OPINIóN
› Por María Josefina Bertossi *
A última hora de la tarde del miércoles falleció, en Rosario, Cristián Hernández Larguía, director de coros y promotor del canto coral y de la música antigua en nuestro país con proyección al resto de América. Dirigió el Coro Estable de Rosario entre 1946 y 2011 y fue director fundador del Conjunto Pro Musica de Rosario. Esas dos instituciones recibieron su sello personal y, con ellas, su dirección, musical y artística protagonizó hechos trascendentes que llevaron el nombre de Rosario al mundo.
Es inevitable personalizar este artículo, tenía 14 años cuando lo conocí, hace casi 40. Las versiones de las obras siempre adquirían una diferencia enorme bajo su concepto. Como director creo que lo mejor era preparar la obra, ensayarla, ensayar posibilidades y sorprendernos con gestos diferentes en el concierto: "¡Me tienen que mirar!" era una frase repetida hasta el cansancio y por eso, a veces, en algún ensayo marcaba un silencio o una nota más larga para saber si estábamos atentos a su gesto. Esto particularmente lo hacía diferente, le daba adrenalina al concierto.
La memoria auditiva me remonta a esos finales pianísimos, dulcísimos que se resumían en el puño de su mano. Y, también, aquellos silencios vertiginosos de los sinfónico corales, como aquel Mesías de Händel, dominando al coro y a la orquesta, particularmente en su versión de 1981 en el Teatro El Círculo.
La última vez que vi al Maestro (a él no le gustaba que le dijeran Maestro) me tocó presentarlo: fue en agosto de 2014 cuando él aceptó dirigir a la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil "El Triángulo" en el Teatro El Círculo con motivo de su 10º aniversario. Con 92 años se subió al podio y se divirtió con brío dirigiendo "Vals de la Bella Durmiente" de Tchaikovsky y "All my loving" de Lennon & McCartney.
Conocido era su fervor por la figura de Bach y su trabajo en divulgar sus obras, por eso, también en la pasada temporada 2014 cuando el Festival Permanente cumplió 20 años se lo reconoció como el dueño de la idea de contar con un festival como ese en la ciudad.
Cristián había nacido en Barrancas de Belgrano (el 6 de octubre de 1921), no era rosarino de nacimiento, lo era por adopción, por una fuerte adopción por la que defendía a Rosario con admiración y fervor. De él escuché los relatos de cuando no existía la costanera y él junto a su hermano bajaban por la barranca que estaba llena de cañaverales. También de él recuerdo el relato sobre el señor Vasallo, que tiraba monedas desde el balcón de su palacio (hoy sede del Concejo Deliberante) y Cristián y su hermano estaban entre los chicos que corrían a buscarlas. También de él, como de otros de su época, se aprendía la frase: "Rosario es fruto del esfuerzo de sus hijos".
* Pianista y cantante, en 1977 ingresó al grupo juvenil del Coro Estable de Rosario, en 1981 al Coro Estable y en 1985 al Conjunto Pro Musica de Rosario. Es además editora del portal entrenotas.com.ar, donde el miércoles publicó este texto.
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