La Facultad Libre de Rosario es un hecho. Y muchos rosarinos la tienen entre sus planes para el año próximo. Más de 200 personas se inscribieron durante esta primera etapa que cierra el 15 de diciembre, y aunque la posibilidad de anotarse recomenzará el 1º de marzo, las materias más demandadas, como Política y Subjetividad, de León Rozitchner y Filosofía, de Tomás Abraham, seguramente estarán completas para aquel entonces. Para el impulsor y director de esta iniciativa, Fernando Peirone, lo más estimulante es la diversidad de interesados. "Una pareja integrada por una mujer de 75 años y su marido de 80 vinieron a inscribirse, y detrás había una pareja punk, de veinteañeros, que traían mucha expectativa, conocían a los docentes, estaban interesados en Darío Scavino, en Eduardo Grüner. Y lo interesante es el modo en que conviven sin sorpresas, porque saben que lo heterogéneo es parte de la propuesta", contó.

El proyecto de educación alternativa tiene como objetivo generar debates y construir herramientas efectivas para mejorar la calidad de vida. También se propone vincular la educación con la condición humana sin competir ni colisionar con la educación formal, sino constituyéndose en una experiencia complementaria.

Así como el propio intendente Miguel Lifschitz tomó la iniciativa de manera personal, el asesor de gestión de la Facultad Libre, el francés Bertrand Donet, que actualmente vive en Río de Janeiro, estudia mudarse a Rosario para participar de la experiencia. La intención es reeditar, aunque con sus características propias, la experiencia de la Facultad Libre de Venado Tuerto, que a principios de los `90 llevó a los mayores intelectuales de la Argentina a dar clases ante multitudes en la ciudad del sur santafesino.

En una nómina de docentes que impacta, el filósofo y poeta cordobés Oscar del Barco dará la materia De Senectute (sobre la vejez). Es una de las que más interés despierta, en especial en -otra rareza- los grupos de jubilados que se acercan para inscribirse. Entre ellas, una señora de alrededor de 70 años, que le dijo al encargado de anotarla. "Soy adulta y me parece que lo que ustedes están haciendo es maravilloso. A pesar de mi edad todavía tengo cosas para aprender, así que decime en qué materia me tengo que inscribir".

Para Del Barco, la expectativa de venir a Rosario para participar de la Facultad Libre es que sea una experiencia viva, como lo fue en Venado Tuerto. "Vamos a ver cómo sale. Allá salió bien. Nosotros íbamos por amistad, para comer cordero, para tomar vino, pasarla bien. Yo espero que vuelva a salir bien porque somos la misma pandilla de antes, yo voy a ir con unos profesores amigos míos, con los que sacamos la revista Nombres", adelantó el filósofo.

Para que nadie se confunda, adelantó además que hará una relectura del tema De Senectute, propuesto por Peirone. "Esa fue una idea de él, pero que yo sea viejo no quiere decir que deba hablar sobre la vejez. Creo que tomaremos la idea del tiempo, como algo fuerte y estructurante del mundo. Probablemente alguno de mis compañeros de cátedra hablará sobre Kant, todo vinculado con el tema del tiempo, pero abordado políticamente, que sea algo vivo. Queremos que sea erudito, académico, pero a la vez, algo vivo", dijo el intelectual a Rosario/12. "Precisamente, si algo caracterizó a la Facultad Libre de Venado Tuerto fue que estaba viva, no era algo académico, donde se va por obligación", agregó. Y confió en que volverá a serlo. "Tendría que ser así nuevamente, porque vamos los mismos, todos conocidos, intelectuales que están al día, muy interesados en el mundo, con bibliografía actualizada y vivida, no para mandarse la parte", consideró.

La expectativa que despertó la Facultad Libre puede ponderarse por la cantidad de llamadas y comunicaciones electrónicas que los organizadores recibieron después de la presentación oficial. En la oficina del Centro Cultural Bernardino Rivadavia donde funciona, hubo hasta cuatro personas atendiendo a interesados, y aún así, las colas llegaban a diez personas. "Nunca sospechamos que la estampida iba a ser tan importante", afirmó Peirone. Además de jubilados y estudiantes universitarios, que quieren complementar su educación formal, entre los interesados hay profesionales como contadores y abogados.

Una de las inscripciones más llamativas fue la de un marino mercante que contó su interés en asistir a clases, porque había dejado de navegar. "Estoy en Rosario y quisiera cursar materias que tengan que ver con filosofía y calidad de vida", le contó al encargado de registrar su inscripción. En la ficha, el aspirante debe especificar cuál es su interés en la Facultad Libre. "Salvarme del naufragio", puso el marino.