Un nutrido grupo de 300 personas, encabezadas por los adherentes punk de Rosario, se movilizó ayer para pedir justicia por la muerte de Cristian Javier Morales, de 22 años, que era miembro de esa tribu urbana y murió arrollado por un colectivo de la línea 110, el domingo 30 de noviembre. Los jóvenes, acompañados de familiares y amigos de la víctima, marcharon en la zona de bulevar Seguí y Rouillón, donde se produjo el deceso, reclamaron que se esclarezca lo que calificaron como "un asesinato" y denunciaron discriminación contra el joven, padre de un niño de dos años, que fue arrastrado durante dos cuadras por el chofer del colectivo. Según los testigos, el colectivero le cerró la puerta porque "se asustó" ante el atuendo punk del pasajero.

La columna se manifestó entre esa esquina y la de Rouillón y Biedma, con pancartas que mostraban tanto la imagen de Cristian como la leyenda de "Justicia". Según publicó el portal de noticias Rosario3.com, los punks repitieron ayer que "el chofer del colectivo actuó con intencionalidad", al tiempo que aseguraron que son víctimas permanentes de discriminación social por ideología y su aspecto, de vestimenta oscura y peinados en cresta.

"El chofer no cerró la puerta y lo llevó colgado dos cuadras y cuando dobló lo hizo caer debajo de las ruedas. Con una lo pisa primero y después con la de atrás". Así de conmovedor fue el relato de Eduardo, el padre del joven, por Radio 2. El hombre agregó que el conductor, tras lo sucedido, "se escapó dejándolo ahí en forma inhumana".

Por eso, ayer a la tarde los familiares y amigos de Cristian fueron a pedir justicia por lo que consideraron un crimen por "ser distinto". Es que Cristian era punk y solía vestirse de negro y usar ciertos accesorios típicos de esa tribu. "Pedimos que no haya más discriminación por pensar o por vestirse distinto. Vamos a ir a la empresa Rosario Bus porque no se dio por enterada, al menos hubieran venido a darnos las condolencias", agregó angustiado el padre del joven.