La Comisión de Planeamiento del Concejo recibió ayer a entidades vinculadas a la industria de la construcción, al mercado inmobiliario y a vecinos afectados por las nuevas edificaciones con quienes se avanzó en la discusión en torno al proyecto de reordenamiento urbano. El presidente del bloque socialista, Horacio Ghirardi, manifestó su "conformidad" por el resultado de la reunión tras lo cual reiteró que existe "voluntad" por parte del bloque oficialista "para lograr todos los consensos posibles" a fin de viabilizar la aprobación del mensaje del Departamento Ejecutivo antes de fin de año.

El Foro Urbanístico Rosario, integrado por el Colegio de Arquitectos, Cámara de Empresas Inmobiliarias, Asociación de Empresarios de la Vivienda, Colegio de Ingenieros Civiles, Cámara de la Construcción y Colegio Profesional de Maestros Mayores de Obra, presentó por escrito una contrapropuesta al proyecto del Ejecutivo, que limita las alturas de las nuevas edificaciones en determinadas zonas de la ciudad.

En la misiva el Foro se pronunció a favor de "reducir la densidad en el área central, controlar la incidencia de los edificios altos en el ambiente urbano evitando invadir el interior de los terrenos con segundos bloques, promover desde el Reglamento de Edificación alternativas constructivas que reduzcan la posibilidad de inconvenientes técnicos a los vecinos linderos de las nuevas obras de edificación".

A la vez reclamaron "limitar el catálogo patrimonial definido por la ordenanza 7156/2001, ordenar y reglamentar la construcción de los edificios de gran porte, apoyando la realización de nuevos hitos arquitectónicos y urbanos y también eliminar toda posible relación discrecional con las autoridades municipales".

A diferencia de la iniciativa oficial, el Foro propuso para el área central "limitar la altura de los edificios a 30 metros de alto en promedio,como dimensión máxima e insuperable. Junto a ello, eliminar la posibilidad de construir bloques interiores, cualquiera sea su altura, evitando la invasión hacia el centro de la manzana".

Los vecinos se quejaron ya que entender de ellos, el proyecto original fue "desvirtuado por las modificaciones radicales que se le han introducido con posterioridad a la audiencia pública de mayo. Muchas de esas modificaciones fueron reclamadas por los empresarios e incluso más allá, igualmente el proyecto sigue sin contar con el consenso de prácticamente todos quienes de alguna forma están involucrados".

El concejal Ghirardi reconoció que "es difícil lograr el consenso absoluto en torno a una política pública que pretende marcar un antes y un después en la planificación urbana de la ciudad"; no obstante, enfatizó que "el gobierno de la ciudad debe llevar adelante la defensa del interés de la mayoría. Lo peor que puede pasar es que la planificación urbana la regule exclusivamente el mercado".