Cuando la semana pasada, desde esta misma columna se apuntó que la intendenta Mónica Fein debía esperar algunas decisiones del gobernador electo Miguel Lifschitz para producir cambios en su gabinete municipal; algunos se enojaron en el Palacio de los Leones. Pero la realidad demostró que así fue: Lifschitz es el que también decidió que iba a resignar la continuidad de Gustavo Leone en Vivienda de la provincia, para reforzar el equipo de Fein en Rosario. Es porque Lifschitz se siente en parte responsable por la suerte del rumbo de la administración rosarina y porque sabe que si no endereza un poco el barco aquí, difícilmente pueda mostrar después una gestión medianamente exitosa a nivel provincial.

La designación de Leone como secretario de Gobierno cumple con dos objetivos fundamentales: Elevar el nivel de iniciativa política de un elenco de gobierno que luce agotado y sin ideas; y no dejarle toda la cancha libre al otro hombre fuerte del próximo gabinete, Pablo Javkin.

Ya en el primer comunicado oficial de la municipalidad anunciando las dos incorporaciones se adivina la intención: Leone está nombrado en todo el texto siempre delante de Javkin, cuando todo el mundo sabe quién de los dos tiene mayor volumen político y de hecho así lo reflejó la prensa al día siguiente poniendo las cosas en su lugar. Es decir, a Javkin delante de Leone.

Javkin puso en claro que dejará su banca de diputado nacional para bajar a dar pelea desde el municipio porque quiere "reforzar al Frente Progresista en su gestión" y "para dar respuestas a las demandas de la gente". Aunque no lo diga de manera explícita, es claro que Javkin deja un lugar expectante de la política por quiere ser en un futuro intendente de esta ciudad.

El socialismo también quiere salvar al Frente Progresista en su gestión en Rosario y admite que la incorporación del diputado nacional de la Coalición Cívica es clave para esa meta. También reconoce que su aporte de votos en junio fue el que posibilitó que la coalición siga gobernador la ciudad. Pero lo que no está dispuesto a aceptar es que van a trabajar todos mansamente para el futuro de Javkin. El PS dará pelea interna cuando corresponda y para eso movió a su alfil Leone justo al lado del casillero que ocupará el propio Javkin.

Lo que hay que reconocerle a la intendenta Fein es haber aceptado el desafío de barajar y dar de nuevo en todo su equipo. Del elenco actual, sólo dos secretarios quedarán en funciones: Pablo Seghezzo al frente de la super secretaría de Control Ciudadano, y Leonardo Caruana en la secretaría de Salud. El resto o se va a ocupar puestos de segunda o tercera línea en el gobierno provincial de Lifschitz o se recicla en la estructura municipal en otros lugares. Hay sin embargo una variante clave que es la secretaría de Hacienda. Verónica Irízar junto con los otros dos nombrados eran quizás los funcionarios más eficientes de Fein, pero Irízar fue electa como concejal así que habrá que encontrarle reemplazante. La actual titular de la secretaría de Producción y Desarrollo local, Eleonora Scagliotti es la que más requisitos reúne pero el problema es que es la misma funcionaria la que está poniendo algunos reparos para seguir. Fein deberá convencerla si es que quiere mantenerla en su equipo. Javkin ya ha dejado trascender que para él es una pieza clave para el futuro elenco de gobierno.

Otra premisa que se filtró en los deseos de Fein para el próximo mandato que comienza en diciembre es que los futuros funcionarios no pasen los 50 años de edad. Pretende de esta manera imponerle un rasgo de renovación a su gabinete para los objetivos clave que desvelan a la intendenta: Trabajar mucho más cerca de la gente y anticipar la resolución de los problemas.

En el mapa de los cambios, reemplazos y ofrecimientos también trascendió que el actual concejal radical Sebastián Chale estaría dispuesto a dejar su banca en el Palacio Vasallo si se abre para el radicalismo la posibilidad de manejar a nivel provincial un área preciada para la UCR y en la que Chale es especialista. La meta es el área de Producción y Desarrollo de la provincia. Si esta posibilidad se concreta, Chale sería reemplazado en el Concejo por Laura Utrera, que le seguía en la lista que encabezó Jorge Boasso en las elecciones de 2013.

La inseguridad desvela

No hay una coincidencia absoluta sobre qué debe hacer el gobierno municipal en materia de seguridad. La intendenta Fein está convencida que debe intervenir porque los reclamos le llegan al "primer mostrador del Estado" que lógicamente es el municipio. Por eso se involucró fuerte en la problemática durante la última campaña electoral. Pero hay otros que sostienen que justamente ese tema fue el que la debilitó de cara a los vecinos y que fue responsable de la pronunciada pérdida de votos de Fein en Rosario.

Muchos aún no se explican porque el gobernador Antonio Bonfatti arrasó en su categoría de diputado provincial en las urnas siendo, como lo es, el principal responsable de las políticas públicas de Seguridad en la provincia; y en cambio el castigo fue a la intendenta por el mismo tema. Las respuestas son variadas, pero una que se repite entre los analistas es que Bonfatti logró transmitir más fielmente que la intendenta que podría en un futuro cercano poner fin a la ola de inseguridad.

Como sea, lo que no se quiere admitir abiertamente es que hay una vigilancia cercana de los electores para ver cómo evoluciona el socialismo en los distintos niveles de gestión. Lifschitz también hizo una débil elección en Rosario en las primarias y hasta Hermes Binner -más allá de su boleta corta- viene de obtener en Rosario para senador provincial la misma cantidad de votos que obtuvo Fein en las provinciales.

Con todo, la intendenta avanza en la materia y se concentra fundamentalmente en la Policía Comunitaria. Para eso trajo al experto israelí Elías Soae Freue, para capacitar a los agentes de calle y sobre todo imponer el concepto de multipol: Un policía múltiple con un montón de funciones que "debe trabajar sonriendo", como aseguró el propio experto.

No está mal traer a un capacitador extranjero para seguir formando a la policía local que tiene, precisamente en su formación, uno de los principales déficit. Lo que no parece adecuado es mostrar públicamente ese curso como una política de seguridad en sí misma. Tampoco parece redituable desde el punto de vista político que el experto hable permanentemente con la prensa y deje conceptos extraños que mueven a la confusión en medio de una realidad durísima, con hechos conmocionantes y actos criminales en los que la policía aparece como la responsable directa por acción u omisión. Frente a esa realidad, cualquier conceptualización que haga un experto extranjero moverá a confusión y dará lugar a la ironía que nunca falta. Es complejo entender hoy que -como asegura Soae Freu- en breve la gente andará a los abrazos con los policías.

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