Domingo, 30 de agosto de 2009 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
Pasaron más de diez días del episodio Reutemann Latorre, y los estragos se notan más en el "senador víctima" que en su antigua compañera de bancada. El "impacto" del que habló recurrentemente Carlos Reutemann en el "programa homenaje" que le hiciera Nelson Castro no lo han sentido ni Latorre ni los votantes que él dice interpretar, y a los cuales consultarán para ratificar el sentir del Lole. En horas saldrá a la luz una encuesta en la que Reutemann va a haberse quedado corto en todo lo que dijo e hizo acerca de su colega de bancada después de la firma en disicencia de un dictamen de comisión. Hasta los más complacientes comentaristas de la política nacional coincidieron en destacar que la reacción del ex piloto de Fórmula Uno fue un exceso, y que lo que era una llovizna él lo transformó en una tormenta. Pero el paroxismo llegó cuando por una radio de su ciudad dijo que la "candidatura me importa tres pitos" y que "se la recontrametan en el medio del culo". Más tarde, en el programa de Castro dijo "si alguien cree que tengo que pedir disculpas, pido disculpas", y también "alguien dijo vieron que le corre sangre por las venas" una respuesta típicamente reutemista: Ni sí, ni no.
Después de todo lo que pasó, se hace muy difícil no considerar la hipótesis de la nueva borratina del ex piloto, esbozada el domingo pasado en estas páginas, sólo que ahora también lo advierten algunos dirigentes del peronismo -como el matrimonio Duhalde- y lo festejan en Olivos, donde nunca pensaron que podría pasar lo que pasó. Hasta el Presidente de la UCR dejo "pegado" a Reutemann con el gobierno cuando lo responzabilizó de que "no haya alternativas dentro del PJ". Parece demasiado para Reutemann que no se cansó de repetir la dureza del "impacto" al que calificó entre los tres o cuatro más fuertes de su vida. Si bien no dijo cuáles fueron, es lógico suponer que los otros se tratarán de la muertes por las inudaciones y de las víctimas de la represión policial, cuando él gobernaba la provincia. Pero es sólo una suposición, ya que avanzando la noche y el reportaje insistía en el "impacto" que sugirió al final que fue el más fuerte. Después de esa presentación en TN, Reutemann volvió al silencio, al parecer respondiendo al pedido de algunos dirigentes que tienen que jugarse sus chances el 27 de setiembre y a quienes la reyerta con Latorre les estaba provocando un daño evitable.
Si a esto se suma que María del Carmen Alarcón, también se pasó al kirchnerismo, la semana que redondeó el Lole no debe haber sido de las mejores que recuerde. Si bien Alarcón había abandonado sus huestes hace tiempo -para fundar "Pampa Sur" primero, y sumarse al gobierno de Hermes Binner después- la asociación era inevitable, sobre todo porque la reacción del gobnernador fue diametralmente opuesta a la de Reutemann, para Binner fue sólo la salida de un colaborador, no habló de tracción, ni tuvo pesadillas, ni mucho menos fue lo peor que le pasó en la vida. Ese contraste tampoco favoreció al corredor que como le diagnosticó el doctor Castro- parecía abatido al cierre del programa cuando se levantó y fue a saludar a Felipe Solá de quien dijo "lo veo con ganas de pelear". Como se sabe, el ex gobernador de Buenos Aires anunció sus intenciones de ser candidato a presidente, aunque para muchos sería el compañero ideal para completar el binomio con Reutemann, entre los "promotores" de la dupla está el doctor Mariano Grondona a quien "le encanta" esa fórmula según dijo en su programa, como otrora bendijera a José López Rega en su "meditación del elegido".
Pero Reutemann dijo que no puede pensar en eso -en su candidatura presidencial- y que está tratando de recuperarse del "impacto". Siempre en el terreno de las hipótesis, habría que preguntarse qué le pasaría a Reutemann si su vice le votara en contra un tema crucial en el Senado y desempatara a favor de la oposición, como hizo Cleto Cobos, que se transformó para los mismos que cuestionan la firma de Latorre, en un paladín de la democracia. Ese síque es un "impacto" y sin embargo nadie se hizo el "harakiri" y menos aún después de la derrota electoral que sobrevino tras ese fracaso parlamentario y que para muchos -como señaló Latorre- equivalía al final del gobierno de Cristina de Kirchner.
Pero el "impacto" debe ser la explicación de la ausencia en el recinto a la hora de votar los "superpoderes", lo que luego enmendó agregando su negativa en un tramite administrativo contemplado en el reglamento. Pero tampoco votó la "emergencia", y no se sabe si allí también apeló al voto tardío porque no estuvo en el hemiciclo senatorial en el momento decisivo. Sin dudas -como el mismo lo dijo- Carlos Reutemann no está atravesando su mejor momento. "No pude festejar el triunfo en Santa Fe, después de una campaña muy dura", le contó a Castro, que trató infructuosamente de sacarle una definición en casi 20 minutos de reportaje. De lo único que no quedaron dudas fue del "impacto".
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