Dom 04.06.2006
rosario

OPINIóN › PANORAMA POLíTICO

Bandera de Largada

› Por Pablo Feldman

Después de los sucesos de la semana pasada, no caben dudas de que el acto del 25 en la Plaza de Mayo fue la bandera de largada para las elecciones 2007. Tanto que hace 48 horas, no más, el Presidente Nestor Kirchner lanzó personalmente su reelección al admitir que "el candidato será pingüino o pingüina", lo cual -más allá de la galantería hacia su mujer- pone en negro sobre blanco que Kirchner seguirá siendo el que mande. No hay ninguna razón a la vista para que el candidato no sea Pingüino y sea en cambio pingüina. Nadie duda en el gobierno -y tampoco fuera de él- que no sería lo mismo Cristina candidata que la reelección de su marido. Sin embargo, se sigue meneando esa "candidatura" tal vez imaginando un binomio -con malas reminiscencias históricas- o un eventual lanzamiento de la senadora como candidata a la gobernación de Buenos Aires. Aunque parezca una discusión palaciega, es más importante de lo que parece, porque por diversas razones -no excluídas las sexistas- una cosa sería votar otra vez por el Presidente y otra por su mujer. Pero la respuesta final estará en manos de Kirchner y por sus antecedentes -nunca Cristina fue candidata a gobernadora en su provincia- todo hace pensar que la marcha del Pingüino no se detendrá.

La habilitación por parte del Presidente del tema electoral precipitará los acontecimientos, con más razón en Santa Fe, que tiene elecciones un par de meses antes que las nacionales, por mandato constitucional.

En este contexto es que no va a pasar mucho tiempo hasta que Hermes Binner oficialice su candidatura y lo que es más importante; la ampliación del Frente Cívico y Social, con el ingreso del ARI como novedad más importante, sobre todo en el plano de la repercusión pública.

La semana pasada, después de muchos cabildeos, el partido que lidera Elisa Carrió -que también lanzó su candidatura a la Presidencia de la Nación- anunció su respaldo a la candidatura de Binner en un gesto de realismo político que dista bastante de los deseos de Lilita. La política "varietal" que sugiere la diputada tiene un techo electoral que amenaza con transformar en fuerza testimonial a un sector que -al menos en Santa Fe- puede elevar sus aspiraciones y disputar con chances serias el poder.

Así lo han entendido en Santa Fe la gran mayoría de los dirigentes -porque la base lo supo con anterioridad, basta ver la diferencia en los resultados de la anterior elección que hizo el ARi para diputados y concejales- y se lo han transmitido a Carrió, que parece haberlo aceptado.

Pero lo que hoy aparece como una buena noticia para la oposición provincial, puede ser un golpe duro si ese espacio no se consolida. Y conociendo el temperamento de Carrió, hasta horas antes de oficializar las listas, tanto los socialistas como los radicales de la coalición deberán manejarse en puntitas de pie. Lo cual no deja de ser contradictorio, sobre todo si se tiene en cuenta que la "pureza" que reclama en las provincias la jefa del partido, no se compadece con sus elogios al referente de la derecha Ricardo López Murphy. Si la "honorabilidad" fuera el elemento excluyente de aceptación para las alianzas, es probable que Carrió eligiera a Carlos Reutemann -al que siempre le reconoció esa condición- independientemente de sus definiciones ideológicas, que sin dudas lo acercan mucho mas a López Murphy que a Hermes Binner.

Lo que cabe preguntarse a esta altura es si desde el socialismo habrá reciprocidad. No ya en la conformación de las listas, sino en el apoyo a la candidatura presidencial de Lilita.

Las primeras declaraciones de la figura más importante del partido no han sido en ese sentido. Binner cree que "Carrió ve todo en negativo" y si bien es difícil imaginar al PS en la "koncertación", los movimientos de Binner se asemejan a una navegación a dos aguas que intentará prolongar lo máximo posible. Tal vez a partir de esta semana haya aparecido una variante que le permita sostener esa estrategia y es la candidatura de Roberto Lavagna, que es tan incierta como inquietante.

Previendo eso, Carrió se sumo a la practica mas difundida en los últimos días: "péguele a Lavagna". A la fila que hicieron los kirchneristas de todo pelaje (Carlos Kunkel, Luis D'Elia, Alberto Fernández, Agustín Rossi, y siguen las firmas...) se agregaron los de "afuera" como Carrió, Mauricio Macri, Claudio Lozano, y otros.

"Parece que algunos no son tan plurales", atinó a decir el exministro de Economía, que era una eminencia para sus compañeros hasta que fue despedido del gobierno.

Pero la reacción contra Lavagna terminó de posicionarlo, tal vez más allá de lo que el mismo imaginaba.

Si bien Don Roberto se ocupó de "patear" cuanto hormiguero veía a su paso, sus aspiraciones eran razonables y no iban mas allá de su candidatura a la Jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Pero en los despachos cercanos al del Presidente eso no cayó nada bien, y desde allí salieron los primeros misiles para el excolega de gabinete, aunque sin los estertores que le agregaron después Luis D'Elia -que lo llamó "barra brava" de los grupos económicos- y Carlos Kunkel que le "tiró" con el Opus Dei.

A partir de esa situación, Lavagna esta repensando su futuro. Pero ya les hizo saber a sus anteriores jefes políticos que "la próxima elección es otra vez para Kirchner". Así parece verlo también uno de ellos; Eduardo Duhalde, que desde su retiro le hizo saber a su ministro de Economía que puede contar con los suyos. Distinta fue la actitud del otro, Raúl Alfonsin -que se resiste al retiro- quien tal vez más por necesidad que por convicción, se apuró a decir que Lavagna sería un excelente candidato a Presidente.

En este punto, es oportuno recordar que fue también Alfonsín el que lanzó la candidatura de Binner en Santa Fe.

En cualquier caso, es poco probable que Binner se pronuncie en un sentido definitivo. Seguramente frente a Lavagna actúe como lo hace de cara al gobierno: rescatando lo que cree bueno y cuestionando lo otro. Al menos hasta que haya definiciones que lo superan, se mantendrá equidistante de Kirchner, Carrió y Lavagna.

Recién cuando el PJ defina su candidato, Binner tendrá que "fichar" en un solo casillero. No será lo mismo si el candidato es Reutemann, que si resulta Rossi. Porque tampoco desde la Casa Rosada la conducta será idéntica.

Pero a diferencia de quienes en principio tienen las de ganar, en Santa Fe el PJ sigue a la expectativa de lo que decida Kirchner, lo cual para esta provincia es toda una novedad desde que hace 15 años apareció la figura de Carlos Reutemann, transformada por estos días en un espectro.

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