Mié 15.12.2010
rosario

CIUDAD › TESTIMONIO DE STELLA POROTTO

La Patota en su casa

› Por José Maggi

Stella Maris Porotto, por entonces esposa de Hugo Ceroni, declaró en la tarde de ayer en la causa Díaz Bessone. La mujer -que fuera dirigente de Amsafé- relató que el 21 de mayo de 1977 la Patota fue al departamento a buscar a su marido. Como éste no estaba se quedaron durante largas horas en donde la torturaron salvajemente y la violaron. Estaba embarazada de 5 meses en ese momento. "Desde las 10.30 hasta las 16.30 estuvieron esperando, fui muy golpeada, violada, me ataron delante de la puerta porque pensaban que mi esposo venía armado, pensaron que si había un tiroteo yo iba a morir primero". Nunca encontraron armas.

Una vez que llegó al Servicio de Informaciones, escuchó que estaban torturando a un muchacho cordobés. "Lo torturaron tanto que murió. Estábamos mi cuñado y mi esposo, tirados en el piso. Apenas llegué al SI me sacaron la ropa y me dieron una de menor calidad, me tiraron vendada. Escuchamos cómo torturaban a este joven cordobés. El muchacho falleció, vi materia fecal y sangre en el piso. Llamaron entonces a Chomicky para que trajera agua y limpiara, de paso nos tiraron agua a nosotros. Era invierno, hacía frío, estaba embarazada yo y mi cuñada también".

En todo ese tiempo "presenciamos cómo llegaban de los operativos gente, niños, que gritaban, aullaban, las madres desesperadas y nosotros esperábamos que nos toque". "Pasó entonces mi ex esposo -agregó Stella- y presenciamos su tortura, nunca habíamos visto semejante cosa. Los efectos luego son una persona que se arrastra sin poder contenerse durante buen tiempo, lo picanearon, lo torturaron. Mi cuñada y yo fuimos llevadas después de dos días a un entrepiso. Ahí estuvimos hasta que salimos".

Al ser preguntada por el fiscal Stara sobre los miembros del grupo represivo, sindicó que el Cura Marcote, Lofiego, Chomicki "estaban tiempo completo". "Creo que eran el elenco estable" y que la sorprendió Chomicky porque "estaba muy alegre, tomaba la tortura como patear un guijarro por la calle, nos pateaba, era un joven muy malvado".

En otro tramo de su relato, uno los más conmovedores, abordó el abuso sexual: "El tema de las violaciones sólo se puede decir ahora, ahora que la sociedad entiende. Antes decían `y ustedes eran estudiantes, estaban con la iglesia, querían ayudar a los pobres'. Y estábamos con culpa y mucha vergüenza. Nos costó mucho tiempo reconstruirnos, lo hemos hecho, seguimos apostando a lo mismo, a una vida mejor, que ninguna mujer la violen. Queremos justicia, aunque pasen 100 años".

El último testimonio fue el de Adriana Koatz. Era estudiante de ingeniería química y militaba en la juventud universitaria peronista al ser detenida el 21 de octubre de 1976 y llevada al Servicio de Informaciones. "A partir de ahí viene una seguidilla de golpes, torturas, vejaciones". Allí vio a la desaparecida Ana María Gutiérrez, quien era su prima, y a la vez hermana de la actual diputada Alicia Gutiérrez. La testigo mencionó a varios de los miembros de la patota: el Cura Marcote, Kuriaki, Tu Sam que era Carlos Brunato, Guzmán Alfaro y que compartió cautiverio en el sótano con Ester Fernández, Graciela Villarreal, Ana María Ferrari, Olga Cabrera Hansen, entre otras. Luego fue remitida a la cárcel de Devoto donde su padre le dio la noticia de que su hermana Graciela Koatz había sido asesinada junto a su novio Labrador.

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