La plaza Montenegro, San Luis y San Martín, se llenará esta tarde, a las 18, de carteles que digan "Sí quiero", en apoyo a la ley de matrimonio igualitario que tiene media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación, y el 14 de julio será debatida en el recinto del Senado. La conquista del espacio público tiene como objetivo "hacer visible el apoyo al matrimonio y decirle no a la unión civil, que es restrictiva y discriminatoria", explicó Esteban Paulón, secretario de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales, que también como rosarino participará hoy de la manifestación. La iniciativa surgió de Vox Asociación Civil, y es una formidable oportunidad para apropiarse de un espacio en disputa, que la jerarquía católica pretende copar. "Hubo un cúmulo de agresiones a nuestro colectivo, como el atentado a la Pirámide de la Diversidad, de Corrientes y el río", agregó Guillermo Lovagnini, presidente de Vox, sobre los motivos de la marcha. Por su parte, Paulón subrayó que "la marcha es para decirle no a la unión civil, que es una ley del apartheid, porque este proyecto que salió con despacho de mayoría de la comisión de Legislación General que estigmatiza, condiciona y restringe nuestros derechos".

Durante los últimos días, la jerarquía de la iglesia redobló la apuesta en el debate por la ley de matrimonio igualitario. En ese marco, Lovagnini repudió "una serie de expresiones de sectores vinculados a la jerarquía eclesiástica y a algunas iglesias que son muy hirientes hacia hacia la gente lésbica, gay, trans". El histórico activista afirmó: "Hay mucha agresión en el aire, nosotros no podemos permanecer callados". Pero aclaró que será un acto para expresar la historia de lucha del colectivo para conquistar sus derechos civiles. Con varios años de activismo a cuesta, Lovagnini apuntó: "Siempre hemos resistido. Estoy orgulloso de mi vida, y también sé que no ha sido fácil en este sentido".

La consigna de la Federación es "el mismo amor, los mismos derechos, con el mismo nombre". Por eso, le piden a los asistentes que concurran con un cartel que diga "sí quiero". "El sí quiero significa decirle sí a la igualdad, una sociedad mejor, sin homofobia", indicó Lovagnini.

Paulón es un conocedor de la ley que tiene media sanción de Diputados. Y repudia el dictamen de mayoría aprobado anteayer por la Comisión de Legislación General. "Es inconstitucional, les prohíbe expresamente a quienes firmen la unión civil adoptar y hacer tratamientos de fertilización. Al mismo tiempo, el artículo 24 crea la figura de objetor de conciencia. Es un sancocho jurídico de terror, no tiene nada que ver con la igualdad de derechos. Nosotros lo rechazamos de plano", enfatizó Paulón, que ha batallado incansablemente por esta ley.

Respecto de la estrategia eclesiástica de erigirse como mayoría de opinión, Paulón recordó a la encuesta de Analogías publicada anteayer por Página/12, donde se expresa que casi el 70 por ciento de la población de todo el país apoya el matrimonio igualitario. Más allá de ese estudio, puntualizó que el debate se centra en los derechos humanos. "La democracia es la garantía de los derechos de las minorías, sino sería una tiranía. Acá no es una cuestión de números. No importa si somos más, lo que importa es que la democracia deben garantizar nuestros derechos. De otro modo, retirarían los derechos a las personas con discapacidad o a los pueblos originarios".