Mié 05.04.2006
rosario

CIUDAD

Más dudas sobre el último viaje que hizo el taxista "golpeado"

La ticketera del taxi reveló que el último viaje fue de 2 km. Pero para llegar a la esquina de Arijon y Avellaneda, donde fue supuestamente golpeado, debió recorrer más de 6 kilómetros.

Los investigadores del caso del taxista Arturo Raffo, quien denunciara una brutal golpiza tras un frustrado intento de asalto que derivara en un paro de taxista el último viernes, sumaron ayer dos nuevos elementos que agregan intriga al hecho: la ticketera del taxi de Raffo reveló que el último viaje fue de 2 kilómetros, pero entre 24 de Setiembre y Cafferata, y, Arijón y Avellaneda -tal como declaró la supuesta víctima- hay más de 6 kilómetros. El segundo dato es que Raffo purgó una condena de 8 años por robo calificado, y estuvo efectivamente detenido al menos 4 años. Entre sus antecedentes, que lo llevaron a ser exonerado de la policía, figuran robo calificado, hurto calamitoso, amenazas y lesiones.

Ayer se pudo establecer con la máquina expendedora de ticket que el ultimo viaje de Raffo, que quedó registrado a las 20.32, no fue tal como lo describió en su declaración.

En rigor el taxista en diálogo con Rosario/12 había asegurado que se lo habían ocupado en "24 de Setiembre y Cafferata hasta Arijón y Avellaneda y allí me encañonaron con un revólver y me hicieron seguir manejando". Los pesquisas lograron establecer analizando los registros de la ticketera que el último viaje registrado tuvo una distancia de 2 kilómetros, cuando en realidad la distancia entre ambos puntos es de más de 6 kilómetros.

En verdad Raffo relató que les "había ofrecido la billetera, y me hicieron seguir hasta Avellaneda y Battle y Ordoñez. Me acuerdo que pasamos un silo y una pollería y cuando llegamos a la oscuridad me hicieron detener".

Según relató el taxista en ese instante pensó que iban a matarlo. "En ese momento se me cruzó por la cabeza que iban a tomar una decisión lamentable contra mí". Fue la mujer que según Raffo se percató que venía de frente un automóvil con las luces encendidas al que confundió con un móvil policial. Allí la pareja reaccionó violentamente: "me pegaron un culatazo o un cañazo, la verdad que no lo vi bien y pegué la cabeza contra el parante de la puerta". Después -relató Raffo ante la policía- sus agresores se fueron sin robarle nada. El taxista describió a la mujer de cabellos rubios y de 1.65 metro de altura, y a su acompañante de 1.70 metro de cabello corto y morocho.

Finalmente logró comunicarse a través de su equipo de radio para pedir auxilio. Justamente para hoy están citados ante el juez de instrucción Alfredo Ivaldi Artacho tanto el personal policial que acudió en su auxilio en Avellaneda y Battle y Ordoñez, como los empleados del radio taxi donde trabaja, tras lo cual lo investigadores esperan llegar a dilucidar alguna de estas intrigas.

En verdad la investigación del caso Raffo había dado un vuelco importante el último lunes: su propio hijo Juan Carlos, había asentado en la seccional 18º una denuncia por agresión contra su padre el mismo día en que éste aseguró haber sido agredido en un frustrado asalto.

Con estos primeros datos el jefe de Unidades Especiales, Rodolfo Romero, había convocado a Raffo padre, a su esposa y al hijo, quienes reconocieron la disputa familiar. El joven aseguró que decidió enfrentar al padre cuando éste golpeaba a su madre, lo que derivó en un notorio hematoma en su rostro. La pelea fue confirmada por sus padres pero con distintos horarios: la madre aseguró que fue a las 17, su hijo a las 13 y el padre en horas de la mañana.

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