Jue 09.06.2011
rosario

OPINIóN

Proyecto Ciudad Cultural

› Por Jorge Llonch

Siendo secretario de Cultura de la Provincia de Santa Fe, comprendí que los espacios destinados a la formación y capacitación de los hacedores de arte y cultura merecían ser repensados en función de la demanda y de las merecidas condiciones de trabajo y de formación. Esto me llevó a convocar a los equipos de arquitectura quienes conjuntamente con los cuerpos docentes, directivos y alumnado de escuelas coincidieron en desarrollar un manual de usos y condiciones acorde a las necesidades curriculares de cada una de estas instituciones educativas.

El relevamiento no cayó en saco roto. Por el contrario, fue el motorizador del llamado a un Concurso de Ideas en el cual participaron como jurados el Colegio de Arquitectos de Rosario - casi nunca convocado cuando de obras de transformación e impacto urbano en la ciudad se trata -, el Ministerio de Obras Públicas de la Provincia y la Secretaría de Cultura. El proyecto ganador, de dos jóvenes arquitectos rosarinos -Celeste Bellantig e Iván Ocas- que se impusieron incluso a grandes estudios internacionales, nunca entró siquiera en la fase de ejecución en este actual gobierno.

Por el contrario, se iniciaron diversas tareas de remodelación que si bien se definen desde la administración como una "puesta en valor", no solucionan el déficit edilicio de las escuelas de arte, ni contempla aquel concurso que preveía una verdadera reconversión del espacio integral de la esquina de Mendoza y Sarmiento, centro del casco histórico de nuestra ciudad.

Sin perjuicio de sostener un lugar emblemático para la cultura de la ciudad como lo es la Sala Lavardén, hoy, y luego del pase al patrimonio provincial de las dependencias que ocupara el Batallón 121 en la zona sur de Rosario, se abre un nuevo espacio. Hoy, en un mundo donde las industrias culturales han ganado importantes espacios y se han convertido en el 3 por ciento del PBI de la Argentina, creo que pensar ese énclave del sur como el corazón del proyecto Ciudad Cultural permitiría dar respuesta, por un lado, a esta demanda detectada allá por el 2006 por las escuelas provinciales, que albergan a 5 mil alumnos. Y, por el otro, a los vecinos del Saladillo, quienes podrían contar con este lugar como centro de inclusión y de desarrollo económico y urbanístico.

Los viejos pabellones que ocupara el Batallón 121 podrían constituirse en lugares de formación profesional, trasladando a ellos las sedes de las mencionadas escuelas que actualmente funcionan en edificios rentados por los que se pagan altos precios, pudiendo esos dineros ser utilizados en mejores servicios educativos en estas áreas culturales. También el proyecto de Ciudad Cultural prevee lugares para la práctica de deportes, así como la realización de eventos recreativos. El extenso predio podría albergar un jardín botánico, preservando, y poniendo en relieve, las especies del lugar.

El proyecto de Ley de Industrias Culturales presentado por el diputado provincial Mario Lacava provee el marco necesario para el desarrollo pleno del proyecto Ciudad Cultural, pues no se trata sólo de albergar las escuelas de artes provinciales sino de contribuir a la articulación de sus actividades con otros sectores, promoviendo su expansión y generando empleo.

El Estado, a través de la ley, se convierte en el promotor, y garante, de la promoción de las industrias culturales que desarrollen su actividad o tengan impacto en el territorio de la provincia, en especial la preservación, el enriquecimiento y la difusión del patrimonio histórico y cultural provincial, brindando apoyo a las manifestaciones culturales que afirmen la identidad local, a la promoción de manifestaciones artísticas que contribuyan al fomento y difusión de la cultura popular local, el fortalecimiento de la presencia cultural provincial en los planos nacionales e internacionales, la elaboración de planes destinados a la distribución equitativa de los recursos públicos destinados a la cultura y la promoción de una gestión cultural de carácter participativo.

El proyecto Ciudad Cultural, de la mano de la Ley de Industrias Culturales, contribuirá al desarrollo de un polo cultural educativo y de las economías que de él surgen. Pero eso no es todo. Las actividades recreativas y deportivas también tienen su lugar en este proyecto, cuyo fin es el de construir una sociedad más inclusiva, más equitativa, una sociedad más accesible para todos. Desde el Saladillo para toda la ciudad.

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