Una de las principales candidaturas a intendente de Rosario, dentro del Frente Progresista, ya está en marcha: el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini, por lo menos acaricia su sueño dorado de llegar al sillón principal del Palacio de los Leones. El sábado a la noche tuvo su acto multitudinario en un lugar emblemático para el socialismo como lo es el Mercado de Productores, otrora sede de populares locros organizados por el partido que hoy, difícilmente, podría reunir a todos sus sectores alrededor de una mesa para una comida tradicional.

Ni Zamarini, ni el senador Rubén Giustiniani -jefe del sector que apadrina la candidatura del concejal , tuvieron una sola palabra de descalificación hacia otros sectores internos del socialismo con los que hoy están en pugna. Es más, los dos se encargaron de destacar "lo mucho que ha hecho el socialismo en esta ciudad en los últimos 20 años". Pero el clima en la militancia se notaba beligerante. La efervescencia que sólo una interna en ciernes puede otorgar, se podía palpar esa noche de sábado.

El sector, hay que convenir, no tenía demasiadas dudas respecto de quién sería su postulante a nivel local. Zamarini tiene la pertenencia, la militancia, la experiencia y -fundamentalmente las ganas como para representar cabalmente a lo que se denomina sencillamente como "El partido".

Distinto es el caso para el binnerismo que estará representado por Antonio Bonfatti como candidato a gobernador. Por el momento Raúl Lamberto parece el que más intenciones tiene y el que más aval reúne dentro de este espacio socialista. Pero la sombra del intendente Miguel Lifschitz no se ha disipado del todo, por más que siga mascullando bronca por su frustrada postulación provincial y ya le haya dicho de mil maneras a Hermes Binner que no piensa en un tercer mandato. La duda es a estas horas: Después de lo que pasó, ¿Lifschitz conserva aún la fuerza como para nominar a un candidato propio? Tendría que contar con el aval de Binner, por supuesto. Para el caso, no son pocos los que vuelven a mirar a Horacio Ghirardi, el actual secretario de Seguridad provincial.

Todos son nombres que necesitan de sus referentes para crecer en la grilla de precandidatos y llegar a las expectativas deseables para una elección general. El que sabe esto y muy bien es Jorge Boasso. El radical tiene de las más altas mediciones tanto en conocimiento como en intención de voto para el 2011. Además no tiene los problemas del radicalismo provincial de cara a la aplicación de la Boleta Unica. A él, difícilmente Mario Barletta podría sumarle mucho en Rosario, por el contrario el candidato a gobernador necesita de su "tracción" local para hacer pie en esta ciudad que apenas lo oyó nombrar.

Desde el otro lado, Héctor Cavallero ya tomó posiciones en la línea de largada y lanzó su postulación a intendente dentro del espacio kirchnerista que lidera Agustín Rossi. El Tigre es de los que también tienen una medición expectante y continúa siendo una carta fundamental para las casi nulas posibilidades que siempre tiene el peronismo en la ciudad. Pero aunque haya dicho claramente que era "el único candidato del kirchnerismo", hoy se lanzará Juan Giani a competir por el mismo espacio. El cálculo del sector a nivel provincial es que Giani poco puede restarle a las expectativas de Cavallero a nivel local, pero puede contener el sufragio para Rossi a nivel provincial de toda esa juventud peronista movilizada que tiene el espacio y que quizás (por ahora esto es sólo una especulación) no se sienta cabalmente contenida por el ex intendente socialista.

El que también comenzó a mostrarse como candidato a intendente fue el concejal Diego Giuliano. En una charla y brindis de fin de año el peronismo federal respaldó a su candidato que insiste en ponerse al lado de Laura Weskamp del PRO y Agapito Blanco del PDP. Giuliano cree sencillamente que "el carril derecho" está vacante, que él ya corrió por ahí y que le fue bien. Es otro a los que la aplicación de la Boleta Unica beneficia ante la incertidumbre que plantea el peronismo a nivel provincial. Curiosamente, los adversarios de Giuliano no están dentro del peronismo. Por perfil y gestión, el concejal va a disputar gran parte del mismo voto que encarna Boasso. Ha crecido dentro del Concejo, tiene buen respaldo de distintos sectores, y sabe muy bien cómo aprovechar los escenarios.

Entre los anotados figuran también Pablo Javkin por la Coalición Cívica y Mónica Peralta por el GEN, entre otros. Pero la gran duda sigue siendo María Eugenia Bielsa, quien quizás condicionada por la candidatura de su hermano Rafael, no sea de la partida. Para muchos, una pérdida para vastos sectores del peronismo que podrían encontrar a "su mujer" en Rosario.

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