OPINIóN
› Por Luis Daniel Rubeo*
El concepto de Derechos Humanos es extensivo a una importante cantidad de reivindicaciones que abarcan desde injusticias de larga data a nuevas formas de expresiones sociales, sobre todo representadas por minorías que buscan el reconocimiento y la inclusión social.
Esta visión cada vez más extensiva de los derechos humanos es de suma importancia. No sólo la celebramos sino que podemos decir con orgullo que nuevamente un Gobierno Peronista, como lo fuera el del General Perón, vuelve a ser el gran impulsor de la inclusión social a través de la creación de nuevos derechos y de la institucionalidad de los mismos.
Sin embargo, debemos decir que en nuestro país el término "Derechos Humanos", lamentablemente, tiene un origen mucho más trágico y doloroso. Para la memoria popular de los argentinos esta expresión está asociada a la última dictadura militar y a los crímenes, torturas, desapariciones y demás atrocidades llevadas adelante por el régimen de facto.
Ese plan sistemático de verdadero terrorismo de Estado tuvo como objetivo directo el aniquilamiento de aquellos militantes del campo popular que con una clara conciencia social luchaban por la recuperación de los derechos sociales y políticos cercenados. Tuvo también como objetivo indirecto, pero no menos importante, sembrar el terror, destruir los lazos sociales, fomentar el individualismo y, en definitiva, hacernos perder la dignidad y la autoestima como Pueblo y como Nación.
Las consecuencias de ese verdadero "Plan Cívico Militar" son tan profundas y han calado tanto en la sociedad argentina que aún hoy, a casi 30 años de la recuperación de la democracia, a una gran parte de la sociedad argentina le cuesta aceptar lo sucedido y le impide pensarse como parte de un proyecto colectivo con identidad y destino propio.
Si hablamos de dictadura, de Derechos Humanos y del Peronismo, no podemos dejar de mencionar a Néstor Kirchner. Fue sin dudas Néstor quien, después de marchas y contramarchas, puso la cuestión de las violaciones a los derechos humanos al tope de la agenda del gobierno y le dio la entidad y la significación que realmente tiene.
Y es también Néstor el que logró que los peronistas volviéramos a sentirnos cómodos con el tema de los derechos humanos. Fueron muchos años en los que, a pesar de ser el partido político que más víctimas ofrendó, quienes nos representaban en los distintos estamentos de gobierno, salvo raras excepciones, no sólo no impulsaron las investigaciones y los juicios, sino que llegaron al extremo de perdonar a los asesinos de nuestros compañeros a través de un decreto.
La política de Derechos Humanos llevada adelante primero por Néstor y ahora por la presidenta Cristina Fernández muestra la mejor cara del Peronismo y, de alguna manera, lo define.
Hoy, cuando todavía algunos sectores visualizan al Peronismo como una estructura de recaudación electoral queremos reivindicar la cuestión de los derechos humanos como prioridad para la construcción de un proyecto de país más justo, igualitario y sustentable en el tiempo; es para nosotros una cuestión de fondo, innegociable en el presente y en el futuro, ya que se encuentra enraizada con la verdadera génesis del Peronismo.
*Diputado Provincial Bloque Kirchnerista-Frente para la Victoria.
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