Ideado por el brasileño Oscar Niemeyer, una de las mentes más importantes de la arquitectura del Siglo XX, el Puerto de la Música se convertirá en el emblema de las celebraciones por el Bicentenario. El proyecto, que fue presentado en la tarde de ayer por el gobernador Hermes Binner, el intendente Miguel Lifschitz, la ministra de Cultura Chiqui González y Jair Valera, colaborador director de Niemeyer, consiste en la construcción de un impactante teatro cubierto con capacidad para tres mil personas, que se instalará en un vasto predio sobre Pellegrini y el río. Salas de exposiciones, una explanada abierta con capacidad para más de treinta mil personas (que podrán presenciar los espectáculos gracias a un portón corredizo ubicado a espaldas del escenario) y un playón de estacionamiento para 500 autos son algunos de los aspectos centrales del proyecto, el primero que Niemeyer concretará en Argentina, y que propone además el desarrollo de una traza urbanística que corra a orillas del Paraná. El presupuesto estimado es de 80 millones de pesos, aunque según el ministro de Obras Públicas Hugo Storero los montos precisos podrán establecerse cuando comiencen a modelarse los trabajos.

Dos cúpulas que se interceptan son la clara evidencia de que la mano de Oscar Niemeyer delineó el Puerto de la Música, ése mismo que su colaborador Jair Valera apuntó como el proyecto más importante que por estos días desarrolla el estudio del prestigioso arquitecto. Con una capacidad de tres mil personas que se dividirán en dos plateas, sala de exposiciones, espacios para la instalación de una escuela de música, dos auditorios y foso para orquesta, el recinto principal del proyecto tendrá una superficie cubierta de 16.500 metros cuadrados.

El propio Neimeyer (que con sus 101 años de edad comandó el proyecto) explicó a través de un video que el Puerto de la Música "va a causar sorpresa", ya que "Brasil y Argentina no tienen un teatro como éste". Aunque más allá de la belleza arquitectónica y las bondades acústicas, el proyecto está marcado por el carácter social que el brasileño le imprime a sus trabajos. En ese sentido, a espaldas del escenario principal se ubica una abertura corrediza que permitirá que las personas que se ubiquen en la explanada puedan disfrutar de los espectáculos.

Proyectada para culminar en 2010, la obra "viene a marcar un punto de inflexión para la ciudad de Rosario", según distinguió Lifschitz durante la presentación, en la que agregó: "Esta ciudad se ha caracterizado por distintos perfiles que fueron muy fuertes en cada una de las etapas de su trayectoria como ciudad. La ciudad agraria de inmigrantes, el granero del mundo. Después vendría el desarrollo industrial, los frigoríficos, la siderurgia. Después lamentablemente vinieron los años de la crisis. Pero a mediados de la década del 90 hubo decisión, visión para empezar a quebrar esa historia cuando Binner empezó su primer gestión al frente del municipio, donde nos planteamos formular un plan estratégico y convertir a Rosario en una ciudad de la participación democrática, de la salud, la descentralización, la planificación y la recuperación del río. Y también una ciudad de la cultura".

"Ese desarrollo cultural quedó simbolizado en el Congreso Internacional de la Lengua Española, que nos permitió proyectarnos y mostrar la cara cultural de Rosario --resaltó el intendente--. Pero estaba faltando un gran hito urbano, un gran hecho arquitectónico que simbolice y exprese ese presente y esa vocación cultural que tiene la ciudad de Rosario. Esta obra viene a ocupar ese lugar, a convertirse en un punto de inflexión en la historia cultural de Rosario. Además es un megaproyecto urbano, porque se va a desarrollar todo un entorno en un lugar estratégico como es la ribera central, un punto de articulación entre el puerto de la cultura que se extiende desde la Avenida Pellegrini hasta los Silos Davis, con una gran cantidad de espacios culturales, y por otra parte el puerto de la producción que se extiende hacia el sur. Pero también creo que tiene un profundo sentido político, porque esta obra es el símbolo de aquello que sostuvimos durante toda la campaña electoral: una provincia y una ciudad trabajando juntos y tirando para el mismo lado. De esta forma estamos demostrando la coincidencia de objetivos y el trabajo en conjunto en función de políticas de Estado, de dejarle a la ciudad una obra que va a transformarla desde el punto de vista urbano, y que va a ser un hito histórico para las próximas décadas. Tal vez, la gran obra del Bicentenario".

En representación del gobierno provincial, Chiqui González destacó al proyecto como "una obra sueño, una obra que mira al agua pero que también mira al sur". "Es la obra de la innovación, de una cultura social, de una ciudad que quiere integrar a sus niños y jóvenes, que trabaja para las nuevas generaciones. Es una obra pensada por Oscar Niemeyer, uno de los arquitectos de la vanguardia y de la imaginación más importantes del mundo, el arquitecto de las curvas pero también de la convicción política y social", explicó la ministra de Cultura.

"El Puerto de la Música significa inclusión, significa espacio público para todos. Significa una ribera del río accesible, recorrible. Semejante obra está pensada en la música, que debe ser uno de los lenguajes universales que une a la sensibilidad, la percepción, los afectos, los conceptos y la imaginación. Es una obra de innovación, de apuesta a lo nuevo pero también de reconocimiento de la memoria, del archivo y la inclusión de todas aquellas partituras y grabaciones de lo que fuimos, de la mejor música argentina en todos sus géneros y formas. Es sin duda un lugar para mirarse, mirarnos a nosotros mismos y hacer un balance sobre si nuestro paso por la gestión pública, y nuestro mismo paso por la vida, estuvo a la altura de lo que necesitaba esta ciudad", concluyó González.