Ya no se trata de un paisaje extraño. Sentarse en un restaurante y escuchar que en la mesa de al lado se habla en castellano, con un acento bien diferente, o en otro idioma, se convirtió en una situación común en Rosario. Y las cifras lo confirman: el mes pasado, la ciudad recibió 7.382 turisas, lo que representa un incremento del 20 por ciento de visitantes en relación al primer mes del año anterior.

De acuerdo con los datos elaborados por el Ente Turístico de Rosario y recabados en sus puestos de informes del Enapro y de la Terminal de Omnibus local, el 75 por ciento de los visitantes que llegaron a esta ciudad en verano eran argentinos, y vinieron desde Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Corrientes, Salta, Mendoza y Santiago del Estero.

En tanto, un cuarto de los visitantes fueron extranjeros que vinieron desde Alemania, Italia, Suiza, Canadá y Estados Unidos. También llegaron turistas brasileños, chilenos, españoles, franceses, daneses, del Reino Unido, Bélgica, México y Perú.

Desde la Municipalidad indicaron que "la mayor afluencia turística reafirma la consolidación de Rosario en el mapa de la oferta turística, especialmente nacional". Consideran que el crecimiento en el número de visitantes ratifica una tendencia que se registra desde enero del año pasado. A su vez, durante ese mes habían llegado a Rosario un 35 por ciento más de visitantes que en enero de 2006.

Como destino, Rosario dejó de ser una "ciudad de paso", ya que el promedio de estadía fue de tres días. Hace unos años, los visitantes sólo dormían en la ciudad y continuaban su viaje hacia otros lugares más turísticos, como las sierras de Córdoba o la costa argentina.

Desde la Municipalidad destacaron que la mayor permanencia tiene un efecto de multiplicación, ya que convoca a los visitantes a regresar en otro momento del año, para aprovechar los parques, los espacios públicos, las propuestas para la infancia y la agenda cultural.