OPINIóN
› Por Adrián Ruiz*
Cuando levanté el teléfono escuché las palabras de un amigo en común, que ante mi clásico saludo, me dijo mal, como la mona, murió Esteban. Ninguna otra explicación, me hizo falta, aunque luego me di cuenta que entendí mal. Porque si bien escuchaba a nuestro amigo no me podría explicar, adonde iban a ir todos esos proyectos que orgullosamente describía a quien quiera oírlo. Ingenuamente me decía, nadie se puede ir y dejar tantos sueños.
Y cómo iban a ser las mañanas que nos cruzábamos en la planta baja del Tribunal y encendíamos la discusión de Austin, Hart, Dworkin, pero sobre todo de su maestro, Carlos Cossio, que seguía nuestro debate, en un campo imaginario con mi Carlos Nino.
Me pegunté por su defensa de tesis en España, cómo se iba a realizar sin su presencia. Cómo iba a hacer ese tribunal de selectos para oírlo si él ya no estaba. Todo esto me marcaba, mientras escuchaba las palabras en el teléfono, que nada de esto podía ser cierto. Proyectos tan magníficos no podían terminarse con algo tan común y vulgar como la muerte. Es por esto, que fantaseé en encontrar al fiscal apenas termine la feria en el pasillo del medio, más precisamente en su despacho que lleva el número 6.
Pero al pasar los minutos me daba cuenta de que en ésta no iba a participar. No iba a participar como sí lo hizo con la investigación de Barrio Parque, en donde quizás algunos no lo sepan y otros ya lo olvidaron, pero el doctor Franicevich fue el hombre clave que puso el pecho para que esta causa no quede impune. Posiblemente, muy poco conozcan la pesadilla y adrenalina, que se vivió en esos días, en donde sentimos como todo la burocracia, primero se tapó lo ojos y oídos, pero cuando, igualmente nos hicimos oír, se nos tiró encima como una fiera hambrienta.
Muchos no conocían a ese loco lindo que en el momento indicado soportó los embates cobardes de un poder corrupto, que le pedía simplemente que siga cobrando por el cajero y que deje de joder con eso de hacer justicia. Es por esto, que hoy mis palabras se resumen en un hasta siempre Esteban.
*Abogado penalista. (El fiscal Esteban Franicevich falleció a los 57 años la noche del viernes en Rosario).
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