OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
En el último tramo de campaña los candidatos a gobernador de Santa Fe confían en lo que puedan aportar los referentes más importantes de cada fuerza. Rossi espera por Cristina mañana en Puerto General San Martín, Torres Del Sel recibió ayer el impulso de Macri visitando Rosario y Bonfatti lo tiene a Binner más a mano para referenciarse en un poderoso elector.
› Por Leo Ricciardino
La llegada de la presidenta Cristina Kirchner esta semana a la región, será clave para su candidato en Santa Fe. Agustín Rossi y sus colaboradores cercanos están convencidos de que la fuerza que la figura presidencial irradia puede alcanzar para cumplir con el objetivo de ajustar detalles del escenario electoral provincial, cuando van a faltar sólo cinco días para los comicios del 24 de julio. Uno de esos objetivos es fidelizar el voto peronista en la provincia, que no "goteen" sufragios de Omar Perotti hacia la candidatura de Miguel Torres del Sel. Una situación que todos sospechan pero que ningún consultor ha podido medir a ciencia cierta. Sobre todo teniendo en cuenta una carta pública de parte de supuestos productores agropecuarios que le pedían a Perotti que se negara a encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente para la Victoria.
En esa dirección, el propio Del Sel criticó en su momento al intendente de Rafaela por sus actitudes en lo que el cómico llama "la defensa del campo" o como repite "al campo hay que sacarle el pie de encima". A veces también lo llama "la gallina de los huevos de oro". Está claro cuál es el sector que prioriza el candidato de UniónPRO más allá de su "descubrimiento de la pobreza" como le dijo el candidato socialista Antonio Bonfatti.
El vicepresidente del Partido Justicialista de la provincia, Jorge Fernández, fue contundente este fin de semana en declaraciones a Rosario/12: "El 99.9 por ciento del partido apoya la candidatura de Rossi". Y explicó rápidamente qué pasaba con las decisiones políticas que habían tomado afiliados como Norberto Nicotra, Osvaldo Salomón y Alejandra Vucasovich, entre otros. "No hay ningún problema, ellos decidieron irse del partido y migrar hacia el PRO. Es una decisión de ellos no pertenecer más al justicialismo", explicó Fernández.
El vicepresidente del partido en Santa Fe elogió las actitudes de los ex gobernadores Carlos Reutemann y Jorge Obeid que apoyaron en su momento el congreso partidario de febrero pasado de donde surgió el Frente Santa Fe para todos que reflejó los deseos de unidad del justicialismo provincial. Es más, un antikirchnerista confeso como Juan Carlos Mercier tuvo su propia candidatura en la interna y luego aceptó acompañar al ganador si su presencia aportaba para la campaña de la elección general. Todos agradecieron el gesto aunque nadie lo llamó. También Reutemann en una de sus últimas declaraciones públicas había ofrecido su acompañamiento aunque nadie sabe bien a ciencia cierta dónde está y su participación en las internas de mayo se limitó a una foto junto a Perotti en el Senado de la Nación.
Como sea Rossi sabe que los apoyos en el justicialismo se regulan en base a cantidad de votos. Y ese es precisamente el fuerte de la presidenta: Muchos peronistas de Santa Fe la miran con desconfianza pero hacen sus reverencias porque aceptan el poder popular que concentra en base a su intención de votos y porque ha quedado consolidada como la conductora oficial del movimiento a nivel nacional, incluso resistiendo los embates de Hugo Moyano y compañía. Ese ejercicio del mando quedó plasmado como nunca en el armado de la lista de candidatos a diputados nacionales en todos los distritos y donde Santa Fe no fue la excepción, aunque las protestas posteriores fueron apenas tibias.
La llegada de Cristina mañana a Puerto General San Martín y la visita de Mauricio Macri ayer a Rosario para hacer campaña de la mano de Del Sel; parecen no preocupar demasiado al candidato socialista. "Nosotros tenemos claro nuestro eje de campaña y sabemos que la gente sabe perfectamente lo que vota en cada oportunidad y en cada distrito. No nos molesta ni nos cambia nada que vengan referentes a apoyar a sus candidatos", afirmó Bonfatti casi sobreactuando su tranquilidad. De todos modos sabe que él también tiene su respaldo y que está acá cerquita. El gobernador Hermes Binner parece haber logrado sortear los desafíos que le impuso su postulación como candidato a presidente y tranquilizar las aguas dentro de la borrasca del Frente Progresista santafesino que muchos radicales estaban empezando a agitar.
