Domingo, 12 de noviembre de 2006 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLITICO
Por Pablo Feldman
El Presidente Néstor Kirchner dió una instrucción pública en su discurso de agradecimiento a Felipe Solá tras haberse "bajado" de su reelección. "Es tiempo de gobernar, dejemos las candidaturas para el año que viene", palabras más palabras menos, fue lo que ordenó el mandatario. "El mensaje daría la impresión que es para Buenos Aires", dijo a este cronista Agustín Rossi, precandidato a gobernador de Santa Fe. Y es probable que así sea, inclusive que la advertencia alcanzara a otros candidatos como José Alperovich de Tucumán -otro que quiere su reelección- y quienes irán a las urnas simultáneamente con la elección presidencial.
Como se sabe, en Santa Fe se elegirá gobernador casi dos meses antes, y eso cronológicamente ubicaría las definiciones en un lapso anterior al sugerido por el Presidente. Pero aún así es probable que se cumplan los deseos de K, no sólo por obediencia sino por la imposibilidad política de una definición.
Suponiendo que la totalidad de los precandidatos aceptaran el riesgo -gigante después del fracaso de Misiones- de ponerse en manos de los "encuestadores' (Artemio López, Hugo Haime, y otros) los números que están en danza no son suficientes para ungir un candidato.
En esta misma columna se habló de las limitaciones de crecimiento de algunos candidatos que ya superan el 90% de grado de desconocimiento y menos de la quinta parte de intención de voto. Pero ese "detalle" confían los seguidores de Rossi y de Rafael Bielsa, "se revierte cuando sea uno solo el que camine partiendo de los 35 puntos de piso que tiene el PJ". Sucede que -como el huevo y la gallina- ninguno crece porque no es "el elegido" y no es "el elegido" porque no crece.
Para desatar ese nudo hay coincidencia en todos los sectores entorno a la conducta de Carlos Reutemann, aunque públicamente el único que se atrevió a decirlo fue el ex-canciller Bielsa, y le costó el repudio del reutemismo apenas aterrizó en la provincia de Santa Fe.
La negativa de Reutemann a ser candidato se conoció a través de una carta que le hizo llegar a Norberto Nicotra y éste la transmitió al PJ. Casi al mismo tiempo, los adláteres del Lole -muchos de los cuales no se mueven sin su permiso- se encargaron de sembrar las dudas.
En la Casa Rosada, después de una demoledora caricatura del Mechi Sábat de Reutemann frente a K con los pantalones bajos -después del episodio Alarcón- creyeron en lo que Reutemann le habría dicho al Presidente: "busquen otro candidato". Sin embargo desde los despachos más cercanos al Presidente se sigue especulando con "el cambio de opinión de Lole".
Después de lo visto tras la Piña de Misiones, queda claro que a Kirchner no lo desvela el destino y la suerte de sus compañeros, de tal modo que el desgaste de Rossi, Perotti y Bielsa en Santa Fe podría decirse que lo tiene sin cuidado. Lo mismo que el "costo" de una negativa de Lole, que en la semana que pasó reapareció -no él sino su nombre- a partir de la declaración del radikal Julio Cobos que lo lanzó como vice de Kirchner.
En la Rosada ni lo comentaron, aunque se habló de candidaturas pero especialmente a la Presidencia y el nombre que emergió fue el de Cristina Fernández.
Reutemann sigue en silencio, y las personas más cercanas -no de la política- le insisten en que no cambie de actitud. Sin embargo no sería extraño que el ex-piloto de fórmula uno fuera invitado a definir lo que para él "está definido". Esto quiere decir que los que están poniéndole el cuerpo a la elección en Santa Fe -que no será un paseo ni mucho menos- pretenden que el Lole diga con voz clara "no voy a ser el candidato" como lo dijo cuando se le venía encima la Presidencia de la Nación -después de la huida de Fernando De la Rúa- y aterrado frente a esa posibilidad no dejó ninguna duda, como que dijo 40 veces "no".
Entre los que le están poniendo el cuerpo a la elección, está el Gobernador Jorge Obeid, cuya imagen fue creciendo al tiempo que algunos de sus colegas se incineraban buscando la reelección.
Obeid debe sentirse como el dueño de una empresa que va creciendo, juntando capital y cuyos "herederos" -pasa en las películas, pasa en la vida real- están en otra cosa: Son hippies, pródigos o sencillamente "cabezas frescas". Si bien la candidatura de Bielsa tiene genes obeidistas, el gobierno no tiene un candidato. No como lo fue Obeid de Reutemann y viceversa. Y ese es otro problema sin solución hasta que se pronuncie el ex-piloto, sobre todo porque el Gobernador no va a rifar su capital en una candidatura que no surja del consenso.
Tal vez, como dijo K, haya que esperar hasta el año que viene, sobre todo si a Reutemann no le preocupa sustancialmente la suerte del PJ en Santa Fe. Sabe además que en el imaginario de la ciudadanía hay instalados dos candidatos: él y Binner. Y para el socialista esa dicotomía es funcional, porque no es él sino "el gran elector del peronismo" el que degrada a sus potenciales adversarios retrasando su posicionamiento frente a la opinión pública.
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