El intendente Miguel Lifschitz y la directora general del Servicio Público de la Vivienda (SPV), María Inés Capón, entregaron ayer escrituras a 40 familias residentes en el barrio Los Unidos, durante un acto que tuvo lugar en el Centro Municipal Distrito Noroeste. Lifschitz destacó la participación de los vecinos en este proceso de urbanización, asegurando que esto es más que significativo, ya que, desde ahora, "todo lo que inviertan les pertenecerá, tienen la tranquilidad de saber que se la pueden dejar a sus hijos, podrán venderlas, sacar un crédito para mejorarla o ampliar, ponerla como garantía o simplemente tener la escritura y saber que son propietarios".

El intendente les agradeció a los vecinos la paciencia que tuvieron al esperar que se resolviera lo indispensables para concretar este anhelo, y enfatizó que "los trámites fueron complicados, la burocracia es pesada y no tiene en cuenta las necesidades de la gente".

A su turno, la responsable del Servicio de la Vivienda señaló que este acontecimiento es muy importante porque les brinda seguridad y la posibiliad de apropiarse del lugar, del barrio; avanzar y tender redes sociales que les permitirá mejorar su calidad de vida".

Las viviendas se encuentran ubicadas en José de Calasanz al 9000, continuación de calle Mendoza, y el nombre del barrio fue elegido por los mismos vecinos, quienes con la titularización de las tierras obtendrán los mismos derechos y obligaciones que el resto de los habitantes de la ciudad.

La entrega de escrituras es posible gracias a un convenio de colaboración recíproca firmado por el Servicio Público de la Vivienda y la Fundación Banco Municipal en noviembre de 2007, por el cual el SPV se comprometió a entregar las escrituras de los terrenos a los adjudicatarios. Esas tierras fueron adquiridas por la Fundación Banco Municipal de Rosario en 1991, y los vecinos fueron reubicados dentro del barrio, donde construyeron con su propio esfuerzo 40 viviendas.

Con la regularización dominial de los terrenos los vecinos logran la integración física y social de un área ocupada de manera informal. A partir de ahora, estas familias se convierten en titulares de los inmuebles que habitan, lo que no deja dudas sobre la posesión y propiedad de los mismos.