rosario

Jueves, 30 de abril de 2015

OPINIóN

La mujer en las luchas obreras

Los acontecimientos importantes del pasado siempre son reconstruidos en la memoria social desde las condiciones que plantea el presente y se configuran a partir de imágenes y discursos que, la mayoría de las veces, no respetan la rigurosidad y el imperativo de objetividad de la mirada histórica. Sin embargo, la razón de ser de esas imágenes y visiones no es reflejar los hechos tal cual sucedieron, sino más bien contribuir a la reflexión sobre el sentido que tienen los mismos y promover nuevas lecturas y aprendizajes. Esto, al parecer, es lo que sucedió con el mito de Virginia Bolten y su rol destacado durante la movilización del 1º de mayo de 1890 en Rosario, considerada la primera conmemoración del Día del Trabajador realizada en la ciudad.

Feminista, anarquista y revolucionaria, Bolten fue la fundadora del periódico local La Voz de la Mujer, cuyo slogan "Ni dios, ni patrón, ni marido" sintetiza la radicalidad de su pensamiento. Su protagonismo en las luchas obreras y su capacidad como oradora y periodista dejaron huellas en las crónicas de la época en un momento donde la mujer era confinada al ámbito privado del hogar y, sobre todo, relegada del terreno político.

Investigaciones historiográficas han puesto en duda la posibilidad de que Bolten haya sido una de las oradoras centrales en el acto de conmemoración de los "mártires de Chicago", los trabajadores ahorcados por reclamar jornadas laborales de 8 horas, durante la primera marcha celebrada en Rosario fines del siglo XIX. Por la revisión de nuevos documentos se supone que la anarquista tenía en ese entonces sólo 14 años y aunque no se descarta que haya sido parte de la movilización que recorrió la ciudad bajo una intensa lluvia y la mirada atenta de las fuerzas policiales, se estima que no pudo en ese entonces cumplir un papel de gran relieve.

Esto cambia sustancialmente una década después, cuando su figura adquiere una presencia indiscutible en el acto de repudio al asesinato de Cosme Budislavich, sucedido en 1901 frente a la fábrica Refinería, que se convirtió en la primera víctima de la represión obrera en el país. Su discurso durante la manifestación fue publicado por la prensa local: "Queridos compañeros y apreciados adversarios. Si yo expresara los sentimientos de las proletarias, habría que decir que vamos sujetas eternamente al yugo: el yugo de la escuela, que nos impone determinados estudios; el yugo de la religión, que nos impone determinada creencia; el yugo de los patronos, que consumen nuestras energías y absorben por un jornal miserable nuestra vida; el yugo del matrimonio, que nos ata a un hombre a perpetuidad".

Más allá del apego a los datos e informaciones documentales, lo que no se puede negar es el poder revelador que tiene el mito de Bolten, como así también la actualidad y la fuerza programática de sus palabras.

* Diputada Provincial. Partido SI (Solidaridad e Igualdad)

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