CIUDAD
Lo dijo una de las colaboradoras del gobernador electo Hermes
Binner, sobre la realidad del IRAR. El instituto que debe servir para rehabilitar menores sigue intervenido por penitenciaría.
› Por Alicia Simeoni
"El IRAR es una cárcel que no reúne los mínimos requisitos para albergar personas, mucho menos a niños y adolescentes". Así se expresó Elida Racino -ex secretaria de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario, integrante del equipo de asesores del gobernador electo Hermes Binner y del Centro de Estudios Municipales y Provinciales (Cemupro)- ante la consulta de Rosario/12 a partir de lo que vio y oyó cuando tiempo atrás visitó el lugar con el diputado provincial Antonio Bonfatti. "El ruido de los televisores tapa la existencia de la nada para hacer, compartir, proyectar", una expresión que tiene bastante que ver con la que utilizaron las trabajadoras sociales que produjeron el último informe sobre el Instituto de Rehabilitación del Adolescente (IRAR) cuando describieron que había muchos chicos durmiendo y que el silencio, en un lugar en el que habitan más de 50 niños y adolescentes, no está ligado a ninguna expresión de vida. La responsabilidad de la sociedad por recibir a esos chicos y la necesidad de instrumentar políticas públicas coyunturales y estructurales atravesadas por la vigencia de los derechos humanos. Justamente eso que falta hoy. Se trata de que puedan construir vínculos distintos para con ellos mismos, sus pares, familias y el medio social que les permitan reemplazar la violencia y la destrucción por la creatividad y alguna esperanza y proyecto futuro.
Racino integra el equipo de trabajo más cercano a Hermes Binner y a quienes están en el diseño de políticas públicas para las distintas áreas de las que el nuevo gobierno deberá hacerse cargo a partir del 10 de diciembre. La situación de los menores en conflicto con la ley penal, las estrategias para la prevención y el abordaje de las situaciones que se producen en este terreno es una de las problemáticas complicadas, 'calientes' que se deberá encarar en el territorio provincial si se quiere trabajar desde la vigencia real de los derechos humanos.
Racino parte de analizar que hay dos perspectivas, una coyuntural y otra estructural y acepta la complejidad del tema "pero también que la complejidad se hace mayor cuando no hay políticas o criterios adecuados de abordaje. Todas las personas pero en este caso los niños y adolescentes tienen que ser mirados desde el respeto por sus derechos. Eso nos permitirá producir resultados distintos", dice y se pregunta cómo se pretende mejorar la conducta de una persona en relación con la sociedad, con su entorno familiar y consigo mismo si habita en espacios "en los que está instalada la violencia institucional en lugar del uso de otros códigos que posibiliten la alternativa de crear, comunicarse y de expresarse".
La semana pasada el informe elaborado por trabajadores sociales daba cuenta del enorme silencio en el IRAR, un silencio que no tiene nada que ver con proyectos y actividades que apuesten a la vida y a la superación. En contraposición a ese silencio, Elida Racino recuerda su paso por el Instituto en medio de televisores a todo volumen que "ocupan el espacio de la nada en actividades y proyectos".
"No es simple pero sí indispensable crear ámbitos humanos adecuados en el que se trabaje con la intención de un futuro distinto para los chicos que allí están alojados y para la sociedad que debe recibirlos", dice.
-¿Qué opina de la intervención del Servicio Penitenciario provincial que está al frente del Instituto de Rehabilitación del Adolescente?, preguntó este diario.
-Los niños y adolescentes que necesitan estar en alguna institución cerrada porque generaron algún riesgo para la sociedad y en definitiva para sí mismos no pueden tener en relación directa con el Servicio Penitenciario ni con la policía, ya que se están violentando todos sus derechos. Con esto no quiero decir que no haya que cuidar el entorno para que la sociedad no vuelva a ser agredida con hechos violentos. También los temas de seguridad tienen que estar en manos de técnicos. Pero al interior de esos espacios, en el diseño y la organización de la vida institucional, en el trato con los chicos y en las propuestas pedagógicas y sociales no pueden participar quienes forman parte del SPP o de la policía porque no están preparados para ello.
-¿Qué debe priorizarse en los proyectos institucionales?
-Sin duda que los chicos puedan construir vínculos diferentes porque en lugares como el IRAR u otras instituciones lo que aparece es la misma violencia institucional. En los ámbitos destruidos, sin higiene, sin actividades organizadas para el aprendizaje, el tratamiento y la recreación, el ambiente se vuelve muy difícil de sobrellevar.
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