CIUDAD › ENTREVISTA CON HUGO YASKY, TITULAR DE LA CTA QUE EL PRóXIMO 23 DISCUTE EN LAS URNAS SU CONDUCCIóN NACIONAL.
Hugo Yasky de larga trayectoria en la docencia y en la dirección de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) habló con Rosario/12 sobre la "unidad monolítica" siempre invocada desde la CGT "y que no es tal", del gobierno de los Kirchner y de la necesidad de un sindicalismo plural.
› Por Alicia Simeoni
La Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la que surgió de las organizaciones que se retiraron de la CGT porque no se sentían contenidas en el modelo sindical que representaba y representa, irá a elecciones internas el próximo día 23. Hugo Yasky, el actual secretario general de la Central que todavía reclama por su personería gremial , estuvo en Rosario el jueves pasado para presentar la lista nacional que encabeza, a la provincial que lleva a José Testoni (Amsafé provincial) como primer candidato, a Edgardo Carmona (Prensa) y Adolfo Avallone (ATE Santa Fe) como secretarios adjuntos y a Juan Gencheff (ATE Rosario Mesa de Encuentro Barrial) como secretario general para la comisión ejecutiva de la ciudad, mientras que lo acompaña, como candidato adjunto, Juan Pablo Sarkissian (Prensa). Días de fuertes discusiones con la Lista Nº 1 nacional que lidera Pablo Michelli (ATE Capital) y sus referentes en la provincia y también en el orden local. Los posicionamientos en relación con el gobierno nacional que definen la concepción y las estrategias del rol que deben cumplir los sindicatos y una central de trabajadores de la que participan además quienes perdieron sus puestos o nunca los tuvieron y los movimientos territoriales y sociales. Hugo Yasky de larga trayectoria en la docencia y en la dirección de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) habló con Rosario/12 sobre la "unidad monolítica" siempre invocada desde la CGT "y que no es tal", del gobierno de los Kirchner que representa un "ruptura con el neoliberalismo" y de la necesidad de un sindicalismo plural.
-¿Cómo llega la CTA después de 18 años a un enfrentamiento, aún en el terreno de las ideas, que posiciona de un lado y del otro a muchos de quienes fueron históricos pares?- preguntó Rosario/12.
A comienzos del '90 se produce una crisis que hace que varias organizaciones sindicales se decidan a cortar el cordón umbilical con la CGT y eso se produce en Rosario y en la provincia de Santa Fe a través de tres vertientes: Una que encabezaba quien fuera secretario general de ATE Rosario y de la CTA, Héctor Quagliaro quien había tenido activa participación en la CGT de los Argentinos; otra que llevaban adelante Alberto Piccinini y Victorio Paulón, desde la UOM de Villa, más ligados a la cultura política de la izquierda dentro del sindicalismo y también la que surgía de Amsafé, con la tradición de las políticas de Ctera en ese momento en manos de dirigentes de la cepa radical y socialista. Esas tres vertientes confluyeron y fueron atraídas por la posibilidad histórica que se empezaba a plasmar alrededor de la convocatoria del entonces Congreso de los Trabajadores Argentinos que consistía en impulsar un debate para definir, en el mediano plazo, el camino que había que tomar cuando la CGT representaba la política de subordinación al menemismo, con perdida de derechos, de puestos de trabajo, de salarios, con las privatizaciones. Por eso desde el inicio, Santa Fe y Rosario fueron dos puntales en la constitución de la CTA y en la consolidación de un cuerpo de ideas que tuvo un trecho histórico que se expresó de manera unificada en la Agrupación Germán Abdala. En esta oportunidad esos integrantes están planteando distintas miradas, distintas propuestas en torno a dos listas, la que propone la Lista 1 y la que propone mi continuidad al frente del secretariado de la CTA con la lista 10.
¿Una de las diferencias entre las dos listas es la valoración que se hace del actual gobierno nacional?
