OPINIóN
› Por Georgina Orellano
Las brujas a las que en el medioevo se perseguía hasta darle caza y matarlas eran mujeres con conocimiento transmitido de madres a hijas. Eran grandes conocedoras sobre sexualidad, amor y reproducción entre muchas otras cosas. Esto despertaba pánico a los hombres de la época, quienes dominaban el mundo sin darle a la mujer otro lugar que el de acompañante sumisa. Estas mujeres, libres e inteligentes, desafiaban la hegemonía masculina y solo por eso eran marcadas como brujas y asesinadas de forma violenta y sangrienta. En la actualidad, la persecución ya no termina en asesinato pero la estigmatización y exclusión continúa. Las mujeres que desean decidir sobre sus cuerpos no pueden hacerlo porque es el Estado quien ahora las marca y reprime. El último jueves el gobierno provincial, a través de la policía de Trata, allanó las cooperativas de trabajo sexual que se encuentran en Santa Fe y Castellanos, e informó de la "liberación" de nuestras compañeras.
Sin embargo, las mujeres "liberadas" y "rescatadas" son todas mayores de edad y eligen el trabajo sexual como forma de ganarse la vida. Una vez más, el Estado provincial intenta generar sensación de seguridad cortando por lo más fino. No sólo generó un momento desagradable para las compañeras que fueron violentadas durante el procedimiento sino que además detuvieron a una de ellas bajo la caratula de "facilitación de la prostitución". No queremos que nos bañen en su discurso moralista sobre qué está bien y qué no. Queremos la libertad de nuestra compañera que fue detenida por estar trabajando. Queremos un debate serio sobre el trabajo sexual autónomo.
Somos las brujas que te hacen cuestionar tus preceptos, somos las brujas que todos los días decidimos ejercer el trabajo sexual, somos las brujas que no podemos aportar para jubilarnos pero somos quienes mantenemos nuestro hogar, las brujas que no podemos declarar ingresos pero que con nuestro trabajo alimentamos a nuestros hijos e hijas. Para estas brujas ya no necesitan hogueras porque nos matan de a poco dejándonos fuera del sistema formal.
La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina, junto al Movimiento Evita marchamos ayer a la Casa de Gobierno de Rosario y exigimos una Ley que regule el Trabajo Sexual Autónomo. ¡Basta de criminalizarnos, no somos víctimas de Trata, somos Trabajadoras Precarizadas!
* Presidenta de AMMAR
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