CIUDAD › SE LEVANTó EL CORTE DE VILLA GOBERNADOR GáLVEZ PERO ROSARIO TUVO LO SUYO
Los manifestantes de la ciudad vecina volvieron al terreno que tienen ocupado desde hace un mes, pero liberaron la ruta 21. En Rosario, en Circunvalación y Ayacucho, un grupo tomó un terreno, y luego levantó la medida hasta hoy, a las 13.
› Por Lorena Panzerini
El corte de ruta que mantuvo a Villa Gobernador Gálvez en vilo desde anteayer, se levantó ayer pasado al mediodía, tras la intervención del intendente Jorge Murabito, la jueza de instrucción Delia Paleari y el concejal del Partido Justicialista, Pedro González. Los tres firmaron un acta acuerdo con los vecinos que exigen un predio para construir sus viviendas en el barrio La Esperanza. El reclamo de la ciudad vecina tuvo su correlato en Rosario: unas 40 familias jóvenes de barrio Molino Blanco, en Circunvalación y Ayacucho, ocuparon un terreno pegado a la avenida de Circunvalación. Personal de la municipalidad fue hasta el lugar, que ya había sido dividido por los propios vecinos, y logró que levantaran la movida hasta hoy, a las 13, cuando habrá una nueva reunión.
Después de la tensión que se vivió desde anteayer en la ruta 21, frente a la planta de Cargill, Murabito prometió hacerse cargo de la compra de una porción de tierra para que las familias tengan dónde construir sus viviendas. "No queremos que nos regalen nada, sino que nos den un lugar y nosotros lo paguemos para poder edificar", dijo uno de los manifestantes que participó de la reunión. En Villa Gobernador Gálvez, unas 100 familias ocuparon hace un mes un terreno privado, para reclamar una solución. Ahora, el municipio busca una porción de tierra, por una suma cercana a los 500 mil pesos, que los beneficiados devolverán en cuotas de aproximadamente 150 pesos.
La municipalidad pidió tiempo hasta el miércoles próximo para encontrar un terreno apto para que cada familia pueda construir una vivienda de "7,50 por 15 metros". Murabito señaló que "sería un muy buena opción" que el dueño del terreno, que continúa ocupado por carpas, le venda esas tierras al municipio. "Lo estamos charlando", dijo el mandatario.
Las familias volvieron ayer al mediodía al predio que mantienen tomado, donde personal municipal realizó un relevamiento. El intendente aclaró que serán beneficiarios únicamente los vecinos de Villa Gobernador Gálvez que estuvieron en este conflicto.
Además, Murabito se refirió al déficit habitacional de su ciudad, de alrededor de cien mil habitantes. "La necesidad no es tanto de viviendas sino más bien de lotes sociales para que la gente pueda autoconstruir. Tampoco tenemos lotes privados para vender. El problema es estructural", dijo. Durante la mañana, el ex intendente Pedro González lo había acusado de inepto. Si bien el dirigente justicialista negó haber instigado la protesta, ayer el propio Murabito afirmó que fue González quien les dijo a los vecinos: "No se les vaya a ocurrir ir a cortar la ruta". "No dije que él los mandó, pero sí señalé que justamente, después de reunirse con él, los vecinos tomaron esa decisión, después de protestar de otra manera durante muchos días", dijo Murabito.
En Rosario, en tanto, la ocupación se realizó en un barrio urbanizado por el plan Rosario Hábitat. El intendente Miguel Lifschitz dijo a Rosario/12 que "es un barrio en el que se viene trabajando hace cinco años con el plan". Y aseguró: "Llevamos más de mil soluciones habitacionales".
No era el clima que se vivía ayer, después de la toma. María, una de las vecinas, aseguró a este diario que el municipio "dejó todo sin terminar". Sin embargo, el secretario de Gobierno municipal, Fernando Asegurado, señaló que en esa zona "avanzó muchísimo" el plan habitacional: "Era muy distinta hace unos años atrás. Ahora están las calles asfaltadas, tienen el parque huerta enfrente de las viviendas", enumeró sobre lo que para el Ejecutivo municipal fue "un logro importante", y consideró que el reclamo "es injusto".
Si bien al mediodía un grupo de familias amenazó con instalarse en el terreno de 25 de mayo al 400, al lado de Circunvalación entre San Martín y Ayacucho, por la tarde, fueron el secretario de Promoción Social, Raúl Capilla, personal de la Dirección General de Control Urbano y Urbanismo, la Guardia Urbana Municipal y la policía de la provincia. Llegaron a un principio de acuerdo y lograron que se levantara la toma. Hoy, a las 13 hay una nueva reunión.
"Si para la una y media no tenemos solución, empezamos a levantar las viviendas con chapas", advirtió Rodrigo, un joven que aseguró que tiene hijos, y no puede seguir viviendo con sus padres.
Por su parte, Lifschitz se defendió. "El barrio se urbanizó: se abrieron calles, se agregó infraestructura, se pavimentaron las calles que inauguré hace poco", dijo al tiempo que admitió: "Muchas de esas familias deben haber crecido en estos años, y ahora están reclamando una nueva solución. Tendremos que conversar el tema". Lifschitz negó cualquier similitud con lo ocurrido en Villa Soldati o en el conurbano bonaerense.
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