CIUDAD › TRAS EL CRIMEN DE UN TAXISTA, HUBO CORTE DE CALLES Y PARO GENERAL
La muerte de Sergio Oberto, a la madrugada, encendió la bronca de los choferes. Durante la mañana, la circulación fue caótica, y mucha gente quedó a pie. La CGT Rosario amplificó el reclamo. Los tacheros vuelven a la calle a las 11.
› Por Guillermo Zysman
El crimen de un taxista perpetrado en la madrugada de ayer en la zona norte de la ciudad derivó en un paro total de actividades decretado por la CGT Rosario desde antes del mediodía y hasta la medianoche. Inicialmente la protesta fue sólo de los tacheros que no sólo dejaron de prestar el servicio sino que además bloquearon con piquetes y quema de cubiertas distintas calles y los accesos al centro. A falta de inspectores de Tránsito -única dependencia municipal que se encontraba de paro- el congestionamiento vehicular fue significativo, incluyendo autos a contramano. A media mañana, la central obrera lanzó el paro "contra la inseguridad" y en pocos minutos la ciudad se volvió un desierto: cerraron bancos, comercios, escuelas y los colectivos dejaron de circular. Al mediodía autoridades provinciales, del municipio y la policía recibieron a los taxistas y se acordó reforzar los corredores seguros (ver aparte). Al cierre de esta edición, los distintos servicios iban recuperando su fisonomía, a excepción de los taxis que retomarán sus tareas a las 11 tras el entierro de Sergio Oberto, el tachero de 50 años asesinado. En los pasillos de la Casa Gris y en el Palacio de los Leones evaluaron la reacción de la CGT como "desmedida" e incluso no descartaron que se tratara de "un vuelto político" por la postura del gobernador Hermes Binner en el conflicto entre el campo y la Nación. Hay dos detenidos, uno de ellos menor, implicados en el caso.
El episodio que disparó la furia ocurrió a la una de la madrugada. Oberto, conductor de un taxi Fiat Siena fue abordado por dos pasajeros en cercanías a la Plaza Alberdi y se dirigió hasta Casiano Casas y Rauch, en la zona norte. Allí, Oberto fue atacado a puñaladas y recibió una en el cuello que resultó mortal. A pesar del puntazo, el chofer logró desplazarse unos metros con su vehículo y terminó colisionando contra el frente de una casa. A esa altura ya estaba muerto.
Oberto conducía una de las 500 nuevas chapas licitadas por la Municipalidad. Por esa razón tenía al interior de la unidad el sistema de rastreo satelital GPS, conectado al sistema de radiollamado para poder localizarlo ante una situación peligrosa pero "no llegó a accionarlo", según confirmaron desde la propia central telefónica a LT8. Los delincuentes no se llevaron las pertenencias de la víctima.
De inmediato, los taxistas ganaron las calles. Los principales focos de protesta se ubicaron en la sede de Tribunales, sobre bulevar Oroño y en la terminal de Omnibus. Esto obligó a los micros del transporte urbano a desviarse del recorrido original, generando desconcierto entre los pasajeros. Pronto, llegar al centro se convirtió en una tarea imposible.
Se vivieron momentos de tensión. Una mujer suplicó a los tacheros poder pasar, ya que debía someterse a una cirugía y también había autos que ingresaban al microcentro en contramano, sumado a los conductores de transportes escolares que no podían llegar hasta los colegios ni regresar a los domicilios. La falta de inspectores de Tránsito -que se encontraban de paro en reclamo de algunos elementos de trabajo- profundizó el congestionamiento vehicular.
Desbordada, la directora del área, Marcela Biscotti solicitó apoyo logístico a la Guardia Urbana y a Control Urbano. Al mismo tiempo instó a los agentes de su repartición a deponer la medida de fuerza. "Es un día especial y siempre hemos tenido diálogo", les rogó.
Paralelamente, el jefe de la Unidad Regional II, Osvaldo Toledo confirmaba que la principal hipótesis de trabajo que manejaba la policía rosarina era el intento de robo. "No se descartan ninguna otra hipótesis, pero lo más firme es que la muerte de este hombre se habría dado en circunstancias de intento de robo", dijo Toledo a LT8.
El titular de la UR II informó además "en forma inmediata, y con los pocos datos que se pudieron recabar en la zona, se produjeron algunos arrestos. Hay personas que están siendo investigadas mientras se buscan otros testimonios. En principio hubo cuatro arrestos preventivos realizados en las inmediaciones del hecho".
Cerca del mediodía, tras una breve reunión plenaria, el secretario general de la CGT local, Néstor Ferraza anunció el paro total de actividades hasta la medianoche en repudio al crimen de Oberto, la inseguridad y las precarias condiciones de trabajo.
La adhesión a la medida de fuerza fue total. Los colectivos dejaron de circular, los bancos y los comercios cerraron, y en las escuelas no se dictaron clases en los turnos tarde y noche. La postal que arrojaba la ciudad a la hora del almuerzo era desoladora.
En esos momentos se desarrollaba la reunión en la Jefatura de policía donde se debatía sobre las medidas de seguridad a implementar. En los pasillos de la Gobernación y del municipio hablaban de una reacción desmedida de la CGT local "inédita en más de 30 años" y de un "vuelto político" hacia Binner por su postura en el conflicto agropecuario.
A media tarde, un operativo conjunto entre uniformados de la comisaría 10º y la Brigada de Homicidios dio con un sospechoso, en Laplace 1838, quien horas más tarde habría confesado ser el autor material del crimen. Otro joven de 17 años habría sido identificado como cómplice. Ambos quedaron a disposición del juez Juan Andrés Domola.
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