Las chances electorales de Florencio Randazzo crecieron en Rosario. Las de Mauricio Macri también, Sergio Massa no levanta en la provincia. La incorporación de Carlos Reutemann al PRO no conmovió demasiado en el sur provincial. Anita Martínez no suma tan rápido como cuando fue candidata a concejala. Omar Perotti creció mucho en Rosario y en algunas localidades del sur provincial se arrima a Miguel Lifschitz. El candidato socialista a la gobernación supera ahora a Miguel Del Sel y más holgadamente si se suma el porcentaje de su contrincante interno Mario Barletta. La intendenta Mónica Fein cayó un poco en imagen positiva, pero no tiene rivales cerca. Son algunas de las conclusiones más importantes de una reciente encuesta elaborada por el más conocido consultor político de Rosario.

La foto nítida del momento señala incluso algunas cuestiones previsibles. Las 48 horas que el ministro de Interior y Transporte pasó en la ciudad para probar el tren Rosario Retiro y recorrer las obras del Apeadero Sur lo entusiasmaron para pedir incluso el voto socialista para presidente: "Me gustaría que me acompañen", dijo Randazzo a la prensa sin dudarlo, una vez que se confirmó el abandono de Hermes Binner a cualquier aspiración presidencial por el deshilachado FAUnen.

La desordenada postal del viernes en la futura estación del sur rosarino, con precandidatos peronistas y la intendenta Fein esperando la llegada del tren de prueba desde San Nicolás, con Randazzo al frente de la comitiva; confirmaron que uno de los requerimientos de la arquitecta María Eugenia Bielsa para ser candidata en la provincia era de imposible cumplimiento: La Nación no podía liderar un enfrentamiento con el socialismo para sustraer la resurrección ferroviaria sólo para el Frente para la Victoria. Randazzo siempre ligó sus aspiraciones presidenciales al regreso del tren en todo el país y eso incluye entendimiento y cooperación con las autoridades locales. Y, sobre todo, estar dispuesto a compartir el rédito. A ese mismo tren ató sus propias aspiraciones el hoy candidato a vicegobernador Alejandro Ramos y en parte, también lo hizo la intendenta Fein. La formación rodante soporta mucha carga política y nadie parece dispuesto a aligerarla.

En ese mismo tren viaja además Omar Perotti. El candidato del Frente Justicialista para la Victoria que terminó por ser el hombre de la unidad del peronismo. En medio de los renunciamientos y del pase del año que protagonizó el ex corredor de Fórmula Uno --que había jurado que se iba a desvivir por juntar a todos los dirigentes provinciales--; el ex intendente de Rafaela terminó por encabezar una fórmula que suma mucha adhesión sindical y que se sigue desarrollando sin intervenir de manera incómoda en los armados territoriales. Allí las internas pueden feroces "pero todos quieren la foto con Perotti y con Ramos", dijo a este cronista uno de los candidatos a diputados provinciales del sector.

En ese marco no es raro, como detectó la encuesta, un crecimiento de Perotti a partir de haber quedado consolidado por candidato único del espacio y al que adhieren todas las corrientes internas formales del peronismo provincial.

Por su lado, Lifschitz sigue con atención este proceso de crecimiento que por ahora lo favorece. Todo lo que sume Perotti se lo resta a Del Sel, calcula el socialista pero desde el peronismo ese cálculo no existe y tratan de que la suma crezca hasta ganarle a todos. Saben que la tarea es difícil pero también saben que la política - si bien tiene un porcentaje elevado de previsibilidad- siempre deja espacio para alguna sorpresa o batacazo.

A nivel local, el candidato a intendente que impulsó Randazzo fue Roberto Sukerman. El postulante del Frente Justicialista para la Victoria va a necesitar de una mayor exposición para poder trepar en la consideración de los rosarinos. Esta vez, el concejal tiene la ventaja de no competir con Héctor Cavallero en una interna, ya que el ex intendente encabeza la lista de candidatos a diputados provinciales.

Con todo el desgaste que sufre la gestión de Fein por los años que lleva el socialismo en el poder local, la actual intendenta aparece con pocos contrincantes que se le acercan por ahora en la pelea de fondo.

La candidata del PRO Anita Martínez no entusiasma por ahora como lo hizo en su radiante aparición como candidata a concejala, hace dos años atrás. Un poco es porque ya pasó la novedad y otro porque su imagen joven que le dio impulso para una banca en el Palacio Vasallo, le resta espalda para el sillón de intendenta. Los consultados apelan en gran número al tema de la experiencia. Aquel inteligente montaje político que elevó su consideración cuando Macri la mencionó como posible compañera de fórmula a nivel nacional, ya ha ido perdiendo impulso.

El retiro y la estrategia

El claro que el Partido Socialista decidió no dispersar más esfuerzo y concentrarse en retener la provincia y Rosario. En esa misma dirección apunta la dramática decisión de Hermes Binner de renunciar a sus aspiraciones presidenciales. En una carta en la que intenta justificar su decisión ante el supuesto mercantilismo político de muchos de sus compañeros de ruta en el malogrado FAUnen; Binner regresa a la provincia de Santa Fe pero sin puesto fijo.

El gran elector del socialismo ha perdido peso específico en la Nación y también en una provincia que lo ve pagar los costos de haber abandonado en gran medida el discurso progresista para plegarse, a destiempo e incómodo, a las presiones que imponía el discurso opositor dominante. Un efecto que aún no se puede medir en toda su dimensión y que le impone ahora esperar los resultados provinciales antes de diseñar su futuro político que puede ser como candidato a senador nacional y no mucho más.

Aún le restan dos años de mandato como diputado nacional y si los resultados en Santa Fe son muy favorables al PS, los que creen que es momento de renovación dirigencial, ejercerán una dura presión para concretarla.

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