CIUDAD
Es una familia que vive en la zona noroeste hace más de 20 años. No pudieron escriturar porque la dueña anterior tenía varias deudas. Ayer lograron frenar un remate que desconocían.
La familia que se enteró por el diario que le iban a rematar la casa logró la suspensión de la medida. Fue ayer a la tarde cuando en la Asociación de Martilleros se iba a proceder a liquidar la vivienda única de la familia Santos, ubicada en Colombia y Génova. Según contó el dueño de la propiedad, Juan José Santos, compró la casa en 1983 pero por distintos motivos nunca llegó a finalizar el trámite del boleto compra venta. Pero nunca pensó que eso podría derivar en el remate del inmueble, ni mucho menos en que se enteraría a través de un aviso clasificado en el diario. Vecinos de esta familia e integrantes de la Asociación por la Defensa de la Vivienda Unica se reunieron en la sede de Entre Ríos al 200, donde se iba a realizar el remate y lograron detenerlo.
Hubo momentos de tensión y hasta algunos desmayos hasta que finalmente por orden judicial se suspendió la acción hasta nuevo aviso. Así, los Santos (matrimonio y cinco hijos) tendrán tiempo para buscar una salida a un conflicto que aseguran les es ajeno. Señalan que nunca antes le había llegado alguna advertencia o notificación judicial sobre su vivienda y que se enteraron del remate porque una vecina les avisó.
En principio, el problema habría surgido al no escriturar su casa de Colombia 1111 bis y la antigua dueña habría tomado un crédito hipotecario.
"Nosotros sabíamos que teníamos problemas porque no podíamos escriturar. Es más, nos hicimos cargo de algunos embargos que no nos correspondían pero lo hicimos porque lo que queríamos era poner todo en orden para poder llegar después a la escrituración", dijo Juan José a la prensa y explicó además que "apenas nos enteramos por un aviso en el diario de que la casa iba a salir a remate, empezamos a juntar todos los papeles para presentarnos al juzgado y que vean que nosotros teníamos todo en regla. Habíamos pagado todos los impuestos y no debíamos absolutamente nada y, por supuesto, tenemos en regla el boleto de compra-venta que acredita que nosotros compramos ese inmueble".
Claro que para cuando se enteraron de la situación -sin que mediara ninguna comunicación del juzgado, según asegura la familia Santos-, ya era demasiado tarde: La vivienda salía a remate en pocos días. Efectivamente, ayer estaba todo dispuesto para llevar a remate el inmueble y así saldar la deuda hipotecaria que había contraído y no pagado, la anterior propietaria de la casa de Génova y Colombia.
Pero varios vecinos de la familia Santos, acompañados de miembros de la Asociación por la Defensa de la Vivienda Unica se apostaron temprano frente a la sede del Colegio de Martilleros dispuestos a frenar la subasta de la propiedad. Al cabo de unas horas, lo lograron. Hubo gritos, empujones y forcejeos con la policía que en un momento hasta pensó en separar a los chicos de la multitud para poder reprimir. Pero la cosa pasó a mayores y el juzgado interviniente decidió suspender el acto hasta nuevo aviso. La primera pasó, pero la familia Santos de ahora en más vivirá intranquila hasta que pueda solucionar definitivamente el conflicto.
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