El reutemista Diego Giuliano y el obeidista Osvaldo Miatello decidieron impulsar un frente por la centro derecha que será presentado en sociedad mañana junto a la dirigente local del PRO, Laura Weskamp. Como todo nucleamiento que se inclina desde el centro hacia la diestra, no hablan de ideología, lógicamente. De lo que se habla es de esperanzas, de iniciar la era "post socialista en Rosario" y de tener precisamente una visión mucho más pro de la ciudad. "Rosario está linda, ahora queremos que sea feliz", dice más o menos el slogan que -como siempre también en este tipo de coaliciones esconde la política enmascarándola en un lenguaje canchero y positivo.

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que uno de los temas centrales del nucleamiento será la seguridad, un ítem que -desde el punto de vista de estos dirigentes encorseta ideológicamente al socialismo y por ende lo torna vulnerable ante uno de los principales reclamos de la ciudadanía. A Giuliano no le fue mal con la temática en la campaña y no se ve por qué no va a intentar repetir la experiencia.

Por ahora es un grupo que se junta por "intereses comunes de cara a la ciudad", pero tampoco hace falta ser politólogo para adivinar que de ese nucleamiento lo que se pretende parir es un candidato a intendente para el 2011. Y también una lista de concejales, obvio. Pero fundamentalmente un nombre donde abreve un sector del peronismo disconforme con el kirchnerismo por un lado, y otros sectores medios de Rosario con intenciones de dar un voto por el cambio después de tantos años de socialismo en el poder. También está claro ya, desde el vamos y aún antes de la presentación del grupo en sociedad, que ese candidato no es otro que Diego Giuliano. Un joven abogado que irrumpió con buena suerte (y también fuertes apoyos concretos) en la política local. Lo que sí hay que reconocerle al concejal es su sinceridad a la hora de querer armar por otro lado: Efectivamente, nada tiene que ver con el Frente para la Victoria y es un dirigente hecho a la medida del reutemismo aunque el senador nacional no le haya prestado nunca demasiada atención, en el marco de aquel viejo apotegma del piloto que sería más o menos así: "Nunca armes nada en Rosario cuando puedas no armarlo".

Con todo puede ser un sector a tener en cuenta en una próxima contienda donde la intención será disputarle sufragios a otro candidato que transita -con todos los matices del caso por los mismos andariveles: el radical Jorge Boasso que aspira a convertirse en el hombre de Mario Barletta en la ciudad y sumar a su piso electoral los porcentajes que vengan de la mano del escenario político provincial, según resulte su composición definitiva con el socialismo y en el marco del Frente Progresista Cívico y Social.

Por el otro lado quedará el candidato socialista impulsado fuertemente por las figuras de Hermes Binner, Miguel Lifschitz y Rubén Giustiniani -si es que finalmente se acomodan las tensiones internas en el PS . Héctor Cavallero que se presume irá asociado con el kirchnerismo y María Eugenia Bielsa desde la Agrupación Evita u otro nucleamiento independiente pero con arraigo en un sector del peronismo.

Más allá de las coincidencias o no que tenga el nuevo grupo (la verdad es que no resulta particularmente fácil verlo a Miatello al lado de Weskamp, por ejemplo); lo cierto es que este grupo de dirigentes están un poco agotados de deambular siempre alrededor de esquivas referencias peronistas provinciales y de un agónico destino electoral en la ciudad donde -desde hace más de treinta años no encuentra un candidato propio que esté por encima de los 25 puntos de intención de voto. Y la verdad que es toda una particularidad porque casi en cualquier localidad importante del país (tal vez con excepción de la capital federal) el PJ ha encontrado hombres y nombres como para impulsar candidaturas con expectativas. No es el caso de esta ciudad, es más que claro.

Habrá que ver si lo que empieza como una simple "coincidencia de ideas" termina en un acuerdo electoral que permita al nucleamiento que encabeza Giuliano, disponer de posibilidades a futuro. No debería haber inconvenientes en ese caso ya que Giuliano fue efectivamente el más votado, Weskamp dio un batacazo de 30 mil votos y el demócrata progresista Agapito Blanco se alzó solito con otros 5 mil. A Miatello no le alzanzó para entrar en la lista que encabezó Cavallero y el hijo de Mastrocola (que completa el grupo) se estrena en las lides de la política local.

Otra cuestión que estos armados a veces no tienen en cuenta es que lo que se logra sumar por un lado, en algunas oportunidades, no tarda en perderse por el otro. Quizás muchos peronistas que votaron con sentimiento por el propio Giuliano, poco quieran saber con Laura Weskamp del PRO, o viceversa. Habrá que ver. El 2011 ya está aquí.

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