Alberto Muñoz, presidente del ARI (hoy intervenido) y presidente de la Asamblea por el Derecho al Agua, fue elegido por el gobernador Hermes Binner para ocupar uno de los lugares en el directorio del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRESS). Muñoz defiende su nombramiento como representante de los usuarios en el ente, y promete una transición hacia un nuevo órgano de contralor. Y sigue sosteniendo como hace un año que "el ENRESS es un basurero político". "En principio mi nombre está propuesto y falta la aprobación legislativa. Este tipo de cosas tienen que tenerlo así como la definición de una nueva autoridad regulatoria, un nuevo modelo de empresa que este más de acuerdo a la empresa pública que tenemos hoy", explicó.

--¿Tiene sentido mantener un órgano de control estatal a una empresa del mismo estado?

--Hay experiencias. Hay que reconocer que la experiencia regulatoria en la Argentina ha tenido más fracasos que éxitos: 2De todas manera va a ser una tarea ciclópea la nuestra, va a ser un desafío ligado a la participación del ciudadano común. Creemos en el estilo brasilero de la regulación social a través de la participación de los ciudadanos: no sólo en eventos críticos tiene que participar la gente sino en la planificación, discutir cómo, dónde y qué obras se van a hacer.

--Justamente uno de sus compañeros de militancia en la Asamblea por el de Derecho al Agua, Aníbal Faccendini, objetó que justamente no hayan sido convocados los usuarios ni las organizaciones que los representan antes de decidir el aumento de la tarifa.

--Creo que el espíritu de Aníbal es muy positivo y lo comparto plenamente. Tenemos que tender a formas cada vez mayores de participación no solo al final del capítulo sino en todo el proceso. Hoy llevamos dos años y medio de esta nueva empresa, y hay que recuperarla después de 10 años de fracaso del Grupo Suez.

--Si comparte el espíritu de la crítica de Faccendini, ¿por qué sigue sosteniendo el aumento en la tarifa?

--La relación que tiene un producto tiene que ver con el precio y la calidad. Al momento de evaluar el precio de la tarifa tenemos hoy a dos millones de personas, de los cuales 700 mil carecen de servicios cloacales, lo que es un desafío de todos. De esa población hay unos 700 mil que tienen problemas de presión de agua, hay problemas con las plantas de tratamientos de efluentes. Y hay que abandonar la idea de que iba a venir un mesías a invertir 1.200 millones de dólares. La posibilidad de alcanzar a brindar el servicio de agua y cloacas a todos los santafesinos es un desafío que tenemos que encarar nosotros. Hay que decir que hace 8 años que no cambiaba la tarifa del agua. Si trabajamos para desfinanciar la empresa en diez años vamos a repetir la historia.

--¿Hay que aplicar este aumento entonces?

--Creo que ni siquiera va a resolver el problema, van a ser falta más recursos. Y plantear que los ponga el estado es un eufemismo porque esa es la plata de nuestros impuestos. Lo que está claro es que el estado debe invertir en saneamiento, tal como se está invirtiendo. Hoy ASSA invierte 300 millones de pesos y solo recupera 100 millones con la tarifa.

--En enero de 2007 usted describió al ENRESS como "un gran basurero político, donde la clase política vuelca a todos sus personajes que ya no se pueden presentar a nada, como Alvarez, Berli, Usandizaga. Se vuelcan en ese reservorio, para tener una especie de jubilación de privilegio. Creemos que eso no va más". ¿Como se siente ocupando hoy uno de esos lugares?

--Sigo pensando lo mismo: creo que tenemos que superar al ENRESS y esto es solo una transición hacia una nueva agencia reguladora que encare otro proceso, que tenga en cuenta a las 343 localidades por fuera de la concesión de 15 ciudades.

--¿No cree que su postulación puede ser vista como un pago de favores políticos habida cuenta del aporte que ha hecho el ARI en votos al Frente Progresista?

--Creo que mi participación tiene que ver con mi lucha en los servicios sanitarios.

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