OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
A una semana de las elecciones los candidatos de las distintas categorías se esmeran en el último tramo, para consolidar su performance en las primarias en algunos casos, o para cambiarla definitivamente en otros. Lo que puede cambiar para Diputados y la incertidumbre para concejales.
› Por Leo Ricciardino
Como en los últimos días, la temperatura va levantando en las horas finales de esta larga campaña electoral. Esta semana arderá, directamente. Los candidatos buscarán los votos por todos los rincones y las encuestas empiezan a languidecer para darle paso a la realidad más pura. A nivel provincial el ataque al gobernador Antonio Bonfatti si bien no pudo ser mensurado en los números (por otra parte nadie se atrevería a hacerlo o difundirlo abiertamente), sí ha mostrado una cohesión más palpable en el Frente Progresista. Aunque para los seguidores detallistas de la interna del socialismo, las fisuras entre algunos de los dirigentes de alto rango, siguen siento inocultables. Pero deberán esperar otro momento más propicio para aflorar. Quizás en 2015.
Aunque los números parecen puestos tras las PASO, íntimamente todos saben que nadie tiene nada comprado salvo algunas excepciones. Para la categoría nacional los que están alrededor de Miguel Del Sel ya no están tan seguros de que se pueda aumentar la performance de las primarias abiertas donde, hay que decirlo, la suma de sus votos también estuvo por encima de las estimaciones previas. Pero las agujas de los sismógrafos peronistas han registrado algunos movimientos.
Antes que nada en el principal distrito electoral las distancias entre Sergio Massa y Martín Insaurralde se han acortado bastante y si bien la situación no es para nada trasladable a la provincia, la lista que encabeza Jorge Obeid siente que las cosas han mejorado. De hecho, el ex gobernador protagonizó un segundo tramo de campaña mucho más cuidado desde todo punto de vista: Contenido y estética, sin los apurones de la previa de las PASO donde los afiches competían entre sí para ver cuál estaba peor diagramado y el que tenía la foto más desfavorable para el postulante. Además Obeid alcanzó a tener en Santa Fe un apoyo nada despreciable en reemplazo de la presidenta que se había comprometido al menos a una visita, antes de su cuadro de salud.
La foto con los gobernadores Daniel Scioli, Sergio Uribarri y Juan Manuel Urtubey, más el cegetista Antonio Caló, esta semana en Santa Fe; terminó de poner las cosas más en claro. Un escenario al que en mucho aportó el senador Carlos Reutemann que eligió volver a reunirse con Massa y Lavagna en el interior agrario bonaerense, muy lejos de los intereses de los santafesinos.
Es claro que el gran elector de la provincia que es Hermes Binner camina con el paso más sereno de todos. Muchos le indicaban en esta segunda etapa de la campaña que centrara su discurso mucho más en Santa Fe, para contrarrestar el crecimiento del cómico del PRO. Sin hacer demasiado caso, el socialista sin embargo tomó nota y centró un poco más la agenda que había sido extremadamente nacional de cara a las primarias. Nadie olvida que Binner tiene que hacer equilibrio entre los dos escenarios, pero todos coinciden en que para el 2015 hay tiempo y que primero es necesario consolidar el territorio por más ventajas que se tengan desde las especulaciones previas.
A nivel local las PASO dibujaron un esquema pero a mano alzada. En el medio de las posiciones que quedaron bosquejadas después del 11 de agosto hay miles de votos que corresponden a sufragios anulados por varias marcas o ninguna en la boleta única. A esto se suman los votos en blanco en un número nada despreciable. A estas horas, nadie puede saber qué pasará con esos casi 50 mil sufragios rosarinos que podrían significar casi dos concejales de los 13 en disputa.
Esta última semana será decisiva para los principales candidatos. Para Miguel Cappiello que no tiene nada para regalar, para Jorge Boasso que espera un crecimiento después de no haber tenido competencia interna en las primarias. También para Héctor Cavallero que espera cosechar desde su mensaje en extremo vecinalista; y por supuesto por Anita Martínez del PRO que aspira a consolidarse como sorpresa electoral de Rosario. Escenarios hay, pero como dicen los más veteranos, una elección siempre es una elección.
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