Con el juego de la botella como excusa, una niñera de 25 años abusó sexualmente de tres niños y una nena, de entre 7 y 10 años, a quienes obligó a tocarla y besarla en diferentes partes del cuerpo. Además de abuso sexual, la joven está acusada de corrupción de menores. Ayer, la mujer declaró ante el juez de Instrucción 8º, Juan José Pazos, pero el magistrado solo adelantó que la semana que viene continuarán trabajando en el caso. La titular de la Comisaría de la Mujer, Mariel Arévalo, advirtió que "es un mito que los abusadores de niños están escondidos en un callejón oscuro", sino que en el 97 por ciento de los casos, se trata de personas cercanas a ellos.

Según se indicó, había sido contratada por la madre de dos hermanitos para que los cuidara en una vivienda del barrio conocido como "de las diagonales" en zona sur. La muchacha aprovechó la oportunidad laboral y, con la excusa lúdica, abusó de los hijos de su empleadora, y de otros dos amiguitos de estos, que estaban de visita al cuidado de la empleada. Los niños relataron lo sucedido a sus compañeros de escuela en tono de broma, pero una docente los escuchó y advirtió a los directivos, que contactaron a las madres y al Centro de Atención a la Víctima.

"Me transé a la niñera de ...", fue el comentario que escuchó la docente de boca de uno de los chicos que había estado de vista en casa de su compañero, donde trabajaba la joven. Si bien no se estableció en cuántas ocasiones --durante los pocos meses de trabajo-- la empleada habría procedido de esa manera, los chicos relataron una situación particular. La joven propuso el juego de la botellita, y aunque las reglas dicen que la acción --llamada consecuencia-- involucra a dos personas, según para qué lado queda apuntando la botella, en este caso, era la persona adulta quien decidía quién se besaba con quién, y quién realizaba tal práctica a quién. En determinado momento, la joven instó a que haya "manoseos".

"Los niños de 10 años conocen perfectamente cuáles son las conductas aceptables y cuáles no, por eso saben ante quién contar este tipo de cosas", señaló Arévalo, quien sostuvo que cuando se le informó a la joven sobre su situación tras quedar detenida, ésta agachó la cabeza. "Los chicos no tomaron la situación desde la angustia que significa ser abusado, sino que desde la precocidad, fueron sometidos a actos indebidos. Les hacía sentir que era una participante más del juego, pero ella decidía quién le hacía tal cosa al otro. Hasta ahí tenemos delito de corrupción de menores; pero se incurre en el otro delito cuando ella participa físicamente de situaciones indebidas".

Los cuatro niños fueron escuchados por profesionales del Centro de Asistencia a la Víctima, y "los relatos fueron coherentes, concretos, hilvanados y coincidentes", según indicó la mujer policía.

Por el momento la joven quedará detenida en la alcaidía de mujeres. "Sabe que el delito que cometió es muy grave y que tiene una pena muy alta", dijo Arévalo. Al mismo tiempo, la comisaria instó a los padres y madres a "hablar con sus hijos, escucharlos", aunque aseguró que "de ninguna manera se los está culpando a ellos en este caso específico: acá hay una sola responsable".

"No hay muchos niños que salgan solos de noche y sean sorprendidos por un abusador; sin embargo, sí hay muchos chiquitos abusados". Con esa frase, la funcionaria policial dio a entender que un abusador sexual de menores es "en la gran mayoría de los casos" una persona cercana a la víctima.