Hay un debate que tiene que ver con los tiempos políticos en los que estamos inmersos y en esta etapa histórica que estamos viviendo que no se da sólo en la Argentina, sino en Brasil, en Bolivia, en Ecuador. Hay sectores que se ponen a la izquierda de lo que representan los gobiernos de esos países, y que desde ese lugar descalifican a esos gobiernos planteando que son más de lo mismo, o que son formas enmascaradas de las políticas neoliberales que no terminan con la explotación. Esas corrientes, que son minoritarias, plantean una especie de continuidad histórica de la relación gobiernos sometidos a la lógica del capital, versus los trabajadores y los postulados de la liberación social. Nosotros no formamos parte de esa caracterización: Creemos que el gobierno de los Kirchner representa una ruptura de lo que fue la política del neoliberalismo expresada durante el menemato y después durante el gobierno de la Alianza. Hay elementos concretos que forman parte de los argumentos en esta caracterización. Ahí está la reestatización del sistema jubilatorio, la recuperación de Aerolínes, la asignación universal por hijo. Se trata de todas banderas de lucha de la CTA y no sentimos que son banderas que nos fueron arrebatadas, sino que evaluamos que esas banderas se concretaron en políticas públicas y que logramos avances que significan mejorar las condiciones de vida de nuestros compañeros y compañeras. Ese debate está muy fuerte en la CTA y no quiere decir que quienes pensamos una cosa seamos los buenos y los otros los malos o viceversa. No nos gusta demonizar ni estigmatizar, pero no aceptamos el agravio cuando muchas veces viene en el combo de un discurso que nos pone como los representantes del gobierno para coptar la CTA, o para decir que los intendentes del conurbano bonaerense intervienen en las disputas de la CTA. Son todas chicanas que creemos que enturbian un debate que es lógico y necesario.
¿Y cómo cree usted que debe estar ubicada la Central?
Si se cree que este gobierno, con contradicciones, representa una ruptura con las políticas neoliberales, entonces la Central se debe organizar para profundizar las demandas, hay que pensar en una CTA más grande, más fuerte, más poderosa, más plural, y sobre todo en una Central que no demonice a los sectores del kirchnerismo, que entre paréntesis son mayoría entre los trabajadores y que piensan que este gobierno todavía abre expectativas al campo popular. Si se demoniza a quienes piensan así estamos echando de la Central al 70 u 80 por ciento de quienes la componen. En cambio, si se entiende que este gobierno enmascara viejas políticas neoliberales, se requiere de una CTA más testimonial, más de la denuncia, más de una oposición sistemática y permanente que fue la etapa que tuvimos con Menem. Fue una etapa necesaria cuando nos llamaban la Central alternativa. Eramos la CTA discordante, opositora, testimonial, la que organizaba encuentros, la que de pronto era capaz de hacer una marcha caminando de Rosario a Buenos Aires y después desaparecía. Pero se necesita una CTA del día a día, que sea capaz de defender lo que está bien y capaz de enfrentar lo que está mal como la política en el INDEC, la falta de definiciones en cuanto a políticas públicas en el tema de la minería. Vale el ejemplo del conflicto que tenemos en Paraná Metal y que significa ausencia de políticas públicas para garantizar que los autos que se fabrican en el país tengan autopartes que también se construyan en la Argentina, porque de lo contrario tenemos un récord de fabricación de autos y a la vez nos invade el desempleo en el sector autopartistas. Esto es un contrasentido que sólo se explica si uno es consciente que el 60 por ciento de lo que integra un auto viene hecho desde afuera. Estos temas de la vida diaria son los que debe asumir la CTA.Y que no se dedique a dar sólo testimonio.
¿Por qué cree que la CTA casi no creció en nuevos gremios, sobre todo del sector privado y la mayoría del padrón está compuesto por trabajadores estatales?
Ese es un proceso que está en modificación pero que no se puede dar de a la manera de un aluvión, ya que de lo contrario sería ficticio. Tendrá que ver con la construcción de una conciencia que se exprese en una correlación de fuerzas y que luego haga posible dar el paso que significa distanciarse del modelo que significa CGT. La experiencia de subterráneos, el último sindicato que se incorpora a la Central, es emblemática en este sentido. La lucha llevó allí diez años, hoy está en la CTA y en la Lista 10.Es fácil hacer sindicatos de probeta, es difícil que subsistan la prueba de la realidad y cuando no es así se convierten en experiencias fallidas de las cuales hay unas cuantas en la CTA.
Cuando usted enumera las razones por las cuales votar a la Lista 10 que encabeza, hace una reflexión que tiene que ver con que se le critica no considerar a la CGT como el enemigo principal.
Algunos se confunden y creen que es más elegante ir tomados de la mano con la traición de Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria Argentina, y resulta que cuando nos tenemos que juntar con compañeros trabajadores de la CGT no, ahí no se puede, es mala palabra. Esa no es la Central de trabajadores que queremos, se trata por el contrario de una forma de adolescencia sindical.
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