ganarían siempre los mismos, y eso, está a la vista, no es así. A esta altura, entonces, resulta más importante lo que hagan los ciudadanos santafesinos, que lo que puedan decir los candidatos, aún cuando se les salga la cadena.