La presencia del candidato radical Ricardo Alfonsín, ayer, en San Cristóbal y Rafaela, quedó bien diferenciada de las expectativas del 24 de julio. Tal como lo hizo con su acto colmado de folklore boina blanca en la sala Luz y Fuerza de Rosario días pasados, Alfonsín evitó ser un motivo para aumentar la discordia en el distrito que lo tiene como su oponente nada menos que al gobernador de la provincia. Hablado o no previamente, socialistas y radicales respondieron al mandato natural de consolidar el frente político en el territorio, para después plantear las diferencias de manera más contundente de cara al 14 de agosto y mucho más para las generales de octubre. Más allá incluso del entusiasmo del candidato a diputado nacional del radicalismo santafesino, Federico Pezz, que pretende colocarlo a Alfonsín "por arriba de Binner" en esta provincia, de cara a las presidenciales.
Bonfatti continúa arriba en las encuestas y pretende que ese escenario sea inmodificable de acá al 24 de julio. Después de la titánica pelea interna con Rubén Giustiniani, al socialista le queda la tarea de defender con mesura y sin estridencias que molesten, la gestión de Hermes Binner. Sabe que es el turno de los Ejecutivos, en relación a que ha habido fondos para mostrar aspectos clave de la gestión en estos últimos meses, y que en Rosario -la principal sección electoral de la provincia-, la candidata del sector Mónica Fein se consolidó en su tendencia alcista en la consideración del electorado.
Más allá de la disputa con Rossi sobre qué obras hizo la Nación y cuál realizó la provincia, Bonfatti sabe que eso es muy difícil de distinguir para la gente y que, en definitiva, sea quién sea el nivel del Estado que financió la realización; las obras que se ven, grandes o pequeñas, están instaladas en territorio santafesino por lo que también una parte de esos logros son facturados por la provincia e incluso por la autoridad local en la que se encuentren, en una proporción menor pero efectiva.
Por su parte, Del Sel ha logrado meter una cuña entre el socialismo y el peronismo que nadie puede ver hasta dónde llega, más allá de las simpatías que el cómico cosecha por su pasado en el mundo del espectáculo. Con un discurso basado en la antipolítica -y a veces hasta en la denostación de la política-, el candidato del PRO fue la sorpresa de las primarias de mayo y se muestra dispuesto a ir por más.
En el debate de los candidatos por televisión se pudo ver claramente que el integrante del trío Midachi no podía ir más allá de la descripción de las situaciones. Un muestrario interminable de lugares comunes que cualquier habitante de Santa Fe podría hacer con precisión tras una o dos semanas recorriendo pueblos y ciudades y charlando con los actores de la producción, los habitantes de los asentamientos irregulares o los pobladores del norte con particular problemática socioeconómica.
El exasperante voluntarismo que convoca a los santafesinos a "ser felices" parece alcanzar para sumar voluntades más allá de lo que cualquiera sensatamente pudiera imaginar. Pero si se ve en profundidad, no es del todo ilógico teniendo en cuenta que con frases similares y una actitud positiva a toda prueba, la derecha canchera que encarna Macri ha logrado mantenerse por años en el poder. Los galimatías discursivos del rabino Bergman parecen más finos que los latiguillos de Del Sel, pero a poco de escuchar se puede descubrir que nada significan tampoco.
Más allá de lo que la gente decida -y desde aquí al menos nadie va a tratar de imitar a Fito Paéz- la descalificación de la política es lo que molesta. Es lo que repite el cómico: "Yo para ayudarte a vos me voy a embarrar en este lodo" que es la actividad política. Cuando aquí ha muerto gente en cantidad por defender un ideal, cuando costó tanto tiempo recuperar la centralidad de la política como un elemento transformador, cuando hubo que pasar la década del '90 entera para entender que la despolitización de la sociedad y las convocatorias constantes a la "alegría" terminan siendo una fiesta muy cara en la que sólo unos pocos se llevan el souvenir.
Es un fenómeno que no es del todo nuevo en la provincia. Al contrario, todos saben qué paso a partir de las elecciones de 1991. Pero habrá que ver más allá de los votos del domingo 24 y establecer qué significan esa cantidad de sufragios para desafío de socialistas, radicales y peronistas de Santa Fe.
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