UNIVERSIDAD › INVESTIGACIóN EN LA UNR DEL ESTADO NUTRICIONAL DE ESTUDIANTES SECUNDARIOS
El proyecto se desarrolla en la Escuela provincial Nigelia Soria, donde también se brinda educación artística. "La adolescencia es un período sumamente vulnerable", consideró la directora del estudio, la epidemióloga Marta Bravo Luna, del CIURN.
› Por Victoria Schmuck *
El diagnóstico del estado nutricional de adolescentes, atendiendo a la promoción de salud y la prevención de ocurrencia de enfermedades crónicas no transmisibles y sus factores de riesgo, es el objeto de un proyecto de investigación dirigido por la epidemióloga Marta Bravo Luna, investigadora del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario (CIUNR). El proyecto, acreditado en el 2008 y reacreditado en el 2012 por la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, surgió a partir de que la investigadora dirigiera un trabajo final integrador para la obtención del título en Licenciatura en Educación para la Salud, que se dicta en esa Facultad. El objeto de estudio es la Escuela Provincial Secundaria e Instituto de Arte Nigelia Soria (ENS), ubicada en Viamonte 1995. "Esta escuela, única en su tipo, que es provincial y pública, tiene la particularidad de reunir la escolaridad obligatoria con la elección de una carrera artística". indicó Bravo Luna, para quien "la adolescencia es un período sumamente vulnerable en la que los jóvenes están sometidos a múltiples factores que contribuyen a consolidar su capital de salud o a ponerlo en peligro".
Desde el 2007 se lleva adelante un análisis nutricional, gratuito y no invasivo de los alumnos de la ENS, con el fin de promover la salud y prevenir la aparición de hábitos nocivos, factores de riesgo, y enfermedades crónicas notransmisibles (ECNT), considerado en un contexto socioeconómicocultural. Es así que se realiza un completo relevamiento de variables antropométricas para diagnosticar su estado nutricional.
El relevamiento es acompañado de la obtención de antecedentes personales, hábitos alimentarios, actividad física y sedentarismo, y la presencia de indicadores socioeconómicos culturales asociados al estado nutricional de los adolescentes. Además, se tuvieron en cuenta los antecedentes de los familiares a fin de proponer estrategias de promoción de la salud para conservar y acrecentar el capital de salud así como evitar el deterioro tanto físico como social y cultural.
Todas las tareas relacionadas con el proyecto, del que participaron la directora de la ESN, Silvia Aparicio y el subdirector, Diego García, las cardiólogas Laura Sanzian y María Elena Giuliano, el pediatra Guillermo Mengarelli, la nutricionista Natalia Bonzi, las licenciadas Patricia Torres y Jorgelina Linares, y los profesores Florencia DeiCas, Violeta Rueda y Roberto Jurnet, tienen la autorización de las Comisión de Bioética y de Bioseguridad de la Facultad de Ciencias Médicas. "Las autoridades de la Escuela desde el primer momento han colaborado en nuestra tarea, facilitándonos un lugar para realizarla".
"La adolescencia es un período sumamente vulnerable en la que los jóvenes están sometidos a múltiples factores que contribuyen a consolidar su capital de salud o a ponerlo en peligro, y es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la etapa entre los 10 y 19 años", explicó Bravo Luna. Según la especialista, debido al rápido crecimiento en estatura, masa muscular y masa grasa durante la adolescencia, algunos requerimientos dietarios son más elevados en ellos que en otros grupos etarios.
"Durante el período de rápido crecimiento del adolescente, las variaciones biológicas según sexo se hacen más evidentes y los cambios que se producen en un tiempo relativamente breve son muy diversos, con patrones de ingesta muy dispares y hábitos distorsionados, con riesgo de malnutrición y aparición de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)", precisó la investigadora, quien además destacó que desde tercer año los adolescentes entran en lo que podría compararse a un "intervalo de inflexión" porque es allí donde empiezan los riesgos de patologías de enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión, la obesidad, endócrinas, entre otras.
A lo largo de la investigación se implementaron talleres teóricos y prácticos voluntarios para la capacitación de recursos humanos en las distintas tareas que se realizan en el proyecto controlados por profesionales especializados. Esto forma parte del Programa de Formación y Perfeccionamiento de Recursos Humanos en Investigación, de la Facultad de Ciencias Médicas y provee becas de iniciación y perfeccionamiento a los estudiantes de la Carrera a nivel pregrado.
Durante el diagnóstico nutricional los profesionales recolectaron los indicadores con distintos tipos de mediciones; como el control de la presión arterial, ECG, test de rendimiento cardiovascular y respiratorio. Además, los investigadores llevan un registro alimentario de 24 horas, y evalúan la frecuencia del consumo de alimentos. Este análisis exploratorio integral permite controlar el capital de salud, promoviendo normas higiénicodietéticas, previniendo la presentación de hábitos nocivos, factores de riesgo, detectando tempranamente ECNT, en un marco integral socioeconómico-cultural.
Según el subdirector de la ESN, Diego García, los alumnos forman parte del más amplio espectro social y muestran un comportamiento digno de destacar por el compañerismo, la ausencia de actitudes discriminatorias, el trabajo en equipo, el respeto a sus superiores y a todos los que allí trabajan. Dada la aceptación por parte de las autoridades de la escuela, docentes, padres y tutores, y principalmente de los alumnos, se prevé ofertar cursos y talleres teórico-prácticos a docentes para capacitarlos en las tareas del proyecto para que sean ellos quienes en un futuro puedan realizar el control nutricional y de salud, bajo la vigilancia y asesoramiento de profesionales de la Facultad de Ciencias Médicas.
La investigadora indicó que según la OMS, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, no sólo la ausencia de enfermedad. "Nutrición es una de las necesidades básicas de salud para que se pueda desarrollar al máximo el potencial biológico e insertarse en la sociedad activamente. La creciente independencia, la mayor participación en la vida social y las múltiples ocupaciones de los adolescentes frecuentemente influyen negativamente sobre sus hábitos alimentarios, caracterizado por salteo de comidas, ingesta de colaciones no nutritivas, preferencia por comida chatarra o dietas de moda", dijo Bravo Luna. "Estas pautas alimentarias --agregó la investigadora-- hacen que los adolescentes constituyan un grupo de riesgo para desarrollar deficiencias de nutrientes".
* Integrante de la Dirección de la Comunicación de la Ciencia UNR.
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