ECONOMíA › LA ECONOMíA Y LA POLíTICA
› Por Rubén Milito
La legislatura provincial se apresta a un debate complejo donde se discutirá el Presupuesto con el que contará el Estado provincial para funcionar en el año 2010. Este proyecto estará sujeto a la modificación de la política tributaria vigente en la provincia. La confrontación legislativa entre el oficialismo y oposición estará encapsulada entre si es necesario o no aumentar los impuestos. Los oficialistas quieren más recursos para sostener la gestión para tener chances electorales en 2011, mientras que los opositores piensan en recortar el margen de maniobra del gobierno para así tener chances en las elecciones de dentro de dos años. Rosario/12 consultó al economista rosarino, docente de la UNR y miembro de la Red de Economía Política de Rosario, Sergio Arelovich.
La pregunta que queda pendiente es: ¿Es necesaria una reforma tributaria en Santa Fe y en caso de ser así qué características debería tener? Para Arelovich la cuestión pasa porque "hay estructuras tributarias nominales y reales. Las primeras serían como la visión positiva de la norma, lo que está escrito y las segundas son las realmente existentes, en función de las condiciones bajo las cuales se las aplican, esto es la estructura social, cuyos grados de simetría o asimetría son los determinantes de quienes pagan efectivamente los tributos. Por tanto, toda reforma a los tributos debe partir de una base previa: Cómo es la estructura social y por tanto que debe hacerse en forma concomitante para que el espíritu de tales reformas sea idéntico al del legislador".
-Entonces, ¿qué hay que hacer en Santa Fe?
-Santa Fe tiene varias deudas en materia tributaria. Por un lado la necesaria deconstrucción de los privilegios de exenciones en el impuesto sobre los Ingresos Brutos vigentes desde 1993, por otro la corrección del sobrecosto emergente para el resto de los contribuyentes, derivado de aquella, que elevó la alícuota general en dicho impuesto del 2.5 % al 3.5 %. Otro capítulo es la subvaluación de las tierras rurales, en valores que podríamos calificar en la generalidad de casos como irrisorios. Sin embargo reducir el problema a la alícuota o a las valuaciones sería como renunciar a objetivos mayores. Las políticas públicas son propósitos que requieren de instrumentos y los gravámenes son parte importante, aunque no exclusiva, de ellos. Por eso, su diseño, monitoreo, reformulación, etc deben estar en función siempre de aquellas.
-En Santa Fe el gobierno Provincial dice que no a un aumento a los docentes, mientras que los opositores hablan de despilfarro, ¿está bien enfocada la discusión?
-El gobierno provincial tiene temor de tomar nuevos compromisos porque no imagina cómo los va a financiar y la oposición, esencialmente la de orígen peronista (que estuvo casi un cuarto de siglo en posición de gobierno), habla de despilfarro y otros atributos, como si la actual situación presupuestaria hubiese nacido de un repollo. Las dos posturas tienen importantes desaciertos. Lo primero que hay que señalar es que desde hace ya muchos años, se ha ido construyendo la idea que el superávit es bueno y el déficit es malo. En cambio se podría decir que hay dimensiones diversas de las situaciones de superávit o déficit.
-¿Qué diferencia hay entre la actual coyuntura y la de los noventa?
-Se podría señalar es que los noventa mostraron un comportamiento de congelamiento nominal o incluso retroceso del gasto corriente y una ausencia de la obra pública significativa. La salida del régimen de convertibilidad, centralmente desde 2003, comenzó a exhibir una fuerte recuperación de la actividad económica a nivel provincial, expresada en el comportamiento de los ingresos propios y coparticipados, no acompañada al mismo ritmo por el aumento del gasto corriente, léase salarios, jubilaciones y gastos de consumo. Esto implica inicialmente un retraso parcialmente compensado durante 2007 y 2008.
¿Cuáles son las perspectivas económicas para la Provincia de Santa Fe para el 2010?
-Hay muchas, pero una podría ser la crisis capitalista en la que nos encontramos (no confundir con crisis del capitalismo). Se esperan segundas y terceras olas y desde el punto de vista productivo habrá eslabones afectados. La segunda es toda reforma o pretensión de reforma en vistas a la progresividad de tributos en el orden provincial, no implica sólo un cambio de bolsillo, sino que viene con la pretensión de aumentar la presión sobre sectores que hoy no pagan. Esto es conflicto en materia de distribución del ingreso y los gobiernos y la sociedad deben prepararse para eso- concluyó Arelovich.
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