Con la firma de un acta acuerdo, funcionarios provinciales y municipales, legisladores, dirigentes gremiales y jefes policiales, concluyeron una extensa reunión que se realizó en la sede de la Jefatura de Policía por la muerte del taxista Sergio Oberto. Los representantes de los peones de taxis se retiraron prontamente del cónclave. "No encontramos la respuesta que vinimos a buscar", dijo Horacio Boix, titular del sindicato. Como resultado de la reunión, se decidió reforzar los controles policiales en los corredores seguros y se convocó a un nuevo encuentro, para el viernes 30. Bajo un clima de mucha tensión, el llamado al diálogo y a la reflexión imperó en los testimonios de los actores que participaron del encuentro; aunque en el aire quedó flotando un sostenido reclamo hacia la cartera de Justicia. En este sentido, el secretario de Gobierno municipal, Horacio Ghirardi, le dijo a Rosario/12 que luego de la reunión quedó constituida "una mesa de trabajo para analizar las medidas que tienen que ver con la policía, la justicia, y con las medidas que podamos tomar a nivel municipal en la reforma del sistema de taxis en su funcionamiento. Pero también la decisión de involucrar a los actores que tienen que ver con la justicia. Porque aquí hay una demanda de que las causas prescriben y los delincuentes vuelven a delinquir. Es una problemática de vieja data que hay que tomar, de una vez y para siempre, con mucha fuerza".

Uno de los primeros en salir de la reunión fue el titular del sindicato de peones de taxis, Horacio Boix, quien prefirió acompañar la asamblea que estaban haciendo los taxistas. Boix manifestó: "No encontramos la respuesta que vinimos a buscar. Pedimos mayores controles policiales, reforzar los corredores seguros y después veremos qué sistema adoptamos para poner arriba de los vehículos".

El secretario de Seguridad, Carlos Iparraguirre, señaló que conversaron con los sindicatos "de qué manera se mejoran las cosas que se están implementando; por ejemplo, los 25 corredores con móviles fijos y con conocimiento de los distintos gremios de dónde estaban instalados, pero evidentemente en este caso no alcanzó. Se está conversando con la policía de la Unidad Regional II para ver cómo mejorar las condiciones de seguridad para el servicio".

En tanto, Ghirardi indicó que "fue una reunión realizada en el medio del dolor y de la bronca. Pero todos con el espíritu de aportar y seguir trabajando para atenuar un flagelo que ni siquiera las sociedades desarrolladas y con presupuestos millonarios han logrado eliminar totalmente". Por la Municipalidad también participaron funcionarios de Servicios Públicos y el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini. Después de unas explosivas declaraciones sobre la responsabilidad de los titulares de licencias, uno de ellos se retiró ofendido de la reunión, y acusó a Zamarini de haberse reído.

El secretario de Gobierno municipal puntualizó además que "el hecho se da en un marco de una sociedad que está pidiendo mayores niveles de seguridad, no en Rosario sino en todo el país. Es un momento de turbulencia, de mal humor social y la gente de alguna manera se expresa. Hay que escuchar, sentarse, pero también dejar en claro que la solución es el diálogo y no la agudización de las contradicciones, o las medidas abruptas que después no tienen retorno. No estar tirando el tachito de nafta sobre el fuego porque eso no nos lleva a nada".

Por su parte, el titular de la CGT-Rosario, Néstor Ferraza, dijo que "los parientes directos de los peones de taxis asesinados hablan de que los asesinos están sueltos porque la justicia los liberó. El Estado tiene que dar respuestas, pero queremos dejar en claro que no es un problema nuevo. La idea es hacer todos los viernes una reunión con todos los sectores involucrados para solucionar los problemas".

En relación a las posibles lecturas políticas que se pueden hacer sobre el paro, Ferraza no quiso ahondar. Solamente dijo que "hubo muchas muertes, no solamente de taxistas, también en otros sectores, y la gente reaccionó". El dirigente gremial agradeció a todos los sectores, porque "se han sumado sectores que ni siquiera están nucleados en la CGT. La CTA, Amsafé, Empleados de Comercio, el Sindicato de Prensa. Mucha gente que se sumó a algo que hicimos para provocar un hecho. Somos parte del problema y queremos encauzarlo con un gobierno que quiere mejorar y corregir las cosas".

El último en salir a realizar declaraciones fue el ministro de Seguridad, Daniel Cuenca, quien remarcó que el problema de la inseguridad no se resuelve con "más policías en la calle". El funcionario consideró: "Estamos hablando de un problema de coyuntura. Si tengo que decir por qué tenemos un menor delinquiendo, por qué hay pluralidad de menores delinquiendo; la respuesta no se la voy a dar con poner policías, porque si no vamos a llegar a la locura de tener tantos ciudadanos como policías. Tenemos que dar una respuesta de coyuntura sin dejar de sostener los planes de fondo".

El ministro indicó que las otras medidas que están estudiando "son de seguridad en general. Una distinta planificación estratégica en el cuidado preventivo a partir de un diagrama nuevo de control vehicular. Ya se habló del 911, que de llegar a implementarse organizará un mapa de circulaciones de patrullas que va a dar resultado, porque vamos a tener policías cerca, que cuando la llamamos va a estar en el corto lapso. Esto, en el marco de una coyuntura de prevención, es muy útil".

La reunión se realizó en la sede de la Unidad Regional II, y hubo momentos en el que aire se cortaba con un cuchillo.