Dom 07.09.2014
rosario

OPINIóN › PANORAMA POLíTICO

Lo urgente y lo importante

› Por Pablo Feldman

Desde hace un par de meses, la ong TECHO desembarcó en Rosario, y el viernes pasado desarrolló una intensa actividad de divulgación en las calles de la ciudad. Antes de esto construyó una veintena de viviendas en una de las zonas mas conflictivas de la ciudad, San Martin sur, donde se espera además que para antes de fin de año haya otras 25. Se trata de unidades habitacionales que cubren las necesidades básicas, pero que salen del atávico sistema de construcción de "ladrillos".

También ésta semana se conoció un informe detallado acerca de la precariedad de las viviendas de los sectores más pobres de la población, que en el caso de Rosario comprende a más del 15 por ciento de sus habitantes y si se toma a los niños la cifra asciende al 20 por ciento. Se trata de 170 mil personas y transforma a la cuidad en la más deficitaria del país en un aspecto central como es el habitacional habitacional. Los números no terminan de expresar la enormidad que supone una situación de tanto desamparo y postergación, y contrastan claramente con lo que la ciudad proporciona entorno a salud pública, asistencia social y otros valores reconocidos inclusive en niveles internacionales. Hay efectores emblemáticos, como la Maternidad Martin, el Hospital de Emergenias Clemente Alvarez, para citar solo dos, o el Tríptico de la Infancia y el fomento del espacio público en el área de Cultura, que a esta altura, después de un cuarto de siglo de gestión Socialista son reconocidos inclusive por las más cerrados opositores. Para ser justos, el punto de inflexión en ese sentido se produjo paradójicamente al tiempo que el país entraba en el desfiladero devastador del neoliberalismo, con Carlos Menem en la Presidencia de la República, y un "héroe accidental" llamado Héctor Cavallero, por entonces un solitaro concejal del partido socialista popular, que por una bravata del Intendente radical Horacio Usandizaga (que prometió renunciar si ganaba Menem) se encontró de golpe ﷓elecciones mediante﷓ con la Intendencia de Rosario. Y fue en ese momento que el Tigre, devenido luego en menemista tardío, y a esta altura ﷓cree este cronista﷓ arrepentido, dispuso modificar la asignación presupuestaria dotando de cifras sin precedentes a la salud y la asistencia social. Y ahí empezó esa historia que tiene ahora protgonistas que por esos días eran apenas actores de raparto o simples extras, todos dirigentes del PSP.

La pregunta que cabe hacerse a esta altura es ¿qué pasó con las viviendas? Una respuesta rápida, que ensayarán los responsables, es que los planes son nacionales y/o provinciales no han llegado en tiempo y forma para cubrir las necesidades. Y una exagerada autoindulgencia dirá que "Rosario ha sido discriminada precisamente por su signo político". Verdades a medias. Por lo tanto insuficientes para justificar el quebranto. Además, ya van más de seis años de gestión a nivel provincial, y recién en este último período el gobierno de Antonio Bonfatti parece haber enfocado el tema con la celeridad que requiere.

El crecimiento del delito, atravesado por el narcotrafico, se ha transformado en los últimos años en el tema excluente de la agenda gubernamental. Más aún en Rosario donde el despretigio policial le agrega una cuota de complejidad mayor al resto de la provincia. Se trata de algo urgente, que sin embargo no debería desplazar otras cosas importantes.

Entre el 13 y el 17 de octubre se realizará en Rosario la IX Bienal Ibero Americana de Arquitectura y Urbanismo. Entre su agenda se destaca un concurso de vivienda social, abierto a todos los matriculados de Iberoamérica y en las bases detalla que se trata de "un trabajo no teórico sino pensado para ser construido" y más adelante agrega que "se propone la puesta en práctica de procesos urbanos novedosos entorno a un conjunto de viendas de carácter popular de pequeña escala en un terreno de la ciudad de rosario". (ixbiaurosario2014.org).

Si bien se trata de una iniciativa del gobierno de España, es una oprtunidad que no debería dejarse pasar. Y partir de esto, con la presencia de grandes arquitectos y urbanistas repensar el planeamiento de la ciudad con una cuota de realismo no siempre presente en algunos profesionales devenidos en funcionarios.

El avasallante desarrollo edilcio en la línea de la costa, el "mini puerto Maderos" que se está construyendo, la sucesión de pesceras apiladas apuntando al rio y la evidente falta de infraestructura adecuada para sostener los servicios del resto de las zonas habitadas de la ciudad; dan cuenta al menos de la necesidad de discutir el futuro de una urbe que se presume sustentable. Sin entrar siquiera a considerar el origen de los capitales del llamado "boom inmobiliario rosarino" sin precedentes, ni líneas de créditos, que han virtualmente tapialando el río hasta límites nunca antes imaginados.

Alejandro Aravena es un arquitecto chileno que desarrolló proyectos de viviendas sociales en distintas ciudades con estandares parecidos a los de Rosario, en cuanto a carencias y precariedad habitacional. Bangladesh, Iquique, Ciudad del Cabo, Shangai, algunos parámetros insoslayables. Desde hace cinco años es jurado del premio Pritzker (el Nobel de la Arquitectura) con sólo 42 recién cumplidos y cuenta que cuando estudiaba le decían "ustedes se van a tener que medir con el Partenhon". Aravena dice que "lo creíamos cada vez con más dificultad y sentido de la realidad. Hace poco fui a Bangladesh a ver un edificio de Louis Kahn, y me pasa todo el tiempo, te encontrás con arquitectos que te tiran al suelo. Me sucedió en Argentina, con Rafael Iglesias. Cuando ves esos trabajos te das cuenta de la ridiculez de tus trabajos", concluyó.

La vivienda social es una asignatura pendiente en Rosario. Las razones de la postergación pueden ser motivo de discusión política. Lo que no deberia naufragar en esas aguas es un proyecto de viviendas consensuado por los representantes del pueblo y con el concurso de profesionales reputados y respetados.

"Cuando llegué a Harvard pensé desde dónde podía aportar. Trabajar desde la escasez era una de las vías. De la escasez a la vivienda social hay un paso. La vivienda social tiene algo, y es que los que se dedican a hacerla, aún sin decírtelo, parecen tener una especie de carnet de superioridad moral. Jamás hemos querido levantar esa bandera que tacha al resto de banal para constituirse en relevante. Uno se va con la sensación de haber puesto energía en algo que vale la pena. Pero eso no te hace éticamente superior a ti ni a tu arquitectura", dijo Aravena que definió el indicador de calidad de las viviendas sociales con una sola prueba que es a la vez una pregunta: "¿Yo viviria aca?".

Oscar Niemeyer dijo en uno de sus últimos reportajes, con más de 100 años: "La vida me parece más importante que la arquitectura".

Algo más, hasta hace poco tiempo, "Rafa" Iglesias tenía su estudio a ocho cuadras de la Municipalidad, y sigue en Rosario.